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—Era como un erizo…
Al ver que estaba a punto de irse, Sofía se enfadó tanto que le agarró la muñeca y levantó la mano para golpearla. Sin embargo, Stella agarró su muñeca a tiempo y se burló —¡Sofía! Eres muy mala. ¿Es porque temes perder a tu querido prometido?
—Golpear a alguien simplemente porque no se llevan bien.
—De tal palo, tal astilla.
Stella levantó la mano y la apartó. Estaba a punto de irse de nuevo, pero escuchó algo que simplemente no podía tolerar.
—Como si ese niño tuyo fuera de Rene. Estoy segura de que Adrian es solo un bastardo que apareció de la nada. Stella, ya que no hay extraños aquí, ¿por qué no me dices de dónde sacaste a ese niño?
Stella se volteó y le dio una bofetada en la cara.
Lo hizo sin ninguna advertencia, así que Sofía ni siquiera tuvo tiempo de esquivar. Ni siquiera necesitaba pensar para saber qué iba a hacer a continuación.
Iba a llorar delante de todos, diciendo que había sido golpeada por una dama malvada.
