No había nada natural en esto. Violeta estaba segura de que Asher Nightshade estaba jugando con su mente. ¿Pero cómo? No había mirado directamente a sus ojos... ¿o sí lo había hecho? Su mente giraba con demasiadas preguntas, pero sabía que encontrar respuestas tenía que comenzar por volver a la realidad.
Recordó un libro que había leído una vez sobre la manipulación de los sueños, donde la única forma de liberarse era ponerse en una situación de vida o muerte. La caída de cuatro pisos afuera debería servir.
Afuera, el cielo todavía estaba oscuro con las primeras señales del amanecer apenas tocando el horizonte. Y desde su punto de vista, el suelo de abajo parecía un abismo bostezante.
Por un momento fugaz, la duda cruzó su mente. ¿Y si saltaba y eso la llevaba a la muerte? Bueno, si ese era el caso, al menos terminaría con esta pesadilla. Mejor eso que otro segundo con este psicópata.
Y entonces, ella saltó.