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Recordando el pasado, el corazón de Stella era un desastre...
En ese momento, Stella salió del hospital y se apresuró a casa para empacar antes de volver al hospital de nuevo.
Tan pronto como abrió la puerta de la sala de su hijo, vio a través del aire lleno de humo que la habitación estaba llena de paquetes de botanas, corazones de fruta, y así sucesivamente. La cama estaba llena de juguetes y en ella estaba sentado un pequeño niño que se llenaba la boca de patatas fritas. Estaba atónito cuando la vio.
—Adrián, ¿qué estás haciendo? —Stella sintió que le tomó dos minutos digerir lo que veía. Estuvo atónita antes de que la ira le llenara el pecho. —¿Estás tratando el hospital como un basurero? Solo han pasado unos días desde que me fui. ¿Ya estás en el cielo?