Download Chereads APP
Chereads App StoreGoogle Play
Chereads

Un incio sin fin

Katp
--
chs / week
--
NOT RATINGS
346
Views
Synopsis
En un mundo donde el poder y la locura caminan de la mano, la clave de la divinidad yace oculta en un conocimiento que pocos pueden soportar. El linaje de los Hijos del Caos ha sido marcado por el destino, la gloria y la decadencia. Mientras los imperios luchan por el control absoluto, un hombre se enfrentará a las sombras de su pasado, los dilemas de su presente y el peso de un futuro que podría cambiar el curso de la humanidad. En Merveilles, vivir no es un regalo; es una batalla.

Table of contents

Latest Update2
Caos18 days ago
VIEW MORE

Chapter 1 - Príncipe Fernoir

En lo largo de la historia de Merveilles, los milagros han abundado cada rincón de estas tierras. Desde los recuentos de tiempos antiguos, Merveilles ha sido el escenario del ascenso y descenso de innumerables figuras que hicieron historia y marcaron un inicio y un final tanto de eras de esperanza, así como también de épocas de sangre y desesperación.

La transformación constante de numerosas eras pronto llegó a un periodo crucial para la vida de todos sus habitantes, un periodo que cambiaria todo.

Se dio inicio a la Era de los Imperios, una época en donde los reinos sobrevivientes formaron grupos y se aliaron tras luego de más de tres mil años de guerras constantes, dejando atrás aquellos momentos de desesperación y dar un paso a un periodo de relativa paz, en donde finalmente podrían bajar sus armas.

Durante esta era, cuatro poderosos reinos se definieron con su poder absoluto, poder que los ayudaria a situarse en cada rincón de Merveilles, trasnformandolos de reinos, a enormes Imperios, sometiendo cada reino menor que intentaba oponerse a la paz y eliminando cualquiera amenza posible que los desafiara.

Estos cuatros Imperios se nominaron como, Lionrouge, Alicia, Sombre y Fernoir.

El Imperio Lionrouge, ubicado en el norte, se podria considerar el más debil de todos, pero su ambición no tenia limites. Bajo el mando de poderosos guerreros y un estricto regimen militar, el valor de un soldado se transformó en algo más importante que la vida de cualquier campesino. Era dominación total hacia su pueblo.

En el este, se encontraba el Imperio Alicia. Adoradores de una diosa desconocida, devotos a la paz y prosperidad. Aunque en la mayor parte del tiempo, preferían mantenerse neutrales, si se sentían amenazados no duraría en sacrificar todo para eliminar los peligros que alteren su tranquilidad. Es por ello que a pesar de mantenerse lejos de las guerras, nunca fue subestimada por nadie.

Al oeste, reinaba el Imperio Sombre, era conocidos por ser maniáticos obsesionados con la divinidad. Se dice que poseen la clave para superar los limites mortales y alzarse sobre los otros imperios, pero no había veracidad que resguardaran aquellos rumores.

Finalmente, en el sur, se alzaba el Imperio Fernoir, conocido como el Imperio de los Imperios. Tierra de la legendaria Familia Fernoir, cuyos miembro de aquella sangre los llamarían los Hijos del Caos. Cada descendiente de esta familia nacía con habilidades y talentos que desafiaban los limites humanos. Se dice que cuando un hijo del caos nace, ya desafiaban lo normal, eran genios natos, por otra parte, la gente sospecha que el Imperio Fernoir si quisieran, podían conquistar el mundo, cosa que no han hecho por simple capricho.

O eso es lo que dice la gente, ya que los rumores simplemente eran rumores, muy alejados de la completa verdad y realidad.

Con el pasar de los años y generaciones, la sangre en las venas de la familia Fernoir fue perdiéndose poco a poco. Su época dorada, época que definió el verdadero miedo en el corazón de los demás Imperios, se fue desvaneciendo. El linaje de los nuevos descendientes apenas podía alcanzar el 5% y 10% a comparación de sus ancestros, que si se hiciese una comparativa, seria como una hormiga desafiando a un elefante, una diferencia desorbitante.

Aun así los otros imperios, conocedores de esta realidad, se mantenían sin hacer movimiento alguno a este Imperio en decadencia. Nadie sabía realmente qué secretos guardaban los Fernoir y por si fuera poco, no era débiles en absoluto, la caída de los Fernoir, aun si los tres imperios uniesen fuerzas, no caerían sin destruir todo lo que pudiesen con ellos.

Fue en esta época gloriosa que la vida de todo el mundo daría un giro de 180°.

En el año 3785 del calendario de Merveilles, en el Palacio del Imperio Fernoir, se celebraba en el nacimiento de un nuevo miembro de la familia real.

Una fría noche de invierno, llegó al mundo un nuevo integrante a los Fernoir, un hijo del caos innigualable, el príncipe Kase Fernoir.

.

.

.

En el momento en el que se difundió la noticia, se propagó por los todos los rincones de Merveilles como pólvora, los tres Imperios que durante mucho tiempo no realizaron movimiento alguno entre ellos se pusieron en estado de alerta.

El nacimiento de un nuevo hijo del caos no era un evento que pudiera ser ignorado y tomado a la ligera, estas personas, que en tiempos antiguos, podían destruir reinos como si de respirar de tratase era una amenaza que ocasiona pesadillas los demás Imperios.

Espías y asesinos se infiltraron en las sombras con el propósito de evaluar la pureza del linaje de este recién nacido y, si era necesario, eliminarlo antes de que representara una amenaza.

Sin embargo, la familia Fernoir anticipando este predecible evento, elevó la seguridad del Palacio a niveles extremos. Enormes grupos de soldados elite se encontraban patrullando todos los rincones y zonas posibles. Y por si faltará seguridad, se reunió a todos los miembros pertenecientes a la familia Fernoir, por lo que un intruso no podría entra y salir sin sacrificar algo.

Y así, con el pasar de los días, la tensión entre los Imperios comenzó a disiparse, los espías fueron retirados y poco a poco los imperios reanudaron sus actividades.

Sin embargo, antes de que la calma pudiera volver por completo, otra nueva noticia surgió del Imperio Fernoir, una noticia que sacudió los corazones de todos los demás imperios que impediría que volviesen a dormir tranquilamente.

El mayor miedo de los imperios había cobrado forma: la pureza del linaje del príncipe Kase Fernoir era mayor del 100%.

.

.

.

En el Imperio Fernoir, la historia de su surgir comienza remontándose a tiempos antiguo, tiempos en donde la familia Virethis era quien gobernaba prósperamente bajo su alta influencia comercial en momentos de guerra, aprovechando la alta demanda que había debido en aquellos tiempo en donde las personas solo bajaban sus armas cuando morían.

En aquellos tiempos el nombre de los Fernoir aún no era conocido ni se escuchaba por las calles, su surgir fue simplemente un misterio, una bendición de los dios a su linaje.

Cuando la sangre de los hijos del caos finalmente fue descubierta bajo el nombre de los Fenoir, la familia Virethis simplemente vio la oportunidad de surgir por medio de otros medios, y en esos medios optaron con la decisión de someterse a esta nueva y poderosa familia, apostando toda su suerte con la ilusión de alcanzar grandes alturas.

El legado de los Virethis no quedó en el olvido, su sumisión no permitió el derramamiento de sangre en su pueblo, algo que la gente simplemente admiró, aquel reino que todos miraban con arrogancia al fin se alzaba, y se convertiría en el centro principal de todas las actividades de los ahora nuevo gobernantes.

El reino Virethis, ahora como capital del Imperio Fernoir, se encontraba viviendo un momento histórico. En el centro de la ciudad, un enorme castillo se alzaba imponente junto a sus torres que se elevaban a los cielos oponiéndose a ellos.

En medio de todas esas torres, se encontraba una fortaleza en la cual residía la familia Fernoir. Allí, la Reina Velka Virethis se encontraba agotada reposando tras una dura batalla dando a luz a su recién nacido, el príncipe Kase Fernoir.

Dentro de la habitación, tambien se encontraban más de 10 miembros pertenecientes a la sangre Fernoir, su pelo negro o blanco junto a sus inigualables ojos plateados que parecen ver y distinguir de todo, destacaban la apariencia que distinguía a los Fernoir de la gente común.

En los brazos de la Reina, un pequeño bebe se encontraba envuelto en mantas de tela negra, ajeno al silencio e incertidumbre que todos allí sentía en su presencia.

El rey Kaelen Fernoir, de pie junto a una de las ventanas de la habitación, estaba pensativo, sus ojos fijos en el horizonte, se extendían más allá de lo que comúnmente una persona podía ver. Su rostro, marcado por cicatrices de guerra se encontraba preocupado, preocupado por lo que se avecinaba tras la llegada de su nuevo descendiente.

- ¿Qué crees que harán ellos, Kaelen? - preguntó Velka, con una voz apenas escuchable.

Kaelen giró su cabeza ligeramente hacia ella.

- No hace falta deducir mucho, ya que no harán algo bueno... Lo más probable es que el Imperio Lionrouge trate de buscar alguna excusa para deshacerse de Kase, dirán que con un nuevo miembro en nuestra familia tendremos mucho poder, así que intentarán arrebatárnoslo, lo mismo ocurre con Sombre, seguramente intentará conspirar para sus experimentos debido a lo especial en nuestra sangre. Mientras que el Imperio Lucia... - hizo una pausa - No confío en su ética de paz, no dudo en que también harán algún movimiento.

Velka simplemente asintió, dirigió su mirada hacia Kase y acarició suavemente su cabeza con ternura.

El continente de Merveilles llevaba siglos dividido entre los cuatro grandes imperios, Lionrouge, con su régimen militar despiadado y control absoluto; Lucia, hogar de misterios y naturaleza divina; Sombre, con sus oscuros secretos y obsesión con lo desconocido; y Fernoir, con su poderoso linaje divino. Aunque externamente pareciese que los cuatro imperios se encontraban en paz los unos a los otros, el equilibrio entre ellos ha pendido de un hilo durante demasiado tiempo, una danza constante de diplomacia, conflictos políticos y traiciones.

El nacimiento de un nuevo miembro de la familia Fernoir, especialmente uno cuyo porcentaje de pureza superaba el 100%, era un evento que ningún imperio podía ignorar. Aunque no existía una profecía que predijera su impacto, la historia había demostrado que los Hijos del Caos podían inclinar la balanza de poder de maneras impredecibles y simplemente imposibles para gente normal. Y eso, para los demás imperios, era de temer.

Tres días después del nacimiento de Kase, el castillo de Virethis fue sacudido por la noticia de un ataque sorpresa. Al amanecer, dos cuerpos fueron encontrados en las murallas exteriores, eliminados con una precisión aterradora, utensilios arcanos de un conocimiento profundo. Los asesinos no habían dejado rastro alguno.

En la sala del consejo, la atmósfera era sombría. El consejo del imperio, reunidos alrededor de una enorme mesa lujosa, discutían con intensidad.

- Esto es imperdonable. - gruñó un General. - Están poniendo a prueba nuestra paciencia.

- ¿Pero quién? - preguntó la estratega principal. - Lionrouge tiene razones para atacar, pero no suelen usar métodos de este tipo, el único enemigo de quien me puedo imaginar este tipo de ataque, es de Sombre.

- ¿Y qué ganaría Sombre con esto? - interrumpió el canciller. - A ellos les interesa el conocimiento, no la confrontación directa. Si han enviado espías, probablemente buscan algo... o a alguien. - Todos se dieron cuenta inmediatamente.

- Movilicen soldados a la habitación del príncipe. - Rugió el General.

.

.

.

En ese mismo instante, un grupo de cinco espías había logrado infiltrarse en el Palacio usando métodos mágicos impecables y rutas desconocidas para esquivar a los guardias. Al frente del grupo estaba Kael, un maestro del sigilo conocido por su eficacia en misiones imposibles. Su misión era simple, evaluar al príncipe Fernoir y determinar el nivel de amenaza que este representaba.

Los espías avanzaron por los pasillos oscuros del castillo, moviéndose como sombras. Pronto, finalmente, llegaron a la habitación donde descansaba Kase.

Kael levantó una mano, indicando a sus compañeros que esperaran. Con movimientos calculados, abrió la puerta apenas lo suficiente para asomarse al interior. La habitación estaba a oscuras, alumbrada solo por la luz de la luna que iluminaba a un bebé que dormía tranquilamente en su cuna.

Sin embargo, al dar el primer paso hacia el interior, Kael sintió algo extraño. Una sensación opresiva, como si el aire en la habitación se volviera más denso.

- ¿Qué pasa? - susurró uno de sus compañeros.

Kael negó con la cabeza, pero no respondió. Avanzó con cautela hacia la cuna y observó al bebé. Kase abrió los ojos, y en ese instante, Kael sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, los ojos plateados de este niño no eran los de un bebé común. Había algo en ellos, algo que no se podía explicar con palabras.

- Debemos llevarnos este bebe... - Antes de que pudiera realizar cualquier otra acción, la puerta se abrió de golpe. Los soldados de élite del castillo irrumpieron en la sala, liderados por el general y la estratega.

Los espías intentaron luchar, pero la fuerza y disciplina de los soldados eran insuperables. En cuestión de minutos, todos los intrusos habían caído, excepto Kael, quien fue capturado.

El General lo miró con desprecio. - ¿Quién te envió?

Kael permaneció en silencio, pero sus ojos se desviaron momentáneamente hacia la cuna en donde el príncipe Kase seguía mirándolo a los ojos. El General notó esto, y sin previo aviso, golpeó al espía, dejándolo inconsciente.

La estratega se acercó a la cuna, observando al bebé. Aunque todo había vuelto a la calma, sentía que algo en la atmósfera seguía siendo inquietante, el principe la miraba fijamente. La estratega comenzó a sudar frío, sintió que su vida era simplemente miserable comparada a este bebe.

- Este niño... - murmuró. - da miedo.

Sin que nadie lo supiera, el nacimiento del príncipe Kase Fernoir ya había comenzado a cambiar el destino de Merveilles ¿Será el inicio de un milagro? ¿O será el inicio de un desastre sin precedentes?