El sol apenas comenzaba a iluminar las montañas cuando Avan se presentó ante el grupo con los brazos cruzados y una expresión seria. Frente a él, Sholan, Magik, Psylocke y Wanda estaban listos para comenzar el entrenamiento.
—Bien, antes de empezar quiero evaluar sus habilidades —dijo Avan, observándolos con interés—. Pero antes de eso… Sholan, mencionaste que querías perfeccionar tu técnica con la espada, pero no he visto que lleves ninguna contigo. ¿Dónde está tu arma?
Sholan sonrió levemente y levantó el brazo derecho.
—Aquí mismo.
Avan frunció el ceño, observando con detenimiento. En el instante en que intentó percibir algo, su expresión cambió.
Sintió una energía abrumadora proveniente del brazo de Sholan, como si estuviera sosteniendo un arma extremadamente poderosa. La sensación era similar a la de un filo cortante capaz de atravesar cualquier cosa.
—Increíble… —murmuró Avan—. Esta energía… es como si estuviera viva.
Sholan asintió.
—Es Excalibur. No es una espada física, sino un filo que reside en mi cuerpo.
Avan tocó su barbilla, intrigado.
—Un arma oculta dentro del propio cuerpo… jamás había visto algo así. Su poder es real. Puedo sentirlo incluso sin que la desenvaines.
Magik sonrió con orgullo.
—Y créeme, cuando la usa, corta más que cualquier espada en este mundo.
Avan miró a Sholan con una sonrisa.
—Eso lo veremos en el entrenamiento. Pero ahora es momento de evaluar a cada uno de ustedes.
Avan llevó al grupo a una zona abierta, donde el terreno era lo suficientemente estable para combatir. Se colocó en el centro y desenfundó su espada.
—Quiero que cada uno me ataque con lo mejor que tenga —dijo con calma—. No se preocupen por contenerse. Necesito ver sus fortalezas y debilidades.
Psylocke fue la primera en dar un paso adelante. Con su katana psíquica en mano, cargó contra Avan con una velocidad impresionante. Pero cuando lanzó su primer corte, Avan bloqueó con facilidad y desvió su arma sin apenas esfuerzo.
—Buena velocidad, pero dependes demasiado de la fuerza del impacto —señaló Avan—. Un verdadero maestro de la espada no necesita chocar su arma contra la del enemigo.
Psylocke frunció el ceño, asimilando la corrección.
Magik fue la siguiente. Desenvainó su Espada Alma, y con un aura oscura rodeando su filo, atacó con cortes agresivos. Avan los esquivó con movimientos precisos, pero cuando Magik abrió un portal detrás de él para atacarlo por sorpresa, Avan giró y bloqueó sin problemas.
—Interesante estilo. Usar portales para atacar desde diferentes ángulos es ingenioso, pero tu postura aún tiene muchas aberturas —comentó Avan—. Si te enfrentas a alguien con una técnica superior, no servirá de mucho.
Magik gruñó, reconociendo la verdad en sus palabras.
Wanda se adelantó, levantando las manos con un leve resplandor rojo.
—Mi poder no está en la espada, pero quiero aprender más sobre la magia de este mundo —dijo con determinación.
Avan asintió.
—Eso significa que tu entrenamiento será diferente. Pero primero…
Avan extendió una mano y, con un leve movimiento, una serie de runas flotantes aparecieron a su alrededor. En un instante, una esfera de energía mágica se disparó contra Wanda.
Wanda reaccionó rápidamente, levantando un escudo de energía para bloquear el ataque. Sin embargo, la esfera explotó, rompiendo parte de su defensa.
—Tu poder es impresionante, pero tu control aún tiene fallas —explicó Avan—. Aprenderás a manejar la magia de manera más precisa.
Finalmente, fue el turno de Sholan.
Avan lo miró con interés.
—Tienes el poder de una espada legendaria en tu cuerpo. Veamos cómo la usas.
Sholan asintió y tomó posición. Sin necesidad de desenfundar, canalizó el poder de Excalibur en su brazo y lanzó un corte en el aire.
¡SHIING!
Una ráfaga de energía afilada atravesó el espacio entre ellos y se dirigió hacia Avan a gran velocidad. Sin embargo, en el último segundo, Avan levantó su espada y bloqueó el ataque con precisión milimétrica.
Los ojos del maestro de la espada brillaron con emoción.
—Ese corte… tiene el potencial de dividir cualquier cosa —dijo con seriedad—. Pero aún le falta pulirse.
Sholan sonrió.
—Por eso estoy aquí.
Avan guardó su espada y asintió con satisfacción.
—Muy bien. Ya tengo una idea de en qué debemos trabajar. Magik y Psylocke, les enseñaré las bases de un estilo de esgrima sin desperdiciar movimientos. Wanda, entrenaremos en el dominio de la magia avanzada. Y Sholan…
Avan lo miró con intensidad.
—Te enseñaré cada técnica de mi espada, incluyendo el Avan Strash. Pero a cambio, quiero aprender sobre el Ki.
Sholan extendió la mano.
—Hecho.
Ambos chocaron sus palmas, sellando el trato.
El entrenamiento acababa de comenzar para todos.