Lo miró con indiferencia. Sin embargo, sus ojos estaban llenos de emociones, lo que hacía que la gente no pudiera entender lo que estaba pensando.
Stella retiró su mano y se dio cuenta de que no era bueno para ella jalar su ropa de esa manera.
Sin embargo, continuó diciendo —Ve y escóndete primero... Luego espera a que se vayan... Entonces puedes salir...
Mientras Stella hablaba con vacilación, ambas mejillas se le pusieron rojas por la vergüenza. ¡Deseaba poder cavar un hoyo y esconderse en él!
¿Por qué siempre se sentía tan avergonzada cada vez que estaba con este hombre?
RK no se movió de nuevo, como si hubiera... ¿aceptado?
Stella miró extrañamente al hombre frente a ella. Pensando que su silencio era una especie de consentimiento.
Todavía sostenía su manga y dijo —Ve primero a esconderte detrás del armario. No fue fácil que te encontraran ahí. Cuando todos se hayan ido, puedes...
—Dame la razón...
—RK dijo cuatro palabras.
—¡Una razón para ayudarte!