—¡No hay necesidad! —exclamó Stella.
Extendió la mano y arrebató la bolsa de medicinas de la mano de Tristan.
Luego dijo:
—Tristan, ya es tarde, deberías regresar. ¡Aún tienes que trabajar mañana! —Le pediré a Emily que me ayude a aplicar la medicina más tarde —y después de eso, Stella estuvo guiñándole el ojo a Emily.
Quería que cooperara con ella.
¡Sin embargo, esta chica no tenía nada de comprensión tácita! Se echó hacia atrás y dijo a propósito:
—Ay, tengo que trabajar mañana. He estado preocupada por ti todo el día... Stella, estoy muy somnolienta... Me iré a dormir primero. Dejaré lo de aplicar la medicina en tus manos en lo del Sr. Davis...
—Emily... —Stella extendió la mano y agarró la de Emily. No tenía la intención de dejar ir a la pequeña.