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Chapter 8 - Capítulo 8 Interludio

POV Rachel Roth

Solo podía ver cómo él se esforzaba desesperadamente por tratar de sacar el tentáculo que tiene en el pecho. No importa si lograba hacerlo… él… ya murió.

Volvió a suceder. Los secuestradores tenían razón. Cualquier persona que trate de ayudarme va a morir. Pensé que ellos los iban a matar, después de que murieran creí que todo iba a estar bien. El reflejo del espejo tiene razón, todos los que estén a mi alrededor mueren por mi culpa.

"Lo siento. No quería que esto pasara", le susurré mientras mis ojos comenzaban a humedecerse.

El tentáculo empezó a deshacerse en humo poco a poco, dejando un agujero enorme en el pecho de él. Cuando el tentáculo desapareció, seguía de pie, examinando el agujero con las manos. Es desconcertante, debería estar muerto.

De un parpadeo a otro estaba completamente bien, no había ningún agujero en su pecho. Yo… creo que estoy loca. Si no fuera por su cara de sorpresa y cómo sigue tocando en donde estaba el agujero podría jurar que nunca sucedió.

Su cara pasó por todas las emociones posibles en segundos, desde sorpresa, shock, incertidumbre hasta aceptación y tranquilidad.

"¿Qué fue eso?", preguntó.

"Yo…", dije sin aún comprender lo que acababa de pasar.

"Olvídalo, es tu poder", dijo con tranquilidad "¿Algo más que necesite saber antes de que me trates de matar otra vez?", dijo con un tono mordaz al final.

"Yo…", repetí al seguir pensando en lo que sucedió, dándome cuenta de que no está tranquilo, solo reprimió sus emociones negativas para liberarlas más tarde.

"Veo cosas en el espejo", continué diciendo. Lo expliqué muy mal. Solo veo una cosa, a mí misma y me dice todo lo malo que he hecho, pero no tuve el tiempo para organizar lo que pensaba antes de contestar.

"Cosas malas, supongo", murmuró mientras agarraba la cobija y cubría el espejo del cuarto con ella y entraba al baño para tapar el espejo (que no sabía que estaba ahí) con una toalla.

"Cuando termines de bañarte nos vamos", continuó diciendo mientras salía del cuarto. Al abrir la puerta pude ver por la luz, apenas estaba amaneciendo, eran alrededor de las seis a siete de la mañana.

Me acerqué a la ventana para ver qué hacía. Se acercó al carro, le dio varias vueltas al auto y empezó quitar un espejo retrovisor.

Siempre lo vi tan tranquilo, experimentado, como si fuera un adulto aunque solo tiene unos años más que yo. Es raro verlo tan agitado. 

Sigo sin entender cómo sigue vivo.

"No tengo ropa para bañarme", murmuré cuando me di cuenta de lo que dijo.

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Después de tomar una larga ducha caliente muy necesaria tuve que ponerme la misma ropa sucia que estaba usando. La relajación que obtuve al sentir el agua caliente pasando por mi cuerpo se perdió al tener que usar la misma ropa que ya llevaba puesta desde hace dos días.

Antes de salir de la habitación giré a ver el espejo, aunque esté cubierto mi reflejo sigue ahí, ¿verdad?

Era tan sencillo como cubrirlo para hacerlo desaparecer o ¿aún puede hablar detrás de la cobija?

Al salir de la habitación ya había suficiente luz del sol para poder ver cómo era el hotel, el estacionamiento y a él recargado en el carro que por algún motivo solo tiene un espejo retrovisor.

Lo vi quitar los espejos, pero ¿por qué tuvo que quitar un espejo retrovisor?

"¿Estás lista?", preguntó en cuanto me vio.

"Sí", contesté asintiendo con la cabeza.

Antes de salir a la carretera se detuvo en la recepción del hotel. "Hotel Sleepy" parece que un niño le puso el nombre al hotel. Es el primer hotel verdadero en el que me quedo, no tengo mucha experiencia en hoteles, pero creo que el hotel es lo suficientemente bueno para tener un mejor nombre que "Sleepy". Es como si le pusiera de nombre a un gato "Kitty". Es un nombre muy trivial para un hotel tan bueno.

Eso fue lo que pensé mientras esperaba a que él volviera.

Ahora que regresó es la hora de irnos de viaje.

O tal vez no. Nos detuvimos otra vez en el camino, pero no sé por qué.

"¿Eres alérgica a algo?", preguntó él.

"¿No?", contesté con incertidumbre. No sé a qué medicina soy alérgica, mamá es la que sabe.

"¿Puedes comer cualquier cosa?", aclaró él lo que quería decir.

"Oh, sí. No soy alérgica a nada", dije avergonzada, no sé por qué pensé en medicina cuando obviamente es para desayunar algo. Aunque no nos estacionamos a lado de ningún restaurante.

"Bien, espérame aquí. Ahora vuelvo", dijo mientras salía del carro.

Lo veo irse notando que está tranquilo como cuando empezamos el viaje, una sonrisa muy ligera, un leve movimiento de cabeza que parece que está escuchando música.

Al verlo caminar me vienen muchas preguntas sobre él.

¿Por qué sigue vivo?

¿Por qué se ve tan tranquilo después que casi muere?

¿Por qué seguimos viajando juntos sí traté de matarlo?

¿Por qué todo se volvió tan raro de repente?

Tengo muchas preguntas sin respuestas. Tengo que averiguar qué sucede cuando estemos en camino. No me gusta esta sensación de no saber lo que pasa.

Volvió con una bolsa de comida en la mano. En cuanto me vio se tocó el pecho ligeramente con la otra mano con un leve ceño fruncido en su rostro.

Estoy equivocada, no creo que haya superado el hecho de que lo traté de matar esta mañana.

'Lo siento', pensé, disculpándome con él. 'Prometo que no volverá a suceder'.

"Toma", dijo mientras me entregaba la bolsa de comida.

"¿No vas a comer tú?", pregunté cuando vi que la bolsa solo tenía un empaque.

"No, no tengo hambre".

Al abrir el empaque y ver un burrito, o mejor dicho un burro monstruoso, esa cosa es tan grande que no cabe en mi boca. Casi me disloco la mandíbula solo para poder morderlo.

Estoy sorprendida por el tamaño de esa cosa, qué contiene para ser de ese tamaño. Empezó a conducir mientras trataba de comerme ese monstruo.

Es un sabor curioso, encontré carne, mayonesa, lechuga, ¿tomate? y creo que ¿aguacate?, creo que eso son todos los ingredientes. El sabor no está mal, pero no es algo que me gustaría comer seguido, especialmente porque es difícil de comer.

Ahora que lo pienso, ayer también comimos burros, ¿será que a él sí le gustan?

"¿A dónde vamos?, pregunté cuando noté que no estábamos tomando la carretera hacia Metrópolis.

"Vamos a una tienda para conseguir gasolina y más cosas para comer en el camino y a un desponchado para arreglar el neumático que se pinchó".

"Bien".

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Llegamos a la tienda.

"No te bajes", dijo él cuando iba a bajar.

"¿Por qué?".

Ya había pensado en las cosas que iba a agarrar para comer en el camino. También quiero caminar ahora que puedo, después de esto vamos a estar sentados por horas, quería aprovechar esta parada para estirar las piernas.

"Tengo un plan, así que quédate aquí", contestó él antes de bajarse del carro e ir a la tienda.

Me quedé ahí sola, viendo cómo compraba papitas (compró mis favoritas), jugos, chocolates, más o menos lo que había comprado la vez anterior. Y solo podía pensar en que había un plan.

Un plan… de algo.

Un plan que requiere que esté en el carro.

Un plan donde él entra a la tienda solo y necesita que yo esté en el carro.

Un plan donde él entra a una tienda con un arma con solo el cajero (sin testigos) y necesita que yo esté en el carro lista para huir en cuanto se suba.

¿Debería de ponerme en el asiento del conductor por si tenemos que huir?

Dejé de pensar en el plan.

Un plan. ¿No pudo haber sido más específico? ¿Está tratando de parecer misterioso?

Es como cuando mamá hablaba del "plan" de Dios, no sabes si el plan es bueno o malo, tal vez el plan no tiene nada que ver contigo o el plan es saber que existe un plan, pero sin saber de qué trata el plan.

Estoy un poco molesta, dejando un enigma y luego se va tan tranquilo sin dejar ninguna pista o respuesta.

"¿Cuál es el plan?", pregunté con un ligero ceño fruncido cuando se subió al carro con las compras.

"¿Mmm?", contestó él mientras sacaba un paquete de cacahuates de la bolsa.

"Plan uno: esconder a la niña".

"¿Qué?", pregunté sorprendida al escuchar el nombre del plan.

No pudo llamarlo "Esconder a Rachel" en vez de "Esconder a la niña". Sé que no sabe mi nombre, pero no pudo preguntar en vez de llamarme niña.

"Así se llama el plan. El plan consiste en no dejar que nadie te vea, ni en el hotel, ni en la tienda, ni en restaurantes. El objetivo es que parezca que estoy haciendo este viaje solo. Cuando lleguen los secuestradores a preguntar por ti, les diré que te abandoné en el camino cuando me di cuenta de lo problemática que eres y que se vayan a buscar a otro lado mientras nos dejan en paz".

Tiene un plan para cuando nos encontremos con los secuestradores. Sabía que mi padre pudo haber enviado a más personas a secuestrarme, pero cuando me subí al carro y salimos a la carretera dejé de preocuparme. Por algún motivo desconocido decidí relajarme, aprender a manejar y disfrutar del viaje.

Al escuchar el plan y analizarlo me doy cuenta de que se salteó algunos pasos e ignoró otros, ¿por qué los secuestradores me ignorarían si me ven sentada en el carro?

Pero primero una pregunta más importante.

"Sí sabes que tengo un nombre, ¿verdad?", dije molesta.

Yo tampoco sé su nombre, pero no lo llamo niño, joven, adolescente, salvador, conductor o tonto al parecer. Lo llamo en un neutral "él", una forma decente de referirme a una persona cuando no conozco su nombre.

Pero para él soy solo una niña que recogió de la calle y que no puede hacer nada por su cuenta.

"Me lo imaginaba, por lo general todas las personas tienen nombre".

"¿Y por qué no preguntaste mi nombre en vez de referirte a mí como "la niña"?".

"Sin ofender, pero si no nos vamos a volver a ver después prefiero no saber tu nombre".

"No lo tomes personal, pero no eres la primera persona que ayudo y no serás la última. Después de que nos separemos voy a olvidar casi todo sobre ti en un mes. Y no quiero estar preguntándome cómo se llamaba la persona a la que ayudé cuando esté recordando este día".

Lo que dijo me dolió más de lo que esperaba. Se siente desgarrador que no quiera saber ni siquiera mi nombre. Cómo puede alguien ayudar a una persona en su momento de mayor necesidad para luego irse y olvidar todo el bien que hizo en un mes.

Me duele cada vez más el pecho mientras pienso en lo que dijo. Lo veía casi como un príncipe azul que llegó a salvarme cuando lo necesitaba. Pero para él solo soy un animal del bosque lastimado al que cuidó en su casa hasta que estuviera bien y lo vuelve a dejar en el bosque para que vuelva a ser herido.

Después de lo que dijo, la conversación cayó en un silencio incómodo.

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Las cosas siguieron avanzando, fuimos al desponchado y tomamos la carretera hacia Metrópolis mientras trataba de ordenar mi mente y los pensamientos que tengo sobre él.

Estuve pensando en todas las veces que interactuamos y llegué a ciertas conclusiones. Él no me ha "ayudado" mucho. Me sacó del almacén cuando estaba en shock, me está llevando a ver a Superman porque no confiaba que la policía me pudiera proteger, me enseñó a conducir, me dio comida y un lugar para dormir.

Parece que sí me ayudó mucho y así fue, estoy feliz de que lo haya hecho. Pero si lo veo desde su punto de vista. Él me sacó del almacén, ofreció llevarme a la policía y cuando lo rechacé decidió llevarme con Superman, pero él ya planeaba ir con Superman, yo solo me subí al carro, él no hizo un desvío por mí.

Y cuando charlábamos en el camino, no era para tranquilizarme y distraerme de lo que sucedió ese día (excepto cuando me tranquilizó estando en shock), lo hizo porque el viaje es largo y aburrido, buscaba pasar el tiempo.

Sus acciones no son solo para ayudarme, él vive su vida normal y yo por estar cerca de él salgo beneficiada.

Es como cuando me dejó conducir el carro. Él lo dijo "no soy tu profesor, solo evito que nos mates". Me dio consejos en algunas situaciones, pero me dejó conducir completamente a mí. 

Aún recuerdo el momento.

La libertad y el nerviosismo que sentía al conducir tan rápido (50 km/h) y aun así me dijo que fuera más rápido, sentía el corazón por las nubes, las manos me sudaban al sentir el control que tenía sobre mi vida, a esa velocidad podría terminar con todo si me dirigía hacia un árbol y tenía la opción de hacerlo.

No le importaba que fuera la primera vez que conducía y no tuviera la experiencia para hacerlo en ese momento. Por eso creo que solo quería descansar de manejar y la única forma de lograrlo era que yo lo hiciera aunque no supiera.

Por ese motivo creo que no sabe la felicidad, tranquilidad y paz mental que me dio al ayudarme ayer. El poder dejarle los problemas de dinero, dónde dormir, qué comer o que es posible que nos estén persiguiendo para secuestrarme y poder disfrutar del viaje.

Puede que él no vea lo que hizo por mí, pero para mí es un Héroe.

Con mis sentimientos, emociones revisadas y entendidas sigue la siguiente duda que tengo en mi mente.

"¿Por qué sigues vivo?", pregunté con el ceño fruncido mientras rompía el silencio medio incómodo.

Lo he estado observando manejando y no importa de qué manera lo piense. Él tuvo que haber muerto, es imposible que alguien siga vivo después de tener un agujero gigante en su pecho, pero ahí está como si no hubiera pasado nada, como si nunca hubiera sucedido.

Estoy muy, pero muy feliz de que no lo haya matado, pero la duda de cómo está vivo me está matando.

"Es una forma rara de pedir disculpas. Pero te lo diré. Cuando tratas de matar a alguien debes de apuntar a la cabeza, no al corazón", dijo tranquilamente. Sin enojo, ira o cualquier emoción negativa en su voz. Solo bromeando.

"Lo siento por intentar matarte", dije avergonzada. Dándome cuenta de que jamás me disculpé con él. No solo eso, le pregunté por qué no murió. Dándome cuenta que suena a acusación en vez de curiosidad.

"Es solo que no entiendo cómo es que sigues vivo", continué diciendo tratando de ignorar la vergüenza que siento.

"Mira mi brazo derecho", dijo mientras agarraba el volante con las dos manos.

Presté toda mi atención al brazo derecho durante unos segundos, pero no veía que sucediera nada.

Es un brazo cubierto con una camisa larga roja con algo de arena encima. Ahora que lo pienso desde ayer tiene arena en todas partes del cuerpo, no lo suficiente para pensar que trabaja en la construcción, parece como si tuviera parches en la ropa de arena, está demasiado limpio para que sea arena real, es como si la ropa fuera personalizada para que tenga ese estilo.

Después de que no sucediera nada en un rato comencé a pensar que era una broma. Dejé de mirar el brazo para mirar su cara esperando ver como se burlaba de mí. Pero no, tenía la misma cara de siempre, de hecho, no parece que me esté prestando atención.

Al parecer no es una broma.

En cuanto volví a mirar el brazo me di cuenta de que las cosas cambiaron mucho en los pocos segundos que perdí de vista el brazo. Está cayendo arena de su brazo al asiento, no del puño de la mano, desde el mismísimo brazo está saliendo, no es mucha, pero la arena simplemente está apareciendo de la nada para caer al suelo.

Después de unos segundos hipnotizantes de ver cómo la arena aparecía para luego caer, las cosas volvieron a cambiar rápidamente. Su mano de repente desapareció mientras caía la arena y poco después su brazo también desapareció.

Es como lo que sucedió en la mañana, en un segundo había un agujero y al otro no.

Aunque estaba viendo lo que estaba pasando no entiendo qué pasó. Supongo que tiene algo que ver con la arena que aparecía de repente, pero no estoy segura por qué su brazo desaparecería.

"¿Qué pasó?", pregunté. 

"¿No viste bien?, intentémoslo de nuevo, pero ahora piensa en superpoderes".

Volví a observar el brazo con atención. Estuve pensando en ideas mientras el brazo empezaba a tirar arena.

Superpoderes. En la escuela hay muchas conversaciones de ese tipo. Cuál es el mejor héroe o villano o qué poder te gustaría tener. Existen superpoderes como: superfuerza, supervelocidad, visión de calor, vuelo, invulnerabilidad, invisibilidad, manipulación de cualquier tipo de elemento.

Cuando vi los granos de arena caer poco a poco del brazo es como si llegara una epifanía sobre alguien con un poder similar.

Hay un villano de Batman, se llama Clay… Clay… no me acuerdo cómo se llama, pero el tipo es una persona de lodo viviente. No es muy conocido, ya que los villanos de Batman no suelen salir en las noticias y "Clay" no es particularmente fuerte ni destructivo cuando suele hacer algo y por eso no aparece en las noticias. Pero al ser un villano de Batman terminé conociéndolo.

El punto es que al ser un cuerpo de lodo él es casi imparable, las balas no le hacen daño, ya que al ser de lodo no tiene órganos y cualquier cosa que pase a través de él simplemente vuelve a llenar el hoyo con más lodo. Es un villano molesto, pero no particularmente fuerte.

Así como "Clay" tiene un cuerpo de lodo, él tiene un cuerpo de arena.

"Tu cuerpo es de arena", dije con seguridad.

"Buen ojo, aunque no tan bueno porque llevo haciendo esto desde ayer", felicitándome por haber logrado saber qué poder es y regañándome por no haberlo notado antes.

Dice que desde ayer estaba deshaciendo su brazo, pero jamás lo noté, no es que estuviera vigilándolo en todo momento, pero me hubiera dado cuenta si en algún momento su brazo desapareciera, lo hubiera visto.

Con eso logré entender cómo es que sigue con vida. Al tener un cuerpo de arena es muy posible que no tenga órganos vitales, que no necesite respirar ni un corazón para vivir. Por eso no murió al ser atravesado en el pecho, por eso no hay ninguna prueba de que sucediera tal cosa.

"¿Y cuál es tu poder?", continuó diciendo mientras pensaba en su poder y sus implicaciones.

"Yo… no estoy segura", al contestar comencé a recordar la vez que usé mi poder.

Me encontraba en el almacén. Estaba oscuro. El policía que me ayudó estaba atado en la silla. Los secuestradores decían que el policía tenía que morir porque pedí ayuda, si no hubiera escapado, si no hubiera pedido ayuda, él no estaría muerto. El miedo, la culpa y el pánico me estaba abrumando. ¡Quería que parara! ¡No quería que muriera! ¡No iba a morir por mi culpa!

"¡Para!", gritó él sacándome de mis pensamientos.

"¿Qué?", pregunté confundida, cuando lo vi tenía un ceño fruncido de molestia o preocupación en su rostro.

"¿Puedes controlar tus poderes?"

"Yo… solo los he usado dos veces"

Él dejó de hablar, se le veía concentrado en algo. No sé qué pasó, en un segundo estábamos bien y al otro se acabó la tranquilidad.

El carro fue disminuyendo la velocidad. Comencé a preocuparme ligeramente, las cosas cambiaron repentinamente. Al verlo preocupado, sin su aura de tranquilidad y confianza, se siente mal, mis entrañas me están diciendo que algo malo va a pasar y ahora detuvo el auto.

"Baja".

Cuando dijo eso mis temores se hicieron realidad, me está abandonando aquí, en medio de la nada, no sé qué hice mal para que me esté dejando. Mis manos empezaron a temblar al tratar de abrir la puerta, no quería bajarme, no quiero que me deje. Nos estábamos llevando bien por qué tuvo que acabar así.

Al escuchar el ruido de la puerta y ver que él se bajó del auto la ansiedad salió de mí. No me está dejando aquí. Aún no sé que quiere, pero no me está abandonando.

Con mayor tranquilidad logré bajar del auto. Comencé a caminar hacia él, nos fuimos alejando de la carretera y del auto avanzando hacia el campo hasta que nos detuvimos a unos metros del auto.

"¿Qué pasó?", pregunté después de verlo pensativo mirando al campo sin que dijera nada durante un tiempo.

"Casi destruyes el carro", dijo con una tranquilidad que no concordaba con lo que decía.

'¿Qué?', pensé. Notando que la tensión del auto se había esfumado cuando habló.

"De repente empezaste a soltar humo negro en el carro. Empezó a salir demasiado y no parecía que lo supieras", continuó diciendo.

¿Humo negro?, ¿de qué está hablando? Yo no noté ningún humo que saliera en el carro.

"¿Puedes usar cuando quieras tu poder?". 

Reflexioné, jamás he usado mi poder, el poder simplemente salió de mí sin darme cuenta cuando estaba en peligro, estresada y en pánico.

"Jamás lo he intentado", contesté.

"Inténtalo ahora", dijo.

Me alejé unos metros de él, yendo más adentro del campo, rodeada de hierba con el sol encima de mí, sintiendo el viento en mi cara.

Me concentré en mi interior buscando la oscuridad que hay dentro de mí. Cuando creí que lo tenía, lo saqué fuera de mi cuerpo y exclamé fuertemente un "¡Ah!" mientras movía la mano hacia enfrente.

Después de unos segundos sin que nada sucediera, la vergüenza me invadió. Es como cuando éramos niños y gritábamos, saltábamos y nos movíamos de formas ridículas y vergonzosas esperando que saliera un superpoder solo por estar haciendo movimientos raros.

Miré de reojo hacia él esperando una carcajadas por lo que acababa de hacer, pero solo tenía su sonrisa de siempre mientras de sus brazos caía arena, es posible que su sonrisa fuera más grande de lo usual, riéndose de mí, pero aún no estoy tan familiarizada para estar segura.

Me tomé un momento para pensar qué se supone que debo hacer para que mi superpoder funcione. Esperaba que fuera sencillo, ya había funcionado dos veces, posiblemente tres con lo que dijo del humo, sin que yo lo intentara o quisiera. Por eso no lo pensé mucho y solo traté de sacar algo dentro de mí con un grito y un empujón. Y por ese motivo hice el ridículo enfrente de él.

Ahora tengo que pensar cómo usar mi poder, cerré los ojos para concentrarme dentro de mí, buscando una sombra, oscuridad o cualquier cosa que sea diferente que no haya estado antes. Me concentré en mi respiración, inhalaciones profundas, un segundo conteniendo el aliento y luego una exhalación lenta, pero constante. Comencé a ignorar el exterior lentamente, hasta que escuché las pulsaciones que hace mi corazón al latir.

Duré un tiempo desconocido en profunda meditación. Simplemente concentrada en mí misma. Hasta que el cansancio de estar tan concentrada en mi respiración y la frustración de no lograr sentir nada dentro de mí me sacó de la meditación.

Por el amor de Dios, tengo un maldito poder y ¡no puedo usarlo! Podría ser un héroe como Superman o Batman, pero ni siquiera puedo usar mi propio poder, pensé molesta.

Al verlo a él todavía tranquilo y relajado viéndome fracasar al usar mi poder (mientras sus brazos aún siguen tirando arena al suelo), me di cuenta que puedo pedirle un consejo. Él ya sabe usar sus poderes, me podría ayudar a usar los míos. Pero primero voy a intentar usarlos por mi cuenta, se supone que son mis poderes y tengo que poder usarlos si yo quiero. No lo voy a molestar a menos que realmente no logre ningún progreso.

Lo he estado pensando y ¡no tengo idea de cómo usarlo!. Ya hice un ¡ah!, ya busqué algo dentro de mí, no sé qué más debo de hacer. No es como si en la escuela nos enseñaran a usar nuestro poder interior. Se supone que tengo que agacharme un poco, apretar el trasero y concentrar mi energía entre mis manos y gritar con toda mi fuerza ¡KAME-HAME-HA!

Sería excelente que existiera un libro titulado "Aprende a usar tu poder para tontos". Porque no sé qué se supone que tengo que hacer para usarlo, estoy a punto de empezar a intentar cualquier cosa para que algo suceda.

Después de un momento de duda por la vergüenza que voy a sentir por lo que estoy a punto de hacer. Empecé a moverme.

Comencé moviendo los brazos de un lado a otro, también a caminar lentamente hacia donde mi cuerpo me guiara, doblé más las piernas y cambié el patrón de las manos como creo que es el Tai Chi.

Lentamente mis movimientos se volvieron más fluidos, se sentía como si el viento los guiara, como si estuviera bailando, de un lado hacia el otro, jamás deteniéndome. Hasta que en un giro lo vi a él observando con atención, estaba haciendo exactamente lo mismo que la última vez que lo vi, pero podría jurar que su mirada cambió a una que tienes cuando ves un mono particularmente interesante en el zoológico. Pues se siente como si yo fuera el mono.

Mi baile (Tai Chi) se volvió muy rígido cuando la vergüenza me invadió por lo que estoy haciendo.

Que la tierra me trague, pensé al sentir su mirada fija en mí.

Pensé en detenerme cuando seguía viéndome, pero puede ser hasta más incómodo si lo hago, entonces seguí mi danza. Mi danza fue cambiando cuando no pude seguir con la naturalidad que tenía anteriormente hacía algo más fuerte, puñetazos rectos que podrían destruir una pared, hasta pisotones que pueden destruir edificios, el nuevo baile consistía en movimientos simples pero directos. Cada golpe contenía ira, enojo y vergüenza por lo que estaba haciendo.

El "baile" fue cambiando rápidamente con el tiempo, llegó un punto en donde solo estaba destruyendo la hierba del suelo y en otro momento estaba dando volteretas por los alrededores. No importa la idea que tuviera, la intentaba. Hasta que el cansancio y la frustración hizo que me rindiera.

"¿Me puedes ayudar? No puedo hacer que funcione mi poder", le pregunté, jadeando por falta de aire.

"¿Estás segura? Parece que te estás divirtiendo", bromeó. Sin lugar a dudas se estuvo riendo todo el tiempo que estuve haciendo el ridículo frente a él. La vergüenza volvió a mí, pero no dejé que se notara en mi rostro.

"¡¿Puedes ayudarme o no?!", le dije con enojo para ocultar la vergüenza en mi voz.

"Claro", contestó sin estar molesto por gritarle.

Qué bueno que sí sabe cómo. ¡Por fin voy a poder usar mi superpoder! Después de no haber ningún progreso me estaba empezando a preocupar de no poder controlarlo y simplemente iba a tener que vivir con ello.

Sacó lentamente la pistola de los bolsillos de su chamarra. Sabía que tenía una pistola desde ayer, no es que la estuviera escondiendo realmente, y en un viaje tan largo y aburrido fue fácil verla cuando lo observé con más atención. Pero jamás de los jamases la había tocado, sacado o dio alguna pista que la tenía. Entonces era sencillo olvidar que la tenía.

Entonces cuando la sacó fue raro. Lo suficiente para que mi cuerpo se tensara levemente. Si mis ojos y cerebro no estuvieran superconcentrados en la pistola en sus manos y en lo que hacía con ella podría estar pensando en más cosas de la pistola, como lo fácil que son de obtener, usar y matar con ellas. También podría estar recordando la última vez que fui apuntada con una de ellas y el revoltijo de emociones que había en mi mente, horror, miedo, pánico, estrés y la sensación de que puedo morir en cualquier momento por algo tan pequeño y sencillo de usar.

Estaba viendo todo en cámara lenta, cómo ponía y quitaba el seguro del arma, cómo ponía lentamente las dos manos en la pistola, su dedo índice se posicionaba lentamente en el gatillo, su cuerpo tomaba una postura de tirador. Mi cuerpo se paralizó por toda la atención que le prestaba a la pistola, solo podía quedarme quieta y ver cómo la boca de la pistola me apuntaba, el miedo a la muerte, la adrenalina y la desesperación estaba creciendo rápidamente dentro de mí.

Era como estar en el almacén otra vez, la impotencia, el miedo y la ira de que estuviera sucediendo todo otra vez. Pensar que todo había quedado atrás solo para darse cuenta que jamás escapaste. Que sigues ahí atrapado.

Justo cuando el dedo estaba a milímetros de pulsar el gatillo muchas cosas sucedieron al mismo tiempo. Hubo un sonido ensordecedor del arma siendo disparada. Mi cuerpo logró reaccionar tirándome al piso intentando esquivar la bala. Y una sombra cubrió mi cuerpo del sol.

Estaba jadeando por todo lo que sucedió. Ahora mi atención se desvió a lo mal que se sentía mi cuerpo en vez del arma que me apuntaba. Mi cuerpo se sentía extremadamente agotado. Mi corazón estaba latiendo mil veces por segundo. Había un pitido en mis oídos muy molesto porque era en lo único en lo que me podía concentrar ya que mi visión estaba algo borrosa.