El continente de Merveilles, un lugar donde los milagros y lo imposible abundan en cada rincón de sus tierras, es también el escenario donde innumerables personas han logrado cambiar la historia, transformando la desesperación en esperanza, y ofreciendo oportunidades y fe a quienes estaban perdidos en la oscuridad. En este vasto Continente, emergieron incontables países que, tras su caída, dieron lugar a lo que hoy conocemos como la Era de los Imperios. Esta era, que se extendió por más de 3000 años de numerosas guerras, es considerada la más próspera, estable y duradera de todas las épocas.
Durante esta Era, cuatro grandes Imperios se alzaron para gobernar cada rincón del continente, sin dejar oportunidad alguna de que cualquier reino menor pudiera superar su poder.
Por un lado, en la zona norte, se encuentra el Imperio Lionrouge, caracterizado por su estricto régimen militar, que ejerce un control absoluto sobre su pueblo.
En la zona este, está el majestuoso Imperio Lucia, descendiente directo de la Diosa de la Naturaleza. Aunque este imperio se mantiene neutral y distante en las disputas entre los demás, nunca es subestimado debido a los rumores de que una deidad reside en sus tierras.
Por otro lado, hacia el oeste, se alza el misterioso Imperio Sombre, del cual se dice que posee los secretos para alcanzar la divinidad. Este mito ha llevado a Sombre a posicionarse como un enigma que los otros imperios no se atreven a desafiar directamente.
Finalmente, en el sur, se erige el imponente Imperio Fernoir, conocido como el "rey de los Imperios". Este es el hogar de la legendaria familia Fernoir, apodada los Hijos del Caos. Cada miembro de esta familia real nace con habilidades que trascienden la lógica humana, siendo considerados casi semidioses desde el momento en que llegan al mundo. A pesar de su inmenso poder, no dominan el continente por simple capricho. Son seres destinados a generar caos y, a través de él, crear milagros.
O al menos, eso es lo que dicen las leyendas.
Con el paso del tiempo, sin embargo, el linaje de la familia Fernoir comenzó a desvanecerse. Su época dorada quedó atrás, y aunque los nuevos descendientes nacen con el mismo linaje, la pureza de su sangre se ha reducido drásticamente. Hoy en día, esta pureza apenas alcanza entre el 5% y el 10%, en comparación con el 100% de sus ancestros. La diferencia entre el presente y el pasado es como enfrentar a una hormiga contra un elefante.
Aunque es de conocimiento público que la familia Fernoir está en decadencia, el respeto y la admiración por su legado perduran en los corazones de la gente. La grandeza de sus hazañas en su época dorada sembró un miedo profundo en todos los imperios. Nadie sabe cuándo podría nacer un nuevo descendiente con un linaje puro que devuelva a los Fernoir su antigua gloria.
Así fue como, en una noche de invierno, en el año 3785 del calendario Merveilles, el Palacio del Imperio Fernoir celebró el nacimiento de un nuevo miembro de la familia real.
Esa gélida noche, vino al mundo un nuevo Hijo del Caos: el príncipe Kase Fernoir.
La noticia se propagó rápidamente, poniendo a los demás imperios en alerta máxima. El nacimiento de un Hijo del Caos no era un evento que pudiera ser ignorado. Espías y asesinos se infiltraron en las sombras con el propósito de evaluar la pureza del linaje de este recién nacido y, si era necesario, eliminarlo antes de que representara una amenaza.
No obstante, la familia Fernoir había anticipado este escenario. Por ello, la seguridad del Palacio fue reforzada hasta niveles inimaginables. En cada rincón, más de cien grupos de soldados de élite patrullaban constantemente. Además, todos los Hijos del Caos de la familia real estaban presentes, custodiando el Palacio y asegurándose de que ningún intruso lograra entrar.
Con el paso de los días, la tensión comenzó a disiparse. Los espías fueron retirados, y los imperios reanudaron sus actividades. Sin embargo, antes de que la calma pudiera restablecerse por completo, una nueva noticia surgió desde el Imperio Fernoir, una noticia que sacudió los corazones de todos los demás imperios.
El mayor miedo de los imperios había cobrado forma: la pureza del linaje del príncipe Kase Fernoir era del 100%.