Hace mucho tiempo, cuando nada existía y todo era un abismo inconmensurable de oscuridad, un resplandor se hizo presente, una idea en forma de un blanco segador que iluminaba una parte de dicho lugar, comenzó a vagar por los confines de la inexistencia mientras este iba tomando forma.
Este nuevo ser vagó sin un rumbo, sin un propósito, su amorfa figura se fue moldeando en ropa blanca que dió la forma de una túnica con capucha alrededor de su "cuello" comenzó a formarse una bufanda plateada larga y brillante cuyos ambos extremos quedaron flotando en el espacio mientras este seguía avanzando, bajo la bufanda se manifestó un collar que resaltaba en oro, una figura colgaba de este, un triángulo equilatero dividido en cuatro triángulos más pequeños de colores cambiantes.
Si alguien más hubiera existido para presenciarlo, simplemente vería un conjunto de ropa flotando a la deriva, no había nada en su interior y sin embargo se movía como si alguien la estuviera usando, no había un cuerpo, un rostro, nada, sus mangas de aquella prenda manifestaron unas muñecas con garras largas y delgadas de color negro, no habían brazos visibles, el interior de la prenda estaba hueco y su gorro se miraba como si una cabeza lo estuviera usando, en lo que parecía ser la oscuridad de su rostro solo habían dos puntos brillantes, dos esferas que eran sus ojos, este volteó a ver habló, su voz en medio de la nada era nada más que un susurro sin género ¿femenino? ¿masculino? no era nada de eso...
--> Lo veo... no hay nada, lo siento, no existe aquello... lo imagino... es aburrido ¿no piensas lo mismo?
Parecía hablar con alguien, en la inmensa soledad es probable que hable solo para sentirse acompañado, aquella entidad en su ahora consciencia podía notar que estaba aburrida y sola, solo ella y la inmensa infinidad de inexistencia.
--> Lo tengo, lo veo... lo haré... ¡Hirken será mi nombre! y un lugar para habitar yo crearé...
Como si sus palabras rezonaran con un volumen alto, como si su voluntad fuera la primera ley del lugar que nunca la tuvo, Hirken con sus manos moviendolas creó una enorme masa de tierra, plana y extensa, se paró sobre ella comenzando a caminar, rocas, arena, tierra y minerales preciosos, todo este nuevo paisaje llenó el vacío y a pesar de ello, seguía siendo aburrido, la entidad bostezó y se sentó
Hirken: Sigues solo... sigues aburrido... ¿acaso es también obra de tu destino?
Hirken entonces se levantó comenzando a moldear alrededor de él unos pilares de roca mientras en sus muñecas hacía aparecer un martillo y un sincél, se acercó a estos pilares comenzando a tallarlos uno tras otro, les dió formas distintas, algunas humanoides, otras indescriptibles para la vista, ¿cuántas hizo? perdió la cuenta, todas se rompían al intentar despertarlas, ¿acaso esta soledad no tiene cura? pensó con su mirada vacío y deprimente.
Hirken: No es que no te pueda despertar... simplemente no se a quién debo de crear... veo dos siluetas en mi destino, ¿a quién he de elegir para poder deshacerme de este cruel capricho?
No había respuesta a sus preguntas, su mente estaba divagando en todo lo que podría suceder, en todo lo que él podría llegar a desatar con este nuevo ser que intentaba al mundo traer, decepcionado de si mismo se sentó en una montaña de escombros, mismos que alguna vez fueron pilares que intentó dar forma y despertar sin éxito alguno, miró al cielo donde nada había, se dió cuenta de que a pesar de tener un lugar donde caminar, no tenía nada para observar, el despertar puede esperar, era momento de decorar.
Levantandose de los escombros de su fracaso, se elevó en el firmamento inexistente comenzando a crear pequeñas esferas luminosas que como canicas comenzó a lanzar al vacío comenzandolo a iluminar, algunas eran grandes, otras eran pequeñas, todas de diferentes colores y a diferentes distancias, el aburrido vacío que alguna vez contemplo ahora era un hermoso firmamento lleno de estrellas coloridas que iluminaba aquel lugar que él ahora llamaba hogar.
Hirken: Es bello, no lo dudo, sería una lastima no tener a quien enseñarle este paisaje tan colorido... tienes razón, aún no me he rendido...
Inspirado por el firmamento que había creado, volvió a caminar por el suelo rocoso que había fabricado y alzó nuevamente un pilar de roca comenzando a trabajar, lo moldeó de tal manera que un maniquí humanoide logró crear, sin rasgos, sin ropa, solo una figura sin ninguna especie de distintivo para poder reconocer y sin embargo el pareció finalmente su capricho complacer.
Hirken: Estas listo... estas terminado, falta algo para concluir con haberte despertado...
Tomando su collar con aquella figura triangular, sin dudar tomó uno de los 4 triángulos que la conformaban y lo arrancó de este, quedaron 3 triángulos en aquel collar y por primera vez Hirken un dolor inconmensurable pudo sentir en toda su entidad, dolor... ardor... horrible, asqueroso.
Hirken: Duele... expresión de debilidades que no deseo mostrar... agonía un sentimiento que prefiero olvidar... con este fragmento de mi ser a ti te despertaré... ¡Levantate y obedece mi voluntad!, ¡Hijo mio, es hora de despertar!
Sin vacilar incertó el triángulo en aquel maniquí, se hundió en el pecho de la figura de roca y esta comenzó a romperse y agrietarse mientras Hirken se alejaba un par de pasos asombrado por el maravilloso acto del despertar...
>Continuará...<