Delsin había pasado los últimos cinco años de su vida preparándose lo mejor que pudo para lograr su cometido. Entrenó su cuerpo y sus habilidades cómo Blinker hasta su mejor capacidad, personalizó la prótesis de su brazo tantas veces que tenía memorizado cada engranaje, sus habilidades con la espada y la daga serían envidiables si el mundo no creyera que estuviera muerto… lo único que le resultó imposible, fue alcanzar una maestría con los rifles… Lo cuál resultaba irónico para un Blinker el hecho de tener mala puntería. Más allá de eso, las habilidades que había adquirido y dominado a sus ahora diecinueve años de edad sin duda alguna dejarían estupefactos a más de un alto mando de la milicia local y guardia real.
Lo único que Delsin pasó completamente por alto era el haber recabado información sobre el ataque a su familia aquella noche hace media década, sin embargo incluso de haber querido descubrir algo sabía que sería imposible. El rey había anunciado el trágico suceso que tuvo lugar en La Casa del Cuervo, sin embargo las investigaciones no arrojaron nada ni remotamente útil para señalar a los culpables.
Se usó el acontecimiento para echar la culpa a la casta inferior, tildando todo como un intento fallido de revolución por parte de un grupo de sirvientes rebeldes. Quienes no tardaron un minuto en sacar provecho de la situación fueron los nobles, La Casa del León se hizo con la mayoría de propiedades inmuebles que antes pertenecían a Delsin y su familia, La Casa del Lobo adquirió la mayoría de las compañías energéticas y el resto de casas nobles se quedaron con las migajas.
La codicia de los nobles no era nada que Delsin no pudiera esperar, después de todo incluso cuándo sus padres aún vivían León y Lobo eran las casas que constantemente intentaban apropiarse de las posiciones más lucrativas de su familia, podrían ser responsables así como no. Era una deducción tomada por los pelos y basada en prejuicios, casi sin duda un callejón sin salida.
—Algo me dice que tendría que haber pensado mejor ésto… —La voz de Delsin sonaba distorsionada gracias a la máscara, sin embargo no le evitaba tener sus soliloquios habituales.
Delsin se encontraba en el punto más alto de toda La Capital, logrando vislumbrar casi toda la ciudad aquella altura y panorama le brindaban acceso a prácticamente cualquier punto al que quisiera transportarse, sin embargo de poco le servía si no sabía dónde empezar a buscar siquiera.
Fue entonces que vino a él un recuerdo de una conversación entre sus padres que oyó accidentalmente mientras escapaba de su recámara.
" —Últimamente han habido muchos levantamientos en propiedades de las casas nobles —William dijo con preocupación en su voz—. La Casa de la Serpiente y del Jabalí han tomado medidas demasiado estrictas y castigos que rozan lo irracional e inhumano
—¿Y así piensan detener los levantamientos? —preguntó su esposa de forma retórica—. Con eso solo lograrán que los levantamientos aumenten, eventualmente desatará un baño de sangre, tanto noble como de casta inferior —Concluyó.
—Si esto sigue así no tendremos más opción que intervenir —William parecía irritado, su voz lo delataba—. Parece broma que tengamos que arreglar los desastres y abusos de los nobles solo para mantener la " paz " que hay
—Alguien tiene que hacerlo, querido —Respondió su esposa—. Y no me vengas con " El Rey " ambos sabemos que está esperando que se derrame sangre solo para masacrar a la casta baja
William permaneció en silencio unos segundos, luego se escuchó el rechinar de una silla.
—Iré a la taberna de La Casa del Buey, quizá pueda llegar a un acuerdo con el cabecilla detrás de los levantamientos y arreglar esto con discreción —Informó tras lo que pareció haber sido un bufido de resignación. "
—La taberna de La Casa del Buey —Repitió Delsin en un susurro—. Supongo que es mejor que nada…
Ajustó la capucha de su abrigo, cerró sus ojos y desde el punto más alto de toda la Capital se dejó caer. El viento soplaba con violencia contra su máscara, su abrigo ondeaba siguiendo las corrientes ventosas y frías de la noche, el cuerpo de Delsin se dejaba guiar por aquél viento gélido como si de una hoja se tratase. Al momento en que abrió sus ojos apuntó con su prótesis hacía un campanario cercano, de su antebrazo mecanizado salió disparado un cable de acero que se incrustó a través de una de las paredes de éste y siguiendo un movimiento similar al de un péndulo Delsin obtuvo mayor velocidad y una increíble altitud.
El cable volvió a retraerse dentro de la prótesis, el joven Cuervo había ganado tanta altura que casi parecía capaz de transportarse a la luna si así lo quisiera, sin embargo su objetivo era otro. Quizá al final de su viaje tendría tiempo de perseguir fantasías infantiles, pero no ahora.
Delsin se movía con gracia y elegancia por el cielo nocturno de la capital, como un ave cazando a su presa y esperando el momento para caer en picado sobre ella sin piedad alguna. Tardó poco menos de diez minutos en encontrar la taberna de La Casa del Buey, finalmente daría inicio a su venganza.
Lanzó el cable de acero una vez más buscando ganar algo más de altura, sin embargo esta vez el cable no se tensó cómo debería y Delsin estaba por chocar de frente con la pared de un edificio.
—Oh grandísimo hijo de… —Alcanzó a murmurar antes de tomar la daga con su mano derecha y lanzarla.
Logró transportarse a pocos metros de colisionar y acabar hecho puré, una vez en recobró altitud notó que llevaba mucha velocidad direccional, necesitaba detenerse cuánto antes y fue entonces que improvisó un frenado de emergencia. Con la mayor celeridad que pudo desenvainó la espada de su padre y la arrojó en una azotea cercana. Se transportó allí en el momento en que la espada se incrustó en el suelo, aún así Delsin aún acarrea mucha energía cinética, causando que ruede por el suelo y su espalda diera de lleno contra un pequeño muro que evitó que siga rodando.
Tras soltar un gruñido de dolor, Delsin se sentó y miró en retrospectiva toda la situación y pese al golpe en su espalda, no pudo evitar reírse mientras de su bolsillo trasero sacaba un desarmador para ajustar unos pequeños engranajes en su prótesis.
—Luego del décimo noveno lanzamiento el mecanismo pierde fuerza y no genera suficiente torque —Murmuró, anotándose mentalmente las modificaciones que debia hacer—. Arreglar, prioridad: urgente
Delsin portaba consigo un pequeño estuche con herramientas para usar en cualquier momento posible, ya que nunca sabía cuándo realizar una mejora o reparación a su prótesis, después de todo no podía permitirse que una falla mecánica arruinara su misión. Tras haber ajustado aquellos engranajes, Delsin guardó el desarmador y se levantó con un dolor punzante en la espalda, aquello seguro volvería para joderlo tarde o temprano.
Se acercó a la espada de su padre, la sacó del suelo y luego se perdió en los detalles de la empuñadura.
—Gracias padre, madre… aún están ahí para apoyarme… —Musitó con nostalgia antes de enfundar la espada.
Se acercó al muro con el que acababa de chocar, lo escaló con facilidad y una vez hecho eso se quedó de pié sobre éste, justo frente a sus ojos se encontraba la taberna que había oído mencionar a su padre, eso ya era la mitad del trabajo… ahora solo faltaba encontrar a alguien que tuviera algo de información y eso no sería para nada sencillo.
La taberna tenía un flujo constante de personas incluso para ser tan tarde en la noche, lo cuál arruinaba por completo la primera idea de Delsin la cuál podía resumirse en entrar y conseguir lo que quería a los golpes.
—Lo sé, lo sé, no tienes que decirlo —Gruñó mirando la daga en su mano—. Detesto tener que escabullirme… le quita lo divertido a todo
Tras guardar la daga Delsin bajo de la azotea sujetándose de vidas y peldaños hasta que sus pies tocaron el suelo su rostro estaba perfectamente oculto gracias a la máscara, sin embargo mantenía la capucha puesta a modo de precaución extra.
Ni bien pasó por las puertas de la taberna todo el lugar quedó en silencio, decenas de ojos curiosos voltearon a verlo, juzgando en silencio. El cantinero accionó una palanca y un pasadizo con escaleras que iban hacia abajo se abrió en una de las paredes laterales. No hubo dudas en su mente al momento de adentrarse al pasadizo, en cuanto lo hizo las voces en la taberna volvieron a ser ensordecedoras, parecían fingir que no acababan de verlo entrar allí.
—La gente es extraña en éste lado de la ciudad —Murmuró para sí mismo mientras bajaba las escaleras.
Al llegar al final del pasadizo Delsin había arribado a una taberna bastante similar a la de la planta anterior, lo único diferente era la clientela. La mayoría de personas en la taberna anterior parecían ser civiles o miembros del ejército en descanso, sin embargo en ésta todos vestían prendas que hacía casi imposible distinguir sus rostros.
Firebreathers, Sanadores, Casters, Blinkers y gente no mágica, el lugar estaba abarrotado de lo que no parecían ser ciudadanos modelo ni por casualidad. Delsin tomó asiento en la barra, uno de los pocos taburetes disponibles, pretendió ser un cliente normal, pidió algo para comer y algo de beber.
—¿Algo más? —Preguntó el tabernero, con cansancio.
—Busco información —Dijo con la voz distorsionada.
—¿Sobre qué? —Cuestionó el tabernero colgándose la franela al hombro—. Contratos de asesinato, robo, secuestro. Lo que tú codicioso y retorcido corazón desee
Delsin permaneció en silencio un segundo preguntándose si lo que estaba por hacer sería buena idea.
—Sobre lo sucedido hace cinco años —Dijo finalmente—. Sobre la masacre en La Casa del Cuervo
El tabernero quedó en silencio al oír la petición, a su vez el grupo cercano a Delsin volteó a mirarlo mientras murmuraban entre ellos.
Luego de haber permanecido callado durante unos momentos el tabernero señaló con la cabeza a un hombre, sentado en una de las mesas en el área céntrica de la taberna rodeado por mujeres.
—Winston Buckle, es el único que quizá tenga lo que quieres —Informó el tabernero mientras Delsin se levantaba. Sin embargo lo tomó del brazo antes de que se alejara—. Si sigues adelante con esto, chico… —Advirtió el hombre—. Solo hallaras muerte
Delsin se soltó del agarre del hombre y comenzó a caminar en dirección a Winston, mientras avanzaba pudo notar como alguien le pasaba una nota a una de las mujeres junto a él y le susurraba al oído, luego tuvo la vista de Buckle justo sobre él. En cuánto estuvo frente a su mesa guardó sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo.
—Me dijeron que tienes algo que quiero —Dijo Delsin manteniendo un aire sereno.
Winston miró de pies a cabeza al joven Cuervo, juzgando de forma silenciosa y detenida.
—Lo que buscas… —Musitó Winston con cierto acento que Delsin fue incapaz de identificar—. Es remover un avispero que hace años yace durmiente… ¿seguro que quieres desencadenar lo que lleva dentro?
Excelente pregunta, ¿acaso estaba Delsin dispuesto a desatar un desastre más allá de su imaginación con tal de saciar su sed de sangre?
—¿Tienes lo que busco o no? —Inquirió el Cuervo comenzando a perder su aire sereno.
Winston hizo un gesto con la mano, causando que sus acompañantes se fueran de la mesa y los dejaran solos, luego, con otro gesto de su mano invitó a Delsin a sentarse con él.
—Desconozco la razón detrás de la tragedia —Dijo Winston de forma directa—. Sin embargo, puede que haya oído un rumor o dos sobre quienes son responsables de ella
Delsin se cruzó de brazos, escuchando atentamente lo que Buckle tenía para decir, intentó parecer inmutable… Sin embargo su cuerpo lo traicionaba, su pierna derecha se movía de forma ansiosa y su cuerpo se tensaba con cada segundo que pasaba.
—Se dice en el bajo mundo que hay un grupo variado de usuarios de magia y no mágicos de varias castas que va por ahí haciendo cosas horribles, en nombre de la "Brillante Señora" —Ahora Winston parecía tenso al hablar, mirando de un lado al otro con paranoia—. Se dice que su alcance no tiene límites, que incluso están moviendo los hilos detrás de la corona
—Suena a nobles haciendo cosas de casta noble para mí —Dijo Delsin, encogiéndose de hombros—. Nada nuevo
Winston negó con la cabeza—. Ésta gente asesina a todo y a todos sin distinción alguna. Nobles, media, guardias reales, soldados normales, sanadores, educadores… Nadie está a salvo de ellos
Delsin se mantuvo en silencio, esperando a que Winston siguiera hablando.
—Según he oído, se hacen llamar " Bloody Daggers " —Luego de mencionar el nombre, Winston se bebió un vaso de licor de un solo trago.
—No me suenan —confesó Delsin sin darle importancia suficiente al asunto.
—Por eso sigues con vida —Respondió Buckle—. Cuándo ellos atacan, no dejan sobrevivientes, ya sean sirvientes o nobles. Solo muerte y destrucción.
" Bueno, yo soy evidencia de que eso no es cierto " pensó Delsin para sus adentros.
—¿Dónde puedo encontrarlos? —preguntó el joven Cuervo.
Winston negó con la cabeza ante la pregunta.
—Tú no los buscas a ellos… —Musitó—. Ellos te cazan a ti.
La seriedad en el rostro de Winston al igual que la severidad de sus palabras daban a entender que claramente ésto era un asunto serio… Sin embargo, Delsin hizo hasta lo imposible para evitar reírse de aquella última tanda de palabras.
El joven Cuervo tomó de uno de los bolsillos internos de su abrigo un pequeño saco lleno de monedas, lo dejó sobre la mesa justo frente a Buckle e hizo un amago de levantarse, sin embargo Winston lo detuvo.
—Tú dinero no es necesario —Dijo el hombre devolviendo la bolsa llena de monedas de oro—. Te dí información, es exactamente lo que quiero en retorno
El muchacho quedó confundido por el hombre, ¿que clase de loco rechazaría una cantidad de dinero que podría permitirle vivir bien durante varias semanas?
—Te daré el gusto —Dijo Delsin—. ¿Qué quieres saber?
Winston se tomó un momento para pensar sus siguientes preguntas, parecía la clase de hombre que intentaba ir directo al centro del asunto y no le gustaba perder tiempo en tonterías.
—¿Qué le sucedió a tú brazo? —preguntó finalmente, con la cabeza ladeada.
—Creí que me traería suerte con las chicas, así que me lo corté un día que estaba aburrido —respondió burlón el Cuervo. Sin embargo, el rostro serio de Winston lo instó a responder—. Luche contra un Caster, fue un disparo a quemarropa, apenas logré evitarlo
Winston frunció el ceño ante la respuesta del Cuervo, sin embargo a Delsin no le importaba en lo más mínimo si le creía o no.
—Si en verdad se trató de un Caster y a corta distancia… —Murmuró Buckle, meditabundo—. Yo diría que el Caster tuvo mala puntería, nadie es capaz de reaccionar a tiempo para evadir un ataque de ellos
Delsin se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa—. Pues yo sí
En ese momento Delsin se levantó de la mesa y parecía dispuesto a irse, sin embargo había algo dando vueltas por su cabeza. Volvió su atención a Buckle y mientras sujetaba el mango de su daga se concentró en el hombre.
—Dijiste que atacan a cualquier casta por igual —Murmuró Delsin—. ¿Hay alguien que pudiera estar bajo su radar? Digo, basándome en lo que sabes debes tener alguna suposición o teoría
El hombre sonrió ante la pregunta del cuervo y asintió con la cabeza de forma afirmativa mientras se cruzaba de brazos.
—Excelente pregunta, chico —dijo Buckle a modo de cumplido—. No es por desear el mal a nadie, pero hay una casa noble que podría cumplir los criterios para ser atacada…
El hombre tomó una pequeña pipa de su bolsillo, le cargó tabaco y usó una cerilla para encenderlo, le dió una calada y luego volvió a hablar.
—Últimamente se han vuelto controversiales al adoptar una de las políticas de la antigua Casa del Cuervo —Comentó el hombre—. Algo sobre atención médica y educación gratuita para las castas inferiores
A Delsin le sorprendió saber que había otra casa noble con las agallas de hacer algo así luego de lo que le ocurrió a su familia, fue una doble sorpresa ya que no esperaba que ninguna casa noble hiciera algo así, claro que esto último era solo basado en los prejuicios del Cuervo.
—Se dice que la hija de esa familia noble era amiga del hijo más joven de la Casa del Cuervo antes de su deceso —Comentó Buckle, haciendo que el cuerpo de Delsin se pusiera tenso casi de inmediato—. Charlotte, de la Casa del Águila. Pobre niña… condenó a su familia solo por querer honrar a su difunto amigo
Delsin cerró sus puños, los engranajes de su prótesis comenzaron a girar cada vez más y más rápido causando que el metal de sus palmas comenzará a deformarse por la presión que estaba ejerciendo.
—¿Cuándo? —preguntó intentando mantener un aire neutral con su voz, cosa que obviamente fue incapaz de hacer.
—No hay información concreta o un rumor siquiera del que poder basarse —Confesó apenado Buckle—. Sin embargo, mí instinto me dice que pasará ésta noche… si es que no se está llevando a cabo en este mismo instante
" ¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda! " La mente de Delsin estaba trabajando más rápido de lo que nunca antes lo había hecho.
La Casa del Águila estaba en el otro lado de la ciudad, tendría que encontrar la manera de llegar allí lo antes posible por cualquier medio necesario.
Delsin no escuchó nada más de lo que Winston estaba diciendo, salió de la taberna tan rápido cómo pudo y una vez que se encontró en el exterior activó una de las personalizaciones de su prótesis, puso su daga en la hendidura y luego salió disparada en la dirección que había trazado. Su desesperación por llegar al otro lado de la ciudad casi le juega una mala pasada ya que fue de pura suerte que logró transportarse hacía la daga. En cuánto la atrapó repitió su accionar anterior utilizando la prótesis como una especie de balles con la cuál lanzar la daga.
—Más rápido, necesito más velocidad —Gruñó para sí mismo mientras surcaba los cielos—. No es suficiente, a éste paso no llegaré a tiempo
Arribar a La Casa del Águila acarrea doble motivo para el Cuervo, el deseo de proteger a su amiga de la infancia y a su vez enfrentarse a The Blood Daggers, aquellos que le arrebataron su brazo, su hogar y su familia. Tan sólo esperaba llegar a tiempo para evitar que se repita la tragedia de su familia y si en el proceso podía eliminar a los Daggers, no dejaría pasar la oportunidad.