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Chapter 7 - Capítulo 7

Los carros automáticos son fáciles de manejar y aún más fácil si vas por la carretera, no te tienes que preocupar de las direccionales, revisa los espejos de vez en cuando o ver otros carros que se pegan al tuyo poniéndote nervioso por si te van a chocar .

Aún así la estaba viendo muy de cerca por si en algún momento da un volantazo y nos lleva a visitar a los caballos del campo.

No creo que suceda, ella solo tiene que pisar el pedal de aceleración y mantener el volante derecho.

Mientras ella está conduciendo, yo estoy pensando en todo lo que cambió en mi vida desde ayer. 

Me convertí en un hombre de arena con todo lo que ello implica. Que no sé lo que implica así que hay que investigarlo.

Tengo un servidor de Minecraft dentro de mí donde hay personas en situación parecidas a las mías a las que les puedo pedir ayuda, consejos o solo ir a relajarme subiendo algunas habilidades para conseguir poderes en la vida real. 

Cuando haya tiempo tengo que investigar con más detalle el servidor, es algo que nos dio Dios así que debe de ser muy útil.

Por último, el mundo en donde estoy. Universo DC, no sé mucho sobre ese universo, jamás me interesaron lo suficiente los cómics para leerlos. En los últimos años comenzaron a sacar películas de ese universo como: Linterna Verde, Superman el hombre de acero y Batman el caballero oscuro.

Lo más probable es que haya más películas de DC qué jamás vi, pero lo que sé de ellas es que los linternas verdes son los guardianes del universo, Superman es un kryptoniano llamado Clark Kent y su debilidad es la kriptonita, y Batman es Bruce Wayne un tipo rico y listo obsesionado con proteger a su ciudad.

Hay algunas otras cosas que escuché en algún lado como: la magia existe y Superman es débil a ella, Batman tiene un mayordomo llamado Alfred.

No es mucho, pero no tengo un cuaderno para apuntar todas las pequeñas cosas que sé sobre el mundo de DC. Que no es mucho para el caso.

Para cosas más actuales, la bolsa negra que está en el maletero contenía las cosas necesarias para hacer un secuestro, había cuerda, esposas, cinta negra, bolsas de basura, teléfonos posiblemente desechables y dos pistolas.

Tiré todas las cosas sospechosas, pero conservé la bolsa y la cinta negra. Las demás cosas las tiré en el camino, excepto las pistolas, esas las arrojé lo más lejos que pude del camino.

"Acelera otros 30 kilómetros, vamos muy lento" le dije. Estamos yendo a una velocidad de 40-50 kilómetros en una carretera de alrededor de 100 kilómetros.

El carro comenzó a acelerar a una velocidad mucho mejor. Me fijé en el velocímetro y literalmente estamos avanzando 30 kilómetros más rápido. 

Me fijé en su postura al conducir y se ve muy incómoda. Está sentada en la orilla del asiento, no está recargada en el respaldo, está agarrando fuertemente el volante con las dos manos y está usando toda la pierna para empujar el acelerador en vez de solo el pie.

"Cuando te canses me avisas", dije. No creo que aguante más de diez minutos con ese ejercicio de pierna qué está haciendo.

"Estoy bien".

Mientras se cansa tengo que pensar en un plan para cuando nos encuentren los asesinos/secuestradores y que no seamos ni asesinados ni secuestrados.

Plan uno. Esconder a la niña. Que a la niña no la vea nadie, bajar a la tienda solo, comer en restaurantes solo, pedir habitación individual en el hotel. Que no exista ninguna prueba de que voy acompañado y cuando lleguen los secuestradores decir que me robé el auto porque quería hacer una nueva vida en Metrópolis y decir que jamás conocí a una niña en el almacén.

Problemas. Ya la vieron a la niña conmigo en la gasolinera/tienda en la mañana. Tendría que esconderse en todo momento por si alguien la ve conmigo. Cuando lleguen los secuestradores no la tienen que ver, que se oye fácil, pero no hay ningún lugar para esconderse en el auto y dependiendo de la habitación del hotel también sería fácil encontrarla.

No es un buen plan actualmente, pero hay potencial para mejorarlo.

La niña ya se está casando, el carro va bajando lentamente la velocidad para que de repente la vuelva a aumentar cuando se da cuenta de lo que sucede.

"Estaciónate aquí", dije.

"Aún no estoy cansada".

"Te creo, pero aún así estaciónate. Deja que el auto disminuya la velocidad por sí solo. Cuando quede poca velocidad sales de la carretera y frenas despacio".

Lo hizo casi perfecto excepto porque frenó demasiado fuerte al final.

"Es más cansado de lo que pensaba. No sé cómo le hacen para conducir así".

"Es porque estás muy tensa. Primero acerca más el sillón hasta que puedas alcanzar los pedales con la espalda recargada. Y no uses toda la pierna para acelerar, solo la punta del pie, lo demás lo dejas reposando en el piso".

Ella movió el asiento como le dije. Le tuve que decir que lo acercara más, aún así no lo acercó lo suficiente para que la pierna esté en el lugar correcto.

"Antes de que empieces a conducir de nuevo tómate un descanso, come papitas y relájate un rato".

Mientras esperábamos, estaba viendo los alrededores, hasta que me vi a mí mismo en el espejo lateral del carro. Me veo muy joven sin la barba, sin ella me calculo unos 16 a 20 años de edad. Cuando volteé a mirar a la niña de 14 años se me ocurrió un plan.

Plan dos. Fingir que somos pareja. Hacer que parezca que somos una pareja de enamorados tontos que se escaparon de casa porque el papá de ella no aprobaba nuestra relación. Entonces decidimos robar un carro convenientemente abandonado y huir a otra ciudad para tener una vida mejor.

Problemas. Cuando la vean sabrán que es ella y se la llevarán. Se puede cambiar su apariencia, si le pintamos el cabello a rubio, le ponemos extensiones al cabello hasta la cintura y le cambiamos la ropa a algo menos oscuro y más a princesa de Disney sería una persona completamente diferente, puede que no la reconozcan aunque su cara sería la misma.

Podríamos conseguir maquillaje y pintarla tanto para que no se parezca a ella misma, pero no soy tan buen maquillador y dudo que ella lo sea. Podríamos buscar una tienda de ese estilo, pero no sé si existe y aunque existan no creo que el maquillaje dure tantos días.

No es un muy buen plan, pero con mejores historias de fondo quizás podamos convencerlos de que no somos las personas que buscan y se vayan.

Comenzó a manejar de nuevo, se sigue viendo tensa, pero mínimo su pierna ya no está en el aire. Solo hace falta que se acostumbre y estará más relajada.

Calculo que se va a aburrir de conducir alrededor de una o dos horas.

Mientras tanto voy a hacer lo que debí hacer desde anoche. Controlar mejor mi cuerpo. Voy a hacer algo sencillo, convertir solo mi mano derecho en arena. Cuando pueda hacerlo cambiaré a solo el dedo índice, después el dedo meñique y después una combinación de cualquier dedo que quiera.

Mientras practico seguiré pensando en segundo plano en otros planes que pueden funcionar.

No es tan fácil como esperaba. Puedo relajar la mano, pero no veo ningún cambio que suceda. Observé el campo a nuestros alrededores, disfrutando del viento en mi cara. Hay que decir que para estar "muerto" me siento tan feliz como lo fui hace años. Casi puedo escuchar una música de fondo alegre y llena de aventura que habrá en el futuro.

Después de un rato de disfrutar el aire y el carro en movimiento era el momento de concentrarme en lo que estaba haciendo. En cuanto miré mi mano me di cuenta de que no estaba, pero no solo la mano desapareció también el antebrazo y aunque el brazo sí estaba se notaba que perdió algunos centímetros y perdió el color de la ropa.

Esto va a ser molesto y complicado. Pasó lo mismo en el hotel, el ver como dejo de ser humano hace más difícil hacer perder mi forma humana.

Tengo que hacer que mi mano desaparezca pero no puedo ver mientras lo intento, pero necesito observar para saber si funciona.

Es paradójico. No ver, pero necesitar ver. Aún puede funcionar como ya se demostró, pero no me gusta tener que distraerme para hacerlo funcionar.

Tengo dos opciones. La fácil o la difícil. Puedo observar mi mano y obligarla a hacer lo que yo quiero aunque lo más probable es que tarde más en lograr resultados o puedo hacer lo que hice ahorita, relajar la mano y luego distraerme para que funcione en segundo plano. Claro, es posible que necesite hacerlo muchas veces y no tenga un control tan preciso como la primera opción.

Entonces la opción donde voy a tener que concentrarme al 100 por ciento durante largos periodos de tiempo para lograr un mejor control o disfrutar de las cosas mientras dejo que un pedazo de mi mente se concentre en hacer ese ejercicio.

Solo veo una elección posible.

Reformé mi brazo, relajé la mano y observé el paisaje que pasaba por la ventana.

No parece la mejor opción a simple vista, pero me conozco lo suficiente para saber que si no veo resultados en los primeros diez minutos me irritaré y dejaré de intentarlo.

Observaba mi brazo en períodos de dos a tres minutos, no ha salido tan bien como la primera vez que lo hice por accidente. Mi brazo ya no se convirtió en arena suelta en los intentos posteriores, pero he ido mejorando ya no se está deshaciendo el brazo, solo del antebrazo para abajo.

Así que hay puntos positivos y negativos.

Mientras siga habiendo mejoras sin necesidad de tanto esfuerzo me parece bien.

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"Lo siento", dijo ella al verme agarrar el volante cuando lo giró hacia fuera de la carretera por error al tratar de agarrar algo para comer. 

"No pasa nada. Ya lo veía venir", le tranquilicé.

"Si lo viste venir por qué no me avisaste. Eres un mal profesor", bromeó ella con un tono ligero.

"¿Profesor? No me considero profesor, más bien un controlador de daños. Solo evito que nos trates de matar".

Se me ocurrió otro plan.

Plan tres. Matar a los secuestradores. Con las habilidades de ella y yo siendo imposible (no comprobado) de matar con una pistola (que no sé usar), las posibilidades de que lo lograremos son muy altas.

Problema. No creo que Superman, los héroes, la policía y el mundo estén de acuerdo con que lo hagamos. También dudo que la niña quiera matarlos. Tampoco sé si pueda hacerlo, una cosa es defensa propia legítima y otra es un plan premeditado de matar a alguien.

Seré honesto. No es un buen plan, pero no hay que descartar opciones hasta que sean analizados sus pros y contras. No limites las opciones solo porque sean ilegales.

"¿Controlador de daños?", preguntó ella.

"Sí. Si fuera tu profesor no dejaría que estés manejando en la calle el primer día", dije mientras le entregaba la bolsa de papas que trató de agarrar.

"Y tampoco te dejaría comer mientras manejas", continúe diciendo.

"Gracias, creo", dijo ella.

Siguió manejando durante un tiempo, pero poco después intercambiamos de lugar.

Se me ocurrió otro plan en el camino.

Plan cuatro. Conducir sin parar. Nunca quedarnos en un hotel a dormir y seguir conduciendo de noche. Yo conduciría de noche y ella lo haga de día mientras yo duermo. Así sería imposible que nos alcanzaran antes de llegar a Metrópolis.

Problemas. Odio manejar de noche, la poca luz, el cansancio y la falta de entretenimiento que me mantendría despierto aumenta las posibilidades de un accidente y teniendo en cuenta mi mala suerte actual es casi seguro que algo pasará. Tampoco quiero dormir mientras ella conduce, no es lo suficientemente buena para dejarla sin supervisión durante ocho horas seguidas mientras descanso.

Al comenzar a conducir mi práctica corporal empeoró, ahora estaba concentrado en la carretera y mi mano derecha es más útil para conducir que la mano izquierda, entonces cambié la mano que trato de deshacer. Aun así la práctica empeoró, ahora había muchas cosas a las que prestarle atención, desde conducir, pensar otros planes, observar a la niña y mi brazo. Ya hay tantas cosas que no puedo decir que me estoy relajando. Supongo que cuatro planes ya son suficientes.

1. Plan: Esconder a la niña.

2. Plan: Fingir que somos pareja.

3. Plan: Matar a los secuestradores (descartado).

4. Plan: Conducir sin parar.

Prefiero seguir jugando a la mano que desaparece que seguir pensando en planes que tal vez no necesitemos. No tengo suficientes pruebas para creer que nos están persiguiendo, tal vez su padre ya no la busque después de matar a sus secuestradores o tal vez se entere en una semana que están muertos y nunca necesitemos un plan y nos estamos preocupando por nada.

Por eso estoy relajado, prefiero no seguir pensando en un futuro que es posible que jamás suceda que preocuparme, tener ansiedad, estrés, depresión por cosas que aunque pueden suceder es improbable que sucedan en mi vida.

Entonces no me preocuparé por un secuestrador que no existe. Necesito saber si es hombre o mujer, su edad, qué armas utiliza y por último, necesito verlo. Hasta que eso suceda todo es circunstancial.

Por mientras me concentraré en conocer a la niña, en mí y en cómo voy a gritar de alegría cuando conozca a Superman. Es un sueño que tiene todo niño y lo voy a cumplir aunque ya no lo sea.

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"¿Y cuál es tu héroe favorito?", pregunté después de que hubo un silencio muy largo. 

"Mi héroe favorito es Batman", contestó ella. 

"¿Batman? Curiosa elección, ¿por qué elegiste a Batman?", pregunté ya que existen superhéroes con… bueno… poderes.

"Porque él sale todas las noches a defender su ciudad. Hace que los criminales le tengan miedo con solo verlo. Con solo mencionar el nombre de Batman hace que los criminales más peligrosos estén nerviosos. Cada vez que sale la bati-señal sabes que él está ahí defendiendo la ciudad más peligrosa solo", dijo ella con una voz cada vez más segura con tal pasión que solo la tienen los que creen en lo que dicen.

"Pero no tiene poderes. Solo…", dije.

"¡Por ​​eso mismo! Solo es un humano normal y puede hacer que todos los malos le tengan miedo", exclamó ella con admiración interrumpiendo.

"Es impresionante, pero no me gusta que un multimillonario salga de noche a golpear personas. O sea, es millonario, tiene que tener cosas mejores que hacer que ser Batman por la noche. Como dormir, por ejemplo", dije.

"¿Batman es millonario?", preguntó atónita.

"Sí, ya sabes, él es Bru…Bru…". Maldición, casi digo la identidad secreta de Batman. "Bru… Bruno Diaz de día y Batman de noche", terminé diciendo después de tartamudear un poco. Bruno Diaz es una traducción pésima de Bruce Wayne, pero en este momento me sirve.

Maldición. Di suficiente información para descubrir la identidad de Batman. No creo que existan muchos multimillonarios en Gotham que su nombre comience con "Bru". Espero que este error no me vaya a afectar en el futuro.

Por estas situaciones no me gustan las identidades secretas, ni los secretos en general. Solo un error de alguien puede arruinar todo lo que alguien ha tratado de ocultar con tanto esfuerzo.

"Tú", gritó ella señalándome con el dedo. "¡Sabes la identidad de Batman!".

"Dime quién es. Por favor. Soy su mayor fan. Juro por Dios que si me lo dices jamás se lo diré a nadie", continuó diciendo. 

"Yo…".

"Por favor. Por favorcito. Es lo único que quiero saber antes de morir. ¿Por favor?".

Estoy dudando si decirle o no. Ya di suficientes pistas para que lo pueda descubrir en Internet. Y dudo que se le vaya a olvidar lo que dije.

La pregunta es decirle ahora o después. 

"Bien. Con una condición, si no lo vuelves a mencionar hasta que lleguemos a Metrópolis y si haces la promesa de meñique que jamás se lo dirás a nadie".

"¡Lo prometo! ¡No escucharás ni una pregunta más sobre Batman!".

Espero que Batman no se enoje mucho si descubre que su identidad secreta ya no es secreta. 

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"¿Puedo conducir otra vez?", dijo ella conducir después de otro momento de aburrimiento.

"Está bien, pero solo hasta que anochezca o encontremos un hotel donde quedarnos".

Chequé tres veces la zona donde iba a estacionar el carro, solo para estar seguro de que no hay algún clavo, alambre, cerámica, piedra afilada o cualquier cosa que pueda pinchar un neumático si pasa por encima.

No voy a dejar que la mala suerte me afecte si puedo evitarlo. Aunque tenga que revisar tres veces para estar seguro que todo está bien.

"Si encontramos una ciudad o pueblo grande intercambiamos de lugar otra vez", le dije cuando intercambiamos de asiento.

"¿No confías en mí para que no choque?".

"Nop, la mitad del tiempo estás yendo por los dos carriles".

"¿Sabes? Tienes razón, no eres un buen profesor. Un profesor me lo habría dicho en cuanto lo hice", expresó ella.

"Lo sé, un profesor te habría dicho que no volviste a acomodar el asiento para que no te canses. Pero no me gustan los profesores que te están corrigiendo a cada segundo. No importa qué tan pequeño sea el error".

"Por ejemplo. No te estás poniendo el cinturón de seguridad, tampoco estás acomodando el espejo retrovisor para tu altura y esos son algunos errores y eso que vas en línea recta en una calle vacía. Si entras a la ciudad cometerás muchos más", continué diciendo.

"Tienes razón, mejor quédate como el controlador de daños silencioso que no me regaña por tratar de matarnos", dijo ella con ¿sarcasmo? o ¿ironía?

En cuanto terminó de hablar se estacionó para mover el asiento para adelante, enderezar el asiento, acomodar el espejo retrovisor y… no se puso el cinturón de seguridad.

"Está bien".

No dije nada sobre el cinturón. Si dos secuestradores no pudieron capturarla en varios intentos, dudo que choquemos en una calle vacía. Y si sucede no creo que muera.

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Con el tiempo se fue el amanecer, el atardecer y llegó la noche mientras conducíamos a Metrópolis. Decidí que en el primer pueblo o ciudad que nos encontremos buscaríamos un hotel donde poder pasar la noche.

Finalmente, decidí qué plan vamos a seguir. Plan uno, esconder a la niña. Es un plan sencillo y simple, no hace falta hacer casi nada para seguirlo. Solo tengo que decirle a la niña que se quede en el carro cuando me baje a pagar la habitación del hotel y si llegamos a un restaurante pido comida para llevar y que coma mientras seguimos conduciendo. El problema es cuando necesite ir al baño en la carretera, no puedo ocultarla en ese momento, pero no creo que los secuestradores vayan a estar deteniendo carros en la carretera para preguntar si vieron a una niña, es más lógico que solo lo hagan en pueblos o ciudades por las que pasamos.

Al llegar la noche estaba conduciendo yo, entre el cansancio, el sueño, la baja visibilidad de la carretera, la molesta luz que encandila los ojos por los carros en sentido contrario y que era su primera vez conduciendo preferí continuar yo.

Estadísticamente, es más posible que ocurran accidentes en el día con la calle vacía, pero estadísticamente tengo más miedo de que sufra un accidente de noche que de día. Por ese motivo dejé de vigilar a la niña que se está durmiendo y de jugar a la mano que desaparece y me concentré en conducir para que no suceda ningún accidente.

Después de unas horas de conducir, de ver algunas manchas borrosas que posiblemente eran granjas, de casi chocar con un animal que saltó enfrente del carro, logramos llegar a una ciudad lo suficientemente grande para poder sobrevivir sin necesidad de turistas.

En cuanto entramos a la ciudad se podía ver un espectacular del hotel "Sleepy".

Finalmente, conseguimos un hotel, cuando me fui acercando pude verlo mejor. Un edificio rojizo con un diseño de ladrillo en las paredes de tres pisos con tres alas para habitaciones, rodeado de pastos y arbustos podados de formas estéticas.

Un verdadero hotel no como el motel en el que me quedé anoche.

Estacioné el carro un poco lejos de la entrada para que no vean a la niña, solo espero que no se despierte y se asuste, ocasionando un escándalo.

Al entrar a la recepción se puede ver a la recepcionista (obviamente), una sala de espera con sillones de piel con mesas de cristal, pinturas de la naturaleza en las paredes y un comedor con muchas sillas y mesas elegantes, pero sencillas.

Si tuviera que decir cuántas estrellas tiene el hotel diría que de tres a cuatro. El lugar es grande y espacioso, tiene buena decoración y parece elegante a simple vista, pero se puede ver si le prestas atención que no han remodelado algunas cosas en unos años como: la barra de recepción, las mesas del comedor y los cuadros de pinturas.

"Buenas noches, me puede dar una habitación sencilla", le dije a la recepcionista cuando llegué.

"La habitación sencilla cuesta 100 dólares por noche, ¿cuantas noches se va a quedar?", me contestó Bella (su nombre estaba en su gafete) con un tono entre cansado e irritado.

"Solo una noche", contesté mientras sacaba la cartera para pagar hasta que vi la pantalla de la computadora.

"Ahí dice que son 85", le dije mientras le señalaba la computadora.

"Se cobra extra por la noche".

El descaro de la recepcionista es impresionante. Te roba en la cara y ni se inmuta.

Me quedé viéndola a la cara en silencio para ver si se retractaba.

"Quieres la habitación o no. Te puedes ir a buscar otro hotel si no te gusta".

"¡Bien!", dije mientras le pagaba y me daba la llave.

Me molestaría más si me robaran de esta manera si estuviera pagando con dinero real. Olvídate que voy a pagar este robo cuando tenga dinero. Ya van dos ladrones que me roban, pero solo uno tuvo la decencia de llevar un cuchillo.

Al subir al carro la niña seguía dormida, solo unos metros más y podremos descansar los dos.

La habitación estaba en el primer piso, algo bueno porque no sé si voy a despertar a la niña o la voy a cargar en brazos a la cama.

Al entrar a la habitación se veía la cama individual con una sobrecama tan bonita que me llamaba a acostarme y dormirme en ella en este momento. Había un buró junto a la cama, un peinador con un espejo gigante encima, una alfombra blanca en todo el piso y una puerta que al abrirla daba al baño.

Me sentí lo suficientemente paranoico para agarrar la pistola que tengo en la camisa cuando iba a abrir la puerta del baño. La habitación oscura, la puerta cerrada y el no saber qué hay detrás de ella y saber que hay personas buscándonos. Toda la situación me dio la sensación que detrás de esa puerta hay un asesino que me matará en cuanto abra esa puerta.

Era como cuando era un niño y tenía miedo de un fantasma escondido en el armario. Hice lo que siempre hago desde que dejé de ser un niño.

Abrí la puerta.

Obviamente no había un asesino, solo un baño normal y corriente.

Dejé la puerta abierta cuando volví a la habitación. Al ver el arma que tengo en la mano me di cuenta de que ni siquiera le quité el seguro, si hubiera necesitado disparar no hubiera podido. Necesito recordarlo la próxima vez que sea necesario usar la pistola.

Después de ver el arma unos segundos la dejé en un cajón del peinador. No voy a dormir con un arma en mi cuerpo.

Salí de la habitación dirigiéndome al carro. Ahí vi a la niña durmiendo en el asiento, tan tranquila, tan pacífica, tan cómoda. Una lástima tener que despertarla.

"Hey. Despierta", le dije mientras la movía un poco para que entrara a la habitación.

"¿Mmm?".

La bajé del carro y empezó a caminar como un zombie hacia delante mientras se recargaba en mí mientras la llevaba a la habitación, al entrar la dejé acostada en la cama y la tapé con la sobrecama quedando como un burrito humano.

Probablemente no recuerde que la desperté de lo cansada que estaba.

Me aseguré de cerrar el carro y la habitación con llave antes de agarrar una almohada y acostarme en el piso.

Fue un día largo.

Estoy cansado, pero no tanto como esperaba. Parece que me equivoqué al pensar que con este cuerpo lo hacía más rápido. 

Tengo que tacharlo de mi cuaderno mental. Ah, eso es lo que me faltaba de la tienda, un cuaderno para apuntar mis ideas.

Eso fue lo último que pensé antes de quedarme dormido mientras mi cuerpo empezaba a perder su forma humana y solo quedaba arena en la alfombra con una silueta de una persona.

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Se escuchaban voces en voz baja y alguien llorando, pero todo era confuso, todavía era de noche y mi cerebro quiere seguir durmiendo.

Después de unos minutos de esperar a que la voz indistinguible se callara para poder seguir durmiendo. Cuando no sucedió, decidí levantarme para saber qué estaba sucediendo.

Mi cuerpo se reformó instantáneamente sin que me diera cuenta al levantarme.

Al escuchar atentamente supe de dónde venía el ruido, de la cama o más específicamente, de la niña.

La niña estaba acostada en la cama viendo el espejo fijamente mientras sollozaba pidiendo disculpas y diciendo que no era su culpa lo que pasó. Apenas lograba entender lo que susurraba aunque estuviera a un metro detrás de ella.

Cuando entendí lo que estaba sucediendo, mi molestia por ser despertado disminuyó.

Pasó por el peor día de su vida y lo está recordando todo en este momento.

Está traumatizada por lo que sucedió y por lo que hizo. Matar a dos personas no es fácil de superar. Va a necesitar ayuda de un psicólogo para aceptar lo que sucedió, lo que tuvo que hacer para sobrevivir.

No soy un psicólogo, tampoco soy el mejor consolando personas. Pero puedo hacerle saber que no está sola, que puede contar conmigo.

En cuanto le toqué el hombro, se levantó de golpe con una expresión de terror en su rostro observándome.

De repente, sentí algo atravesarme. En cuanto volteé hacia abajo noté lo que estaba atravesándome, no lo que me atravesó. Un poste, un pilar, no sé lo que era, era negro y lo suficientemente grande para atravesar casi todo el torso de mi cuerpo.

No podía respirar, no sentía mi corazón latir. Entré en pánico. Al empujarlo me di cuenta de que no tenía fuerza suficiente para moverlo, no importa cuánto me esforzara no pude hacerlo. No importa cuánta fuerza usara, el poste no se movía ni un centímetro. Estaba atorado.

Traté de hablar, de gritar, de pedir ayuda, pero no salía ningún sonido de mi boca. La situación de no poder hacer nada me está enloqueciendo.

No puedo hacer nada.