Chapter 25 - cap 25

En el corazón del Archipiélago Sabaody, la atmósfera era tensa en la "Tierra de Nadie". El aire estaba impregnado de una mezcla de desesperación y risa cruel. Coribou y Caribou, junto con su tripulación, habían capturado a los impostores de los Sombrero de Paja. El sol brillaba intensamente, pero la oscuridad del acto que estaban a punto de cometer eclipsaba cualquier luz.

"¡Por favor, suéltennos!" suplicó Drip, la falsa Sanji, con lágrimas en los ojos. "Solo queríamos ser parte de la tripulación. No sabíamos que ustedes eran los verdaderos Sombrero de Paja."

Caribou rió, su risa resonando como un eco macabro. "¿De verdad creyeron que podrían engañarnos? Ustedes planeaban apuñalar a los verdaderos piratas por la espalda." Con un movimiento rápido, transformó su brazo en una sustancia pegajosa que atrapó a Drip, asfixiándola lentamente. "Ahora, ustedes pagarán por sus mentiras."

Los demás impostores miraban aterrorizados, mientras la falsa Sogeking intentó disparar. Pero su bala fue absorbida por el cuerpo de Caribou. "Soy un usuario de Logia," se jactó, disfrutando del caos que había desatado. "Ahora, ¡enterrémoslas vivas!"

Mientras tanto, en Grove 46, Sentomaru se comunicaba con su base. "Hemos capturado a Demaro Black, pero los Piratas Caribou y los impostores de Sombrero de Paja han desaparecido," informó, con una preocupación creciente en su voz. "Los Sombrero de Paja han revivido y son más fuertes que nunca."

La escena cambió a la orilla, donde Rayleigh miraba el océano, su mente perdida en recuerdos de un pasado que se entrelazaba con el presente. "Recuerdos de Roger," murmuró, mientras Shakky se acercaba. "El destino está tomando forma lentamente."

"¿Recuerdas a Luffy?" preguntó Shakky, con una sonrisa suave. "Ese chico tiene el mismo fuego que Roger."

"Sí," respondió Rayleigh, "Es digno de llevar ese sombrero."

Mientras tanto, bajo el agua, los verdaderos Sombrero de Paja se preparaban para el combate. Robin, observando el mundo submarino, se dio cuenta de que la burbuja del barco compartía características con las de Sabaody. "Debemos tener cuidado," advirtió. "Cualquier cosa que rompa la burbuja puede ser fatal."

Nami asintió, su mente trabajando a mil por hora. "No podemos permitir que un Rey del Mar nos ataque."

Luffy, recordando los momentos felices en la Isla Gyojin, compartió los bentos que Hancock había preparado. "¡Coman, chicas! ¡Esto es delicioso!" Las chicas se abalanzaron sobre la comida, pero también sobre él, aprovechando su inocencia. Zoro y Usopp intercambiaron miradas cómplices, mientras que el resto de la tripulación no podía evitar reírse de la situación.

"Luffy, ¡ven aquí!" llamó Zoro, con una sonrisa traviesa. "Necesitamos un poco de entrenamiento."

"Sí, sí," dijo Usopp, mientras se acercaba a Luffy. "¡Vamos a probar nuestras nuevas técnicas!"

Mientras la tripulación se divertía, el ambiente cambió abruptamente cuando Franky entró en la conversación. "Chicas, necesito hablarles," dijo, su expresión seria. "Hatchan y Duval hicieron lo que pudieron para proteger el Sunny, pero ambos resultaron heridos."

El ambiente se tornó sombrío de inmediato. "¿Qué les pasó?" preguntó Nami, alarmada.

"Los Marines vinieron a capturar el barco," explicó Franky. "Pero hubo un guerrero que lo protegió: Bartholomew Kuma."

La mención de Kuma trajo un silencio pesado. "Él ha hecho tanto por nosotros," susurró Robin, con tristeza en sus ojos. "No puedo creer que ahora esté en peligro."

"Kuma es un revolucionario," continuó Franky. "Y él ha estado cuidando de nosotros incluso cuando no estábamos aquí."

Luffy, sintiendo el peso de la preocupación de sus compañeras, recordó la determinación de Kuma. "Debemos hacerlo por él," dijo con firmeza. "No podemos dejar que sus esfuerzos sean en vano."

Mientras tanto, en la "Tierra de Nadie", Caribou y su tripulación se preparaban para sellar el destino de los impostores. "Es hora de que paguen," dijo Caribou, mientras su mirada se centraba en los falsos Sombrero de Paja. "Y cuando termine esto, ¡los verdaderos Sombrero de Paja serán nuestros objetivos!"

Las sombras se alargaban mientras la batalla se acercaba, y el destino de muchas mujeres y un hombre pendía en un hilo. La determinación de Luffy brillaba intensamente, listo para enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera entre él y sus sueños, incluso si eso significaba navegar por un mar de traiciones y deslealtades.

El viento sopló, trayendo consigo susurros de un futuro que Luffy conocía, pero que no podía revelar. En su corazón, sabía que cada batalla, cada lágrima, y cada risa, lo acercaban más a su destino.

El Thousand Sunny descendía lentamente por la Zona Eufótica, su casco brillando mientras se sumergía más profundamente en el océano. En la cubierta, las Sombrero de Paja se preparaban para el inminente descenso a la Zona Disfótica, un lugar donde la luz apenas llegaba y el frío comenzaba a apoderarse del ambiente. Luffy, el único hombre a bordo, sonreía con la misma inocencia que siempre lo caracterizaba, ajeno a los peligros que acechaban en las sombras.

Dentro de la tripulación, Zoro, Usopp, Sanji, Nami, Robin, Chopper, Brook y Franky compartían risas y bromas, pero la atmósfera se tornó tensa cuando Usopp señaló con preocupación algo que se acercaba rápidamente por detrás. "¡Chicas, hay una sombra que se acerca! ¡Podría ser un monstruo marino!", gritó, su voz temblando de nerviosismo.

"¡Cálmate, Usopp! No es un monstruo, es el barco de los Piratas Caribou!", exclamó Nami, su rostro pálido al reconocer el barco conocido por su notoriedad. Al instante, la figura de Momoo, la vaca marina que remolcaba el barco enemigo, apareció en el horizonte, y con ella, la memoria de viejos enfrentamientos.

A medida que el barco de Caribou se colocaba junto al Sunny, la tripulación enemiga se preparaba para atacar, pero lo que no sabían era que Caribou había perdido su ventaja, ya que se quedó atrás. "¡Soy solo una bala humana!", gritó, mientras Franky lo levantaba con una mano, despojándolo de su arrogancia. "No me arrojes al océano, por favor", suplicó Caribou, su rostro lleno de miedo.

"¿De verdad crees que nos importa?", respondió Zoro, ahora con la determinación de una guerrera. La tripulación de los Sombrero de Paja, aunque sorprendida, decidió mantenerlo atado, sabiendo que podría ser una herramienta útil más que un enemigo.

Mientras tanto, el ambiente en el Sunny se tornaba más sombrío. Nami explicó que las corrientes profundas eran traicioneras y que debían tener cuidado al navegar. "Si no seguimos la ruta correcta, podríamos terminar en un volcán", advirtió, haciendo que la tripulación se preparara para lo peor.

En ese momento, el silencio fue interrumpido por la aparición de un Kraken, un pulpo gigantesco que emergió de las profundidades. Luffy, sin dudarlo, decidió que lo domesticará. "¡Voy a convertirlo en un navegante de primera categoría!", exclamó, su entusiasmo inquebrantable.

La lucha se desató rápidamente. Zoro y Sanji, como siempre, se unieron al combate. Zoro cortó un tentáculo del Kraken con su Santoryu, mientras Sanji lo atacaba con su técnica de Diable Jambe. "¡Deja algo para mí!", se quejó Luffy mientras golpeaba el Kraken con su Gomu Gomu no Elephant Gun. La batalla era intensa, los tentáculos del Kraken azotando el barco y la tripulación luchando con valentía.

Mientras tanto, en el Sunny, el caos se apoderó de la tripulación. Brook, con su humor característico, intentaba mantener el ánimo. "¡No se preocupen, chicas! ¡Siempre hay un camino hacia la victoria!", decía, mientras Robin conjuraba manos grandes para proteger el barco de los ataques del Kraken.

Sin embargo, la alegría se tornó en preocupación cuando un estruendo resonó en el océano. Un volcán cercano estaba a punto de entrar en erupción. "¡Debemos salir de aquí!", gritó Nami, su voz llena de urgencia. La tripulación se apresuró a maniobrar el barco, pero algo los detuvo. Caribou, que había permanecido en silencio, había logrado liberarse de las cuerdas y preparaba su ataque.

"¡Es el momento perfecto para acabar con ustedes!", exclamó Caribou, su mirada llena de malicia. Pero antes de que pudiera hacer algo, un tentáculo del Kraken lo atrapó. "¡Esto es un error!", gritó, mientras el Kraken lo arrojaba lejos.

El caos se intensificó cuando el volcán comenzó a erupcionar, lanzando lava y cenizas al océano. La tripulación de los Sombrero de Paja se unió, luchando no solo contra el Kraken, sino también contra la amenaza inminente del volcán. Luffy, Zoro y Sanji se mantenían firmes, pero la situación se volvía cada vez más desesperada.

"¡Hacia el Sunny, chicas!", ordenó Nami, mientras la lava comenzaba a caer en cascada hacia el océano. Las Sombrero de Paja lucharon con todas sus fuerzas, cada una con su propia historia y sueños, pero unidas por un solo objetivo: sobrevivir.

Finalmente, en medio del caos, Luffy, con su gran corazón, gritó: "¡No dejaré que nada nos detenga! ¡Somos una tripulación, y juntos venceremos cualquier cosa!"

Las chicas se miraron entre sí, sus ojos llenos de determinación. A pesar de las adversidades, sabían que estaban juntas en esto. Con un grito lleno de energía, avanzaron hacia el ataque, luchando no solo por su propia vida, sino por la de todas las que amaban y por el futuro que aún estaba por venir.

En ese momento, el Thousand Sunny avanzó, impulsado por la esperanza y la valentía de su tripulación. El futuro era incierto, pero juntas, estaban listas para enfrentarlo.

En la vasta y resplandeciente profundidad del océano, el Thousand Sunny se desplazaba con gracia hacia su destino soñado: la Isla Gyojin. La tripulación de las Sombrero de Paja, ahora compuesta en su mayoría por mujeres, se preparaba para una nueva aventura, aunque en el aire flotaba una tensión palpable. Luffy, el único hombre del grupo, sonreía despreocupadamente, ajeno a los oscuros presagios que el futuro le había revelado. Había viajado al pasado, pero sus conocimientos eran un secreto que debía guardar.

Las chicas de la tripulación, como siempre, estaban al acecho de la inocencia de Luffy. En cualquier momento que podían, se aprovechaban de su ingenuidad, riendo mientras le manoseaban o lo colocaban en situaciones incómodas. Zoro, Usopp, Sanji y Franky, en su nueva forma femenina, no perdían la oportunidad de hacerle bromas al capitán, disfrutando de sus reacciones imprevistas.

— ¡Luffy! —gritó Zoro, con una sonrisa traviesa—. ¿Puedes pasarme eso que está detrás de ti?

Luffy se giró, sin pensar que era una trampa. En un instante, varias de las chicas se lanzaron sobre él, haciéndolo caer al suelo mientras se reían.

— ¡Se siente tan suave! —exclamó Usopp, mientras le acariciaba el cabello.

Mientras la risa resonaba en el barco, una sombra oscura se cernía sobre su travesía. En el horizonte, la Isla Gyojin se levantaba majestuosamente, envuelta en una burbuja gigante. Sin embargo, antes de que pudieran acercarse, una voz retumbante resonó en el agua.

— ¡Ustedes, humanos! —gritó Hammond, un hombre-pez con dientes afilados como dagas—. ¡No pueden pasar sin unirse a nosotros o enfrentar las consecuencias!

Luffy, confiado y despreocupado, respondió:

— No estoy interesado en unirme a nadie. ¡Estamos aquí para explorar!

Hammond, al notar la determinación en los ojos del joven, ordenó a sus bestias marinas que rodearan el barco. Las Sombrero de Paja se prepararon para luchar, la adrenalina corriendo por sus venas. Zoro desenvainó su katana, mientras Sanji se posicionaba, lista para lanzar una patada poderosa.

La batalla comenzó con un estruendo. Las chicas luchaban valientemente, utilizando su agilidad y habilidades de combate. Luffy, con su elasticidad y fuerza, se lanzó hacia Hammond, esquivando ataques mientras golpeaba a las bestias marinas.

— ¡Coup de Burst, ahora! —gritó Franky, mientras el barco comenzaba a despegar. El Sunny se elevó por encima de la confusión, logrando escapar momentáneamente de la amenaza.

Sin embargo, el volcán de la isla comenzó a erupcionar, lanzando magma y cenizas. Surume, el monstruo marino que había sido su aliado, se llevó al Sunny lejos de la explosión inminente, pero no sin recibir daño. Una roca cayó, y Surume perdió el conocimiento, arrastrando al barco hacia el abismo.

En el silencio del océano, las Sombrero de Paja despertaron en el fondo, junto con su amado barco, que ahora yacía de costado. A su alrededor, la luz de la Isla Gyojin brillaba, atrayéndolas como mariposas a la llama. Pero antes de que pudieran celebrar su llegada, una voz resonó en la oscuridad.

— ¡Surume! —gritó una sirena, al ver al monstruo marino asustado—. ¡No dejes que esos humanos te controlen!

Con el corazón latiendo fuertemente, las chicas se lanzaron al ataque. Luffy, aún ajeno a la historia que se desplegaba, se enfrentó a Hammond de nuevo, sintiendo el peligro inminente. Las sirenas que habían sido testigos comenzaron a murmurar, temerosas de la llegada del sombrero de paja y de lo que eso podría significar para su hogar.

— ¡No puedes detenerme! —gritó Luffy, esquivando un ataque de Hammond y contraatacando con un poderoso golpe. Pero mientras la batalla continuaba, Shyarly, la sirena adivina, vio una visión aterradora en su bola de cristal.

— ¡El hombre con el sombrero de paja destruirá la Isla Gyojin! —gritó, su voz llena de pánico.

Las sirenas se miraron unas a otras, y el caos estalló. Las Sombrero de Paja, ahora atrapadas entre los temores de las sirenas y la hostilidad de los hombres-pez, debían encontrar una manera de salir de esta situación. El corazón de Luffy se hundió al escuchar la advertencia, pero sabía que debía seguir adelante, sin importar el costo.

Mientras el volcán rugía en la distancia, una tristeza profunda se apoderó de Luffy. Sabía que su viaje estaba marcado por desafíos, pero también por la esperanza de un futuro mejor. Las lágrimas comenzaron a brotar en sus ojos, pero las risas de sus compañeras resonaban en su mente, recordándole que no estaba solo. Aunque las sombras se cernían sobre ellos, la luz de su amistad brillaría más fuerte que cualquier oscuridad.

En el vibrante y misterioso Distrito Noé, una atmósfera de tensión y peligro se palpaba en el aire. La historia comenzaba con "Mano de Cangrejo" Gyro, una pirata de mirada desafiante y largo cabello oscuro, que junto a su equipo femenino, se apresuraba a escapar de las garras de los Nuevos Piratas Gyojin. Las sombras de su pasado la perseguían, y su tripulación se sentía impotente, obligada a servir a un grupo que despreciaba a los humanos. Mientras tanto, en el fondo del mar, en el reino de Ryugu, la historia de Luffy, el joven hombre con el sombrero de paja, se entrelazaba con la de estas mujeres valientes.

Luffy, aunque conocía el futuro gracias a su viaje en el tiempo, se mantenía en silencio. Su apariencia despreocupada ocultaba una sabiduría que solo él poseía. En su viaje, se encontró con la tripulación de la Princesa Shirahoshi, quienes lo recibieron con una mezcla de curiosidad y picardía. Las mujeres de su tripulación, Zoro, Usopp, Sanji y Franky, se deleitaban con la inocencia de Luffy, aprovechando cada oportunidad para tocarlo y burlarse de su desamparo en situaciones comprometedoras. Sin embargo, Luffy se mantenía ajeno a sus intenciones, enfocado en sus objetivos y en proteger a sus amigos.

En el palacio de Neptuno, la alegría se mezclaba con la preocupación. Neptuno, el rey tritón, invitó a los Sombreros de Paja a un banquete para agradecerles por salvar a Megalo, el tiburón mascota de su hija. Mientras Luffy se maravillaba con la decoración del palacio, la atención de las mujeres se centraba en él, disfrutando de la forma en que su rostro se sonrojaba ante sus miradas traviesas.

La calma se rompió cuando Gyro y su tripulación fueron confrontadas por Hody Jones, el temible capitán de los Nuevos Piratas Gyojin. Con una sonrisa siniestra, Hody, acompañado de sus oficiales, mostró su fuerza y desprecio por los humanos. Mientras Hody consumía sus Esteroides Energéticos, su poder aumentaba a un ritmo alarmante, y la lucha por la supervivencia estalló en un caos de gritos y ataques. Gyro y su tripulación luchaban con valentía, pero la fuerza de Hody era abrumadora. Las mujeres de la tripulación de Gyro se defendían con determinación, pero la superioridad numérica de los hombres-pez era desalentadora.

Mientras tanto, en el palacio, la situación se tornaba grave. Luffy, atraído por el olor de la comida, se encontró con la princesa Shirahoshi. La sirena gigante, asustada y vulnerable, se escondió detrás de Luffy, quien intentaba consolarla. Pero su inocente comentario sobre su debilidad hizo que Shirahoshi estallara en lágrimas, causando un torbellino de emociones en el joven pirata. La conexión entre ellos se fortalecía en medio de la confusión.

De repente, un ataque sorpresa de Vander Decken IX, un hombre-pez con poderes mortales, interrumpió la calma momentánea. Sus hachas volaban hacia Shirahoshi, pero Luffy, sin pensarlo, se lanzó para protegerla, logrando desviar el ataque. La valentía del joven despertó un sentido de esperanza en Shirahoshi, quien comenzó a ver en él a un verdadero protector.

Mientras las luchas continuaban, la tripulación de Luffy enfrentaba sus propios demonios. Zoro, Usopp y Sanji se unieron en una batalla por la supervivencia, mientras las tensiones aumentaban y la traición se cernía sobre ellos. La conexión entre las mujeres y Luffy se volvía más intensa a medida que luchaban codo a codo, cada una aprovechando la oportunidad para tocarlo y burlarse de su confusión, mientras Luffy, ajeno a las intenciones de sus compañeras, se concentraba en la pelea.

En el clímax de la batalla, Hody se enfrentaba a Gyro, mientras las mujeres de su tripulación se unían a la lucha. Los gritos de batalla resonaban en el aire, y cada golpe era un recordatorio del sacrificio y la valentía que se necesitaba para luchar por lo que era correcto. Las emociones se intensificaban, y la camaradería entre Luffy y sus compañeras se transformaba en una poderosa fuerza.

De vuelta en el palacio, el rey Neptuno, alarmado por los rumores de un ataque, se preparaba para defender a su familia. Pero la situación se tornaba crítica cuando se revelaba la traición de Vander Decken y Hody, quienes se unían para desatar su venganza. La lucha por el futuro del reino estaba a la vuelta de la esquina, y el destino de todos colgaba de un hilo.

En medio de la confusión, la lealtad y la amistad se ponían a prueba. Las risas traviesas de las mujeres que rodeaban a Luffy se mezclaban con la seriedad de la batalla, creando un contraste emocional que resonaba en los corazones de todos. La historia estaba lejos de terminar, y el futuro de todos dependía de la valentía de un pequeño hombre que sabía más de lo que dejaba ver. La lucha continuaba, y el eco de las decisiones tomadas resonaría en las profundidades del mar.