Stella se negó. —No iré al centro comercial contigo más tarde. Todavía tengo algo que hacer, así que... Puedes irte.
Al oír eso, Sofía se mostró reacia. —¡Stella, solo ven! Puedes hacer tus cosas más tarde. Hace mucho que no nos vemos, ¿no? No hemos pasado mucho tiempo juntas, así que vamos a charlar bien.
¡Stella se sintió muy incómoda!
No solo tenía un nudo en el corazón, sino que también estaba con Adrián, así que estaba aún más reacia a llevar al niño al centro comercial también.
Stella dijo, —No, yo...
—Vamos juntos.
Esta vez, justo cuando Stella estaba a punto de seguir negándose, el hombre sentado en diagonal frente a ella de repente abrió la boca.
RK habló fríamente y luego se limpió los labios con una servilleta en la mesa. Era como si no fuera él quien acababa de hablar.
Stella lo miró inquietante y pensó, «¿Qué más querrá decir...»
Stella se armó de valor y echó un vistazo al hombre sentado frente a ella...
Había un dejo de impotencia en sus ojos.
