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Chapter 14 - "MALDITA BENDICIÓN" [PARTE 4]

VI

 

Kaito iba caminando por el pasillo de la mansión intentando recordar donde estaba la habitación de Alisse, cuando este llega a una puerta.

—De verdad que no logro acostumbrarme a este lugar.

Ya eran las horas de la luna, pero el igualmente fue a visitar a Alisse, antes de acostarse.

—Espero no se moleste.

El joven se acercó a la puerta.

Toc toc.

—Adelante —dijo Alisse del otro lado de la puerta.

Él inmediatamente abrió la puerta.

Vio que la muchacha de cabellos plateados seguía sentada en el suelo, le pareció que era su costumbre leer libros todo el día, sin aburrirse.

—Ah… Eres tú de nuevo —dijo Alisse con una mirada disgustada.

—No parece muy contenta, con mi llegada —pensó el joven.

Él se dio cuenta que cerca de ella estaba la bandeja de comida que Elisa le había llevado, ya vacía.

—Realmente eres toda una otaku medieval —dijo el joven burlándose de ella.

—¿Ah? ¿Qué dices? —preguntó confundida.

En ese instante, a la joven le cambio la mirada como si se hubiera percatado de algo.

—¿Qué sucede?

—Deberías descansar, aún tienes tu alma destrozada. Que estes bien físicamente, no significa que tengas que descuidarla.

—¿Ah? ¿Puedes ver mi alma?

—Por supuesto, aunque tengo que decir que no es una habilidad muy común.

La joven hablaba, pero no miraba a los ojos al muchacho que estaba frente a ella. Su atención estaba enfocada en el libro entre sus manos.

—Tal parece que no podrás usar la habilidad de las Katanas por un tiempo, esto… ¿Dominaciones se llamaban? —declaró Alisse— Los dragones también se ven dañados.

—¿Conoces la habilidad de las Katanas?

—Sí, en términos muy generales. Pero, los artefactos legendarios no son mi especialidad —dijo Alisse— Tendrás que aprender a usar magia por tu cuenta.

—¿Qué dices? Pero si no tengo maná —dijo Kaito confundido.

—¿Estas bromeando, cierto? Literalmente tienes dos fuentes de maná distintos en tu interior, actualmente tal vez estás entre los cinco portadores con más maná del mundo —declaró Alisse— Y créeme, no son delirios, estoy segura.

—¿Estás diciendo que puedo usar magia sin usar las dominaciones? —preguntó emocionado el joven.

—Eso dije.

Al joven le brillaron los ojos y sonrió con la boca bien abierta.

—¡Que genial!

—Te ves estúpido con esa cara de tonto.

—Ah, perdón, tal vez me emocioné demás —dijo un poco avergonzado el joven.

—No te confíes tanto.

—¿Ah?

—Es cierto, que tener mucho maná te da una gran ventaja, pero créeme que no es tan importante.

—¿Hablas en serio?

—Hablo muy en serio —dijo Alisse— Ya conociste a Naomi ¿no? Ella no tiene ni la mitad del maná que yo poseo, sin embargo, es mucho más fuerte que yo. Jamás podría ganarle.

—No he parado de escuchar maravillas de ella —dijo Kaito.

—Bueno, es que simplemente es la verdad.

Ella cambió a la siguiente página en el libro que tenía.

—Ahora que lo pienso, dijiste que había cinco personas con mucho maná ¿no? ¿Quiénes son?

—¿Por qué te causa curiosidad? Ojalá que nunca te tengas que topar con ellos —dijo Alisse.

—La verdad, es molesto parecer un ignorante.

—Entonces, ponte a estudiar…

La chica seguía intentando concentrarse en su lectura y suspiró un tanto irritada, al ver que el chico no dejaba de mirarla esperando una respuesta.

—Tus fuentes de maná son como mínimo comparables con los de Lilith Vestirea ¿Contento?

—¿Y quién es ella?

—¡Es suficiente! ¡¿No puedes dejar tus preguntas para otro momento?! —se quejó Alisse— ¡¿Por qué viniste aquí?!

—Ah… Solo venía a darte las buenas noches —dijo Kaito.

—Que niño tan molesto —dijo Alisse levantando una ceja.

—¡No hables como si fueras mayor que yo! —reclamó el joven y luego suspiró— bueno mejor me voy.

—Espera un momento.

La chica de los ojos exóticos se paró, como estaba descalza, sus pies no hacían ni un solo ruido sobre el piso, se acercó a una librería de la cual tomó un libro.

Se acercó al joven extendiéndole el libro en su mano.

—Toma, para que te distraigas, leer es importante.

El joven tomó el libro.

—¿Hablas en serio? Muchas gracias…

—No es nada, es un libro sobre magia, pensé que te serviría.

Aunque no lo demostraba con su rostro el muchacho estaba sumamente sorprendido, después de todo ella no parecía alguien fácil de llevar, por lo que decía el resto.

Parecía poco, pero en realidad era un gran avance para Kaito.

El joven se dispuso a abrir el libro, para echarle una mirada, pero enseguida recordó un hecho muy importante que había dejado de lado.

—Alisse… Hay un problema.

—¿Qué problema?

—¡No entiendo nada de lo que dice aquí! —dijo riendo como un bobo— Esta escritura es diferente a la de mi mundo…

—Cada vez me decepcionas más… Analfabeta.

—Creo que me pides mucho Alisse…

—Ni siquiera cumples con el mínimo requisito… Eres decepcionante.

El joven suspiró con un toque de gracia y se dio la vuelta para retirarse.

—Bueno Alisse ¡Buenas noches! ¡Le pediré a Rin que me enseñe a leer y escribir! —dijo Kaito tomando la manija y levantando la mano en señal de despedida— ¡Cualquier cosa puedes contar conmigo!

El joven se había retirado de la habitación.

—Yo no necesito tu ayuda, ni la de nadie… Preocúpate por ti mismo —le gritó Alisse.

 

VII

 

—Bueno, supongo que no fue un mal primer día —dijo el joven caminando, agotado, por el pasillo hacia su habitación.

Iba repasando lo que había vivido durante el día y lo que sintió con cada persona que conoció. Creía que independiente del porqué estaba ahí, necesitaba tener una buena relación con los habitantes de la residencia, si es que quería tener una vida tranquila y sin estragos. No lo reflejaba, pero aún seguía lleno de culpa y remordimiento por lo sucedido hacía una semana.

Evidentemente no quería volver a vivir una noche como aquella, así que había estado siendo cuidadoso con sus palabras, principalmente porque él ahí era un completo ignorante y desconocido. Por lo tanto, lo mejor era no forzar las cosas.

—Rin es la única persona que, en principio, me preocupa.

La criada no parecía una mala persona ante sus ojos, pero su mirada vacía, sumado también a la escena donde le gritó, lo tenían lleno de ansiedad.

Caminaba observando los pequeños detalles del pasillo, los candelabros prendidos, el diseño de las ventanas y objetos de los cuales no se había percatado con anterioridad.

Justo un poco antes de llegar a sus aposentos, el joven sintió un gran dolor de cabeza que iría en aumento. Empezó a quejarse del dolor.

—¡Qué dolor! ¡Maldito "Deja Vu"!

Se percató enseguida que era su bendición, probablemente un efecto secundario de este.

—Ahora que lo pienso, cuando iba a clases, esto me sucedía con frecuencia.

Uno podría conjeturar que tal vez el uso excesivo de la bendición, le provocaba esos dolores de cabeza… Bueno no es que él quisiera usarla.

El dolor iría en aumento, equivalente a como si le hubiera explotado una bomba de sonido a pocos metros de él y a su vez le enterrasen agujas en el cerebro.

—Kaito ¿Te encuentras bien? —preguntó Amaru.

—Amaru… Sí… No es nada, antes esto era común para mí, aunque no sabía porque era jaja —declaró con dolor en cada palabra que pronunciaba—. Aunque ahora que lo pienso también hubo largos periodos donde no sentía nada…

Kaito finalmente entró a su habitación, cerrando la puerta y se recostó inmediatamente.

—Tal vez el haber vivido tantas emociones y sentimientos tan intensos, no me hizo bien —dijo Kaito—. "Deja Vu" hace lo que quiere.

Sonaba precipitado, pero efectivamente era algo que él no podía controlar, su bendición se activaba cuando quería y hacía lo que veía correcto para él o por lo menos así parecía ser.

—Es realmente molesto… Sentir que todo esto…

 

"YA LO HE VIVIDO"