—Papá, quiero una mamá como la tía Stella. La tía Sophia es muy molesta. No me gusta. Papá, ¿no te casarás con ella? Papá, me lastimará cuando no estés en casa. —Tenía que admitirse que Alia tenía talento para quejarse. No solo elogiaba a una persona, sino que también insultaba a otra. Ciertamente, ella era algo.
Stella sintió que no tenía nada que decir. Después de unos días, Adrian había sido lavado de cerebro por Alia, ni hablar de lo serio que era. Inmediatamente mostró su buena voluntad hacia el lado de RK. Había indicios de rebeldía.
—Alia, no digas tonterías —RK interrumpió el acto coqueto de Alia a tiempo.
En verdad, en el fondo de su corazón RK también sentía que la sugerencia de Alia era una gran idea. Era una situación en la que todos ganaban.
Después de cenar, RK ordenó al conductor que llevara a Alia a casa antes de que pudiera tener una breve charla con Stella y Adrian. No fue hasta las ocho de la noche que salió de la sala con Stella para dirigirse a casa.