Naegi, con su característico optimismo, se encontraba en un momento de incertidumbre. A pesar del caos que los rodeaba, él parecía ser la luz en medio de la oscuridad. Al escuchar el timbre, su mente aún estaba adormilada, pero rápidamente se dio cuenta de la seriedad de la situación al escuchar la voz de Monokuma, quien les ordenó reunirse en el aula de audiovisuales para conocer su destino.
Cuando todos se sentaron, la proyección comenzó. Las sonrisas de sus familias llenaron la pantalla, pero de repente, la imagen se cortó, revelando un fondo destrozado que reflejaba la desesperación y el sufrimiento. La mayoría de sus compañeros se hundieron en la tristeza, pero Naegi se mantuvo en calma. Al notar la angustia de Maizono a su lado, no pudo evitar actuar.
Con un gesto afectuoso, abrazó a Maizono desde atrás, intentando brindarle un poco de consuelo. Ella quedó sorprendida, incapaz de reaccionar ante el abrazo inesperado. "Maizono, estás con el más afortunado del mundo", le susurró, tratando de infundirle esperanza. Con cada palabra, vio cómo su expresión se suavizaba lentamente.
Al observar a los demás, que lucían derrotados y sin ganas de hablar, Naegi decidió romper el silencio. "En mi video, mi familia estaba feliz y el fondo estaba destrozado", comenzó. Las miradas incrédulas se centraron en él. "¿Y eso no te preocupa?", preguntó Aoi, con un tono lleno de preocupación.
"Nop", respondió Naegi con una sonrisa. "Me secuestraron a otro país, me dispararon," dijo mientras apuntaba a su hombro, "me apuñalaron," añadió señalando su espalda. "Me han hecho muchas cosas, pero ellos han salido ilesos de todos esos eventos catastróficos. Confío en ellos, además, tengo un presentimiento de que llegarán pronto."
Mientras sus compañeros lo miraban con asombro, una chispa de esperanza comenzó a encenderse en sus corazones. En ese instante, en un lugar lejano, Komaru estaba sobre un tanque, enfrentándose a los desafíos junto a los familiares de los demás participantes. Con determinación, se preparaba para hacer frente a la situación, mientras Monokuma, desde las sombras, observaba con desdén. "¡Esto es molesto!", exclamó Junko, frustrada por los imprevistos que surgían en su plan.
El contraste entre la desesperación de los demás y la calma de Naegi simbolizaba la lucha entre la esperanza y la desesperación. Él, con su fe inquebrantable en que todo saldría bien, se convirtió en el pilar que sus compañeros necesitaban en ese momento.
Naegi, con su habitual optimismo y determinación, estaba convencido de que podía cambiar el rumbo de la situación. Su deseo de salvar a los demás era palpable, y aunque su memoria estaba fragmentada, su instinto de protector brillaba con fuerza. La atmósfera en el centro estaba tensa, y a pesar de la incertidumbre, Naegi se sentía impulsado a actuar.
Cuando se dio cuenta de que los tatamis estaban movidos, su corazón dio un vuelco. Algo no estaba bien. Justo en ese momento, vio a Junko en una conversación tensa con Monokuma. Su presentimiento lo alertó: algo estaba a punto de suceder. Sin pensarlo, gritó a Junko, pero ella no mostró ninguna señal de reacción. En un instante de lucidez, Naegi tomó una silla y la lanzó hacia Mukuro, quien había estado disfrazada de Junko. El movimiento fue rápido y preciso, pero Mukuro se apartó con agilidad, y las lanzas que aparecieron de la nada perforaron la silla, dejando a Naegi con el corazón en la garganta.
—Eso fue peligroso, ¿no crees, Mukuro? —dijo Naegi, respirando profundamente para calmarse. Su mirada se centró en ella, buscando respuestas. Mukuro, sorprendida por su agilidad y deducción, no pudo evitar admirar su valentía.
—¿Cómo supiste que era yo? —preguntó Mukuro, con una mezcla de sorpresa y respeto.
—Lo sospeché desde el principio. Era imposible que alguien con tu estatus en el mundo de la moda admitiera tan fácilmente que usaba Photoshop. Las proporciones eran demasiado perfectas. Nadie en una posición tan alta dejaría que editaran sus imágenes de una manera tan fallida. Y además, cuando te llevé, noté que tenías una fuerza inusual. Tus manos estaban ásperas, ¿verdad? —explicó Naegi, con una sonrisa tranquila, como si estuviera hablando de algo cotidiano.
Mukuro frunció el ceño, sopesando sus palabras. ¿Por qué había decidido disfrazarse de Junko? No era solo un juego; había algo más grande en juego.
—Ahora debo preguntarte por qué lo hiciste. —Continuó Naegi, mientras comenzaba a caminar hacia el comedor, con Mukuro a su lado. —Todos estarán ahí, y necesitamos entender qué está sucediendo realmente.
Mientras se dirigían al comedor, Naegi sentía que cada paso lo acercaba a la verdad, y aunque el miedo lo seguía como una sombra, su espíritu indomable lo empujaba hacia adelante. Sabía que su papel como la "esperanza" no solo era un título; era una responsabilidad que estaba dispuesto a asumir, sin importar cuán oscuro se volviera el camino.
celest miro sorprendida a naegi entonces como dedujiste era correcto togami miro con ira ala impostora touko esta nerviosa naegi se puso detras de touko mira touko miro era ella lo recordo una copia autografiada te dije que lo habia leido dijo naegi sonrojado dejando la copia en manos e touko naegi avanzao y vio a kirigiri,supondre que no te gusta mostrar tus manos por una herid verdad ella parecio sorpendida ,naegi sonrio y se quito su camiseta y chaqueta mas que los sonrojos todos estan horroizados muchas demasiadas tenia muchos puntos en su cuerpo , qu eno te apene eso pronto todas las heridas se vuelven parte de uno , mukuro que era la mas sonrojada se tapada con sus manos ahora responde quien esta detras de esto mukuro suspiro junko , la verdadera supongo , maizono que estaba sonrojada mirando el cuerpo esculpido d enaegi , emtonces hizo esto peor porque?,adivino borrado d ememoria dijo sakura asique si es com opienso , bien entonces tu monokuma, monokuma aparecio si , juguemos noc reo que nos liberraras verdad,desesperante eres tan asquerosamente desepeante si no te sacare entonces apostemos celest parecio sonreir por eso naegi deja que yo no celest , tu eres la reina de la smentiras pero yo soy el rey de la desfortuna asique que te parece eso saca tu primer incentivo y el primer obstaculo lo superare y te mostrare un acto mas increible que la esperanza puede generar,ella sonrio bien , primer incentivo sobres,todos dudaban de abrirlos,naegi abrio el suyo asique eso es,secretos jajaja,naegi meo la cama hasta sexto grado,todos parecieron reirse de eso ,les dije ,adivino ,celest el tuyo es por la sapuesta ilegales oh acertaste ,maizono tu miedo a ser olvidada,maizono se sonrojo pero asintio,togami algo relacionado con tu familia oh deuda de tu familia,togami se enojo peor no lo nego ,tu chihiro tu eres hombre no,todos parecieorn sorprendido pero chihiro pareco llorar no no llores dijo mientras naegi lo cargo en sus hombros no tiene nada de malo,ahora todos somos diferente y eso te hace parte de ti ,chihiro parecio calmarse con esa palabras naegi lo bajo d esu hombros adivino mondo una muerte,mondo se enojo y lanzo un puño pero naegi lanzo otro puño que mando a mondo a volar ,demonios y veamos mondo mato a su hermano, todos parecieron sorprendido bueno eso no es tan malo, eh naegi tu dijo kirigiri , oh vamos es tan raro viaje a 5 paises todos con historias peores con drogas incluidad esto es lo mas suave ademas ,miren a mondo el no lo mato adivino un accidente en carretera ,mondo apreto los dientes,no te mostrare compacion mondo pero ,es de hombres aprenderse a paerdonar leugo de un error mondo dudo un poco de tomar su mano epro lo acepto listo,ahora monokuma juguemos, bien dio abrio el siguiente piso , una competencia de futbol el que gane se podra llevarlo 3 vesus naegi,naegi estas seguro de esto dijo mukuro ,prestame esos mukuro lo entendio y se los paso gracias,naegi empezo el partido jugando minetras corria por la pelot aun monokuma robot se la robo de chilena y naegi aprovecho, de lanzar uan daga que rompio , uno d elos monokumas ey ey eso es tramap dijo el monokuma referi eso seria si el juego fuera con personas dijo naegi rapidaemtne salto y disparo un tiro directo que viajo por la cancha y le dio un gol , naegi miro a los monokumas y el piso y dio unos toques je,nada de armas naegi bien bien ,naegi sonrio cuanod vio a monokuma sacar golpeo el piso de madera que atraveso el piso y naegi lo saco haciendo qu eel piso se elevara rapdiamente naegi tomo la pelota que se cayo del monokuma y acerto otro gol pero ahora de lado ,eso es tramap ,luego de 6 minutos esas seran las reglas ahora naegi tendra estas venda,naegi suspiro bien, pero los monokumas deben ser los modleos qu eyo eleiga bien dijo , naegi se habai encontrado donde estabn los monokumas asique a unos le quito el aceite no solo eran mas lento sino que chirrianban muchismo entonce aahora naegi con uan venda en los ojos sonrio a escuchar el richinino se guio , no supo de quien pero recordaba bajos sentimientos de que un ninja s elo habai enseñado , naegi corrio y tan rapido como aparecio metrio el ultimo gol monokuma apreto los dientes bien ,tu ganas desbloqueo otro piso, naegi sonrio levantado su puño
La tensión en el ambiente era palpable, y mientras Naegi levantaba su puño en señal de triunfo, el resto del grupo se miraba con una mezcla de alivio y asombro. Había demostrado que, a pesar de las adversidades, la esperanza podía prevalecer, incluso en un juego tan retorcido como el que estaban viviendo.
Mukuro, aún un poco nerviosa, se acercó a Naegi y le dijo: "No puedo creer que hayas conseguido ganar a pesar de las trampas. Tienes un talento impresionante para esto". Naegi sonrió modestamente, pero su corazón latía con fuerza. La adrenalina de la victoria lo invadía, y sabía que aún tenían mucho camino por recorrer.
Monokuma, viendo que su plan había fracasado nuevamente, se cruzó de brazos y refunfuñó: "¡Tch! Esto no ha terminado, Naegi. Aún hay más desafíos que enfrentar. No creas que te dejaré salir tan fácilmente".
Naegi, confiado, respondió: "Lo sé, pero estoy listo para lo que venga. No dejaré que la desesperación nos venza. Juntos podemos superar cualquier obstáculo".
Celest, con su habitual sonrisa enigmática, se acercó y dijo: "Parece que este juego se está volviendo más interesante. Quizás deberíamos hacer un pacto entre nosotros. Si trabajamos juntos, tal vez podamos encontrar una salida a esta locura".
Togami, aún visiblemente molesto por la revelación sobre su familia, asintió con la cabeza. "No tengo intención de perder más tiempo. Si debemos unir fuerzas, lo haremos, pero no esperen que me contenga en el proceso".
Kirigiri, que había estado observando en silencio, finalmente habló: "Lo que necesitamos es un plan. No podemos permitir que Monokuma nos controle. Debemos encontrar una manera de desmantelar su juego desde dentro".
Naegi asintió, sintiendo un renovado sentido de propósito. "Entonces, ¿qué tal si comenzamos a investigar juntos? Cada uno de nosotros tiene secretos y habilidades únicas. Si los combinamos, podemos descubrir cómo salir de aquí".
Chihiro, que había estado más tranquilo desde que Naegi lo apoyó, sonrió tímidamente. "Eso suena bien. Estoy aquí para ayudar en lo que pueda".
Y así, mientras el grupo comenzaba a establecer un plan, la esperanza renacía entre ellos. Cada uno había compartido algo personal, y esos lazos los harían más fuertes. Naegi sabía que aún había desafíos por delante, pero con sus amigos a su lado, estaba listo para enfrentarlos. La verdadera lucha apenas comenzaba, y estaba decidido a demostrar que la esperanza siempre podía triunfar sobre la desesperación.
Naegi, con su habitual optimismo y su espíritu inquebrantable, sonreía mientras Chihiro, que ahora se sentía mucho más cómodo, les pidió a todos que lo siguieran a los baños. Allí, les mostró un prototipo de inteligencia artificial que había creado. Su plan era conectar a la IA dentro de la academia, una idea que emocionaba a Naegi por las posibilidades que ofrecía. "¡Bien hecho, Chihiro!", exclamó Naegi mientras le acariciaba la cabeza con ternura, reconociendo el esfuerzo y la dedicación de su amigo.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Monokuma hiciera su aparición, irrumpliendo en el ambiente con su energía característica. "¿Qué están haciendo aquí, pervertidos? ¡Mirando los baños!", exclamó, mientras Junko se sonrojaba a su lado. "No soy una pervertida", replicó Monokuma, aunque su expresión delataba lo contrario.
Rápidamente, Naegi ocultó a Chihiro detrás de su espalda, dando una señal a Kirigiri para que actuara. Mientras los demás seguían a Monokuma, Naegi se mantuvo firme, recordando que la desesperación no era una opción. "No te rindas antes de explorar el lugar", les dijo a sus amigos, decidido a encontrar una salida.
"Bueno, si me aburro, haré algo interesante", dijo Monokuma, sacando un fajo de billetes. "¡15 millones de yenes!", anunció con entusiasmo. Naegi, con su astucia habitual, revisó los billetes, los olió y miró a Monokuma con una ceja levantada. "¿De verdad pensaste que esto sería efectivo?", preguntó, mientras encendía una cerilla y quemaba el dinero frente a Monokuma, quien se mostró avergonzado.
Celest, al ver la escena, agarró el hombro de Naegi, agitada. "¿Qué demonios estás haciendo?", preguntó desesperada. "Era falso", respondió Naegi con una sonrisa traviesa, mostrando una pegatina que había encontrado. La reacción de Monokuma le había indicado que había algo más detrás de todo esto. "Asumiendo que esto es algo personal, ¿no es así?".
La conversación se tornó divertida, con Celest sonrojándose y Naegi bromeando sobre castillos y vampiros. "No me digas que realmente querías un castillo. Sabes lo difícil que es mantenerlos", le dijo Celest, visiblemente avergonzada. "Yo también tengo mis aspiraciones", respondió Naegi, disfrutando del momento.
Entonces, Naegi, en un intento por mantener el buen ambiente, le ofreció una copa de café latte macchiato a Celest. Ella, sorprendida, aceptó, mientras sus amigas se sonrojaban a su alrededor. Aoi, celosa, decidió que era hora de actuar. "¡Ne, ne, Naegi! ¿Qué tal si salimos a investigar mientras hacemos donas?", sugirió, llevándose a Naegi de la mano.
Junko, enojada, no pudo contenerse. "¡Te odio, te odio! ¿Cómo sabes tanto si te borré los recuerdos?", gritó mientras mordía el peluche de Naegi, frustrada.
A medida que exploraban la academia, Naegi descubrió una farmacia, una piscina y otros lugares interesantes. Cada rincón que encontraban les ofrecía nuevas oportunidades y desafíos, pero lo más importante era que juntos, como un equipo, podían enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. La esperanza seguía viva, y Naegi, con su inquebrantable espíritu, estaba decidido a salvar a todos de la desesperación.