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—No quiero ir... —subconscientemente, estas palabras salieron de la boca de Stella.
Cuando se dio cuenta de que había expresado sus pensamientos internos, Stella hizo una pausa y dijo:
—Sr. Paul, me disculpo por mi comportamiento, pero no quiero ir...
La voz de Stella era firme:
—Sr. Paul, como usted sabe, acabo de volver por este contrato, y ahora que todo está resuelto, quiero regresar a Francia y trabajar en la oficina central de la empresa como antes.
Después de su divorcio y lo que sucedió hace seis años... Stella no quería ver a ese hombre otra vez. Sus palabras...
—No quiero al niño... —todavía resonaban en su mente.
Después de regresar recién... Stella no quería ver a ese hombre otra vez. Ese hombre de sangre fría y corazón de piedra ya le había roto el corazón mil veces, y no quería volver a experimentar ese dolor...
Quizás en el fondo de su corazón, aún no había sido capaz de olvidarlo del todo, o quizás era algo más...