Ewan suspiró cansadamente cuando vio el mensaje de Aiden aparecer en su teléfono.
Su mente comenzó a conectar los puntos como un artista perturbado tratando de crear una imagen coherente. Se dio cuenta de que el conductor y guardaespaldas debió haber descubierto lo que había sucedido la noche que llevó a Atenea a cenar hace unos días.
Lo hizo preguntarse: ¿había algo que Atenea ocultara del hombre?
Dejando caer su teléfono sobre la mesa con un golpe frustrado, juntó sus manos, sumido en sus pensamientos.
Aiden parecía saber todo lo que había que saber sobre Atenea, lo que lo hacía sospechoso sobre la historia que compartían. ¿Qué podría ser eso?
Al igual que Atenea, el perfil de Aiden había aparecido en blanco en internet al principio, como si el hombre simplemente nunca hubiera existido.
Su curiosidad despertada, Ewan había investigado y descubierto que esta figura enigmática había sido un general de cuatro estrellas en algún momento.