—¿Problemas urgentes? ¿De qué diablos hablaba ese loco? —se preguntaba Atenea, dando la bienvenida al tenso silencio que siguió a la declaración del director.
Ella intercambió una mirada confusa con Aiden. ¿Había otro problema urgente del que no estaba al tanto? ¿Quizás una bomba amenazando con acabar con un país entero o incluso con el mundo? ¿O quizás otra enfermedad asolando la nación de la que no estaba enterada? ¿Cuál era ese problema urgente?
Aiden, captando la línea de pensamiento de Atenea, negó con la cabeza sutilmente indicando que realmente no había ningún problema más grave que lo que la enfermedad Gris representaba.
Atenea inhaló profundamente para controlarse antes de hablar, porque después de todo este hombre todavía estaba por encima de ella en rango.