```
—¡Este hombre! ¿Qué se había creído al quedarse allí? ¿Cómo podía ser tan desvergonzado?
—Incluso si ella se casara con él, ¡no podría forzarla! Especialmente, ¿le había permitido a este hombre... ver algo?
—Antes de que el jabón que Stella lanzó le diera al hombre, él lo esquivó...
—No pudo evitar sentirse molesta y deprimida cuando vio eso.
—Era muy desafortunada. No sabía por qué había venido a casa en vez de quedarse en la empresa ese día. ¿Por qué nunca antes había tenido tantas ganas de volver a casa?
—¡RK! ¡Fuera! ¡Sal de aquí! —Stella vio que no podía lanzar nada más, así que quiso echar al hombre.
—RK empezó a moverse...
—Caminó hacia Stella.
—Tomó pasos lentos y no parecía querer irse en absoluto. ¡Al contrario, estaba caminando hacia ella!
—Clic, clac...
—Sus zapatos de cuero golpearon las baldosas, produciendo un sonido ordenado, ¡pero sonaba aterrador en los oídos de Stella! Parecía que un gran demonio se acercaba hacia ella...