El entrenamiento avanzaba sin descanso. Sholan había dominado los primeros cortes básicos: Tierra y Mar, pero aún faltaba un paso antes de llegar al Avan Strash.
Avan lo miró con calma y le dijo:
—Antes de enseñarte el Avan Strash, necesitas aprender el Corte del Aire.
Sholan frunció el ceño.
—¿El Corte del Aire?
—Sí. Este corte es diferente a los anteriores. No es solo un ataque ofensivo. Es un golpe diseñado para cortar lo intangible.
Avan levantó su espada y la sostuvo con ambas manos.
—Muchos monstruos no tienen un cuerpo físico. Espíritus, sombras, entidades etéreas… criaturas que no pueden ser heridas con una espada normal. Este corte fue desarrollado para destruir esas amenazas.
Sholan asintió, recordando a las sombras de su ejército y otras criaturas intangibles que había encontrado antes.
—Entiendo. ¿Cómo se ejecuta?
Avan se preparó y tomó una postura diferente. En lugar de cargar el poder en la hoja, concentró su energía en la vibración del aire mismo.
¡SHING!
Un corte invisible se extendió desde su espada. Sholan no vio nada, pero sintió una presión en el aire, como si la atmósfera se hubiera partido en dos.
—Este corte no destruye el cuerpo, sino la esencia. Es especialmente útil contra criaturas que dependen de su núcleo de energía o que carecen de una forma estable.
Sholan cerró los ojos y trató de sentir el flujo del corte.
Era ligero, casi imperceptible, pero increíblemente letal en las circunstancias correctas.
—Ahora inténtalo.
Sholan alzó su brazo, sintiendo el poder de Excalibur dentro de él. En lugar de liberar la energía de forma explosiva, intentó hacer que fluyera con suavidad, como una brisa cortante.
¡SHING!
El aire frente a él vibró por un instante, pero no con la misma precisión que la de Avan.
Avan sonrió.
—No está mal. Solo necesitas más control.
Sholan asintió. Sabía que ese corte le sería útil en el futuro.
Sholan continuó entrenando hasta que el Corte del Aire se volvió algo natural en su estilo de combate.
Después de un descanso, Avan se paró frente a Sholan con una expresión más seria.
—Ahora pasaremos a una técnica completamente distinta. La Gran Cruz no es solo un corte, sino una manifestación pura del poder de un guerrero.
Sholan frunció el ceño, intrigado.
—¿En qué consiste?
Avan cerró los ojos un momento y respiró profundamente. Su energía comenzó a concentrarse en su pecho, irradiando un resplandor dorado.
—La Gran Cruz es una técnica en la que acumulas energía sagrada en tu cuerpo y la liberas en un estallido devastador. Es un ataque que no solo corta, sino que purifica y aniquila el mal en su totalidad.
Sholan observó fascinado cómo Avan adoptaba una postura estable, con su espada brillando intensamente. Su energía no solo estaba en la hoja, sino en su propio ser.
De repente, Avan llevó la espada frente a su pecho en forma vertical, acumulando aún más energía.
¡BOOM!
Un resplandor cegador explotó en todas direcciones, formando una gigantesca cruz de luz dorada.
El suelo tembló y el aire vibró con una fuerza impresionante. Incluso Sholan sintió el impacto en su propio cuerpo.
Cuando la luz se disipó, el suelo había sido completamente arrasado en una gran área.
Sholan respiró hondo. Esa técnica era de otro nivel.
—Para dominarla —continuó Avan—, debes aprender a controlar la energía dentro de ti y proyectarla en un solo instante. No se trata de cortar algo físicamente, sino de liberar el poder acumulado en tu espíritu.
Sholan asintió y cerró los ojos. Sintió la energía dentro de él, la misma que usaba para potenciar sus golpes, pero esta vez debía concentrarla en un solo punto.
Visualizó la luz en su pecho y la sintió expandirse.
Lentamente, levantó el brazo y lo colocó frente a su torso. La energía comenzó a brillar, pero no con la intensidad de Avan.
Se preparó para soltarla.
¡BOOM!
Un pequeño destello de luz salió disparado, pero se disipó en el aire antes de causar daño real.
Sholan chasqueó la lengua.
—Esto es más difícil de lo que pensaba.
Avan sonrió.
—Es normal. Controlar la Gran Cruz requiere tiempo y disciplina. Por ahora, sigue acumulando tu energía poco a poco.
Mientras meditaba, sintiendo el flujo de energía dentro de su cuerpo, recordó su entrenamiento con el Haki del Emperador.
La Gran Cruz era una manifestación de la voluntad.
Pero mientras el Haki del Emperador dominaba y sometía a los demás con su mera presencia, la Gran Cruz requería algo más: un deseo puro de hacer el bien.
"Si el Haki del Emperador es la manifestación de la voluntad dominante, la Gran Cruz es la manifestación de la voluntad protectora…"
Con esa comprensión, Sholan dejó de intentar forzar la energía. En su lugar, canalizó su Haki del Emperador, no para oprimir, sino para elevar su convicción. Lo fusionó con la esencia de la Gran Cruz.
El aire vibró a su alrededor.
Concentró el poder en su pecho, justo como Avan le había enseñado. Esta vez, en lugar de pensar solo en soltar energía, pensó en proteger, en guiar, en iluminar.
Sus brazos se alzaron y la energía se acumuló en su torso.
¡BOOM!
Una cruz dorada explotó con una intensidad que sacudió el terreno. No tan grande como la de Avan, pero mucho más estable y refinada.
Cuando la luz se disipó, Avan lo observaba con una expresión de sorpresa.
—Esa fue una Gran Cruz única… No fue solo energía sagrada. Hubo algo más.
Sholan bajó los brazos y sonrió.
—Usé mi propia voluntad. La misma fuerza que impulsa mi Haki.
Avan asintió lentamente, procesando lo que acababa de ver.
—Tal vez… hayas encontrado una manera distinta de usarla.
Sholan sintió que había dado un gran paso, pero no podía detenerse.
—¿Ahora qué sigue?
Avan recuperó su expresión tranquila y levantó su espada.
—Ahora te enseñaré el Avan Strash.