```
—Hola, Susana, lamento llamarte tan tarde —Atenea comenzó mientras Susana contestaba la llamada, preparándose para abordar este asunto de una vez por todas. Esperaba que su joven amiga en realidad rechazara la oferta.
—Hola, Atenea... Buenas noches —saludó Susana, su voz somnolienta sugería que Atenea la había despertado de un sueño profundo.
Atenea inhaló suavemente y se apartó de la puerta cuando Aiden les hizo señas para que entraran a su habitación y continuaran la llamada. Dentro, se acomodaron en las dos sillas disponibles, adyacentes a la cama tamaño queen.
—Lamento molestarte a esta hora, Susana —continuó Atenea, colocando el teléfono, que ya estaba en altavoz, en la mesa del centro.
—Está bien, Atenea. Sé que si llamas a estas horas, el asunto debe ser muy urgente. ¿Qué es? ¿Necesitas mi ayuda, mi experiencia?
Atenea no pudo reprimir el suspiro que escapó de sus labios ante el atisbo de emoción en la voz de Susana cuando mencionó 'ayuda' y 'experiencia'.