Han pasado once años desde que conocí a Sholan. A veces me cuesta creerlo. Recuerdo ese día con tanta claridad, la forma en que apareció en nuestras vidas como una luz en medio de la oscuridad. Desde entonces, todo cambió. Mi familia cambió.
A pesar de la distancia, a pesar del tiempo, mis sentimientos por él no han cambiado. Si acaso, han crecido con cada año que pasa. No importa cuántos entrenamientos haga, cuántas batallas luche, cuántos rostros nuevos conozca... Nada ni nadie llena el espacio que dejó en mi corazón.
Pero hay algo que me inquieta, algo que me ha atormentado por meses.
No he podido conectarme con él.
El Dream Link, nuestro vínculo, ha estado en silencio. Antes, aunque fuera de forma esporádica, podía sentirlo. Una presencia sutil, una brisa en mi mente, un recordatorio de que él estaba en algún lugar, de que aún existía. Pero desde hace mucho, no hay nada. Solo vacío.
Sé que sigue con vida. Lo sé. No hay fuerza en este universo que pueda destruirlo. Pero... ¿por qué el vínculo no responde?
—Red Queen... —murmuro, sintiendo el peso de la frustración en mi pecho—. ¿Aún no hay conexión?
"Negativo. El Dream Link requiere estabilidad en la realidad para funcionar correctamente. Continúo intentando establecer contacto."
Aprieto los puños. Sé que no es culpa de Red Queen, pero la desesperación me consume. Quiero verlo. Quiero escucharlo. Quiero... saber que sigue siendo él.
Respiro hondo y trato de enfocarme en el presente.
Mi vida ha cambiado mucho en estos años. Papá y mamá han llevado una vida tranquila en Forest Hills. Pietro, por otro lado, ha crecido a su manera. Sigue siendo el mismo hermano impulsivo y sobreprotector, pero se ha vuelto más fuerte, más decidido. Su conexión con la Speed Force lo ha llevado a nuevos niveles de poder.
Y yo...
La Mansión X ha sido mi hogar durante años. Aquí he entrenado, he aprendido, he peleado. He crecido. Pero, a pesar de todo, siempre he sentido que algo falta. Algo que ni la Hermandad ni los X-Men pueden llenar.
Hoy es un día importante.
Los líderes de la Hermandad y los X-Men se han reunido para hablar de una posible alianza. Saben que el mundo está cambiando. Gente como Trask y Stryker están moviendo sus piezas, y si los metahumanos no se unen, no tendrán oportunidad cuando los Centinelas ataquen.
Pero yo...
No soy parte de la reunión no me interesa las discusiones o las intimidaciones de un grupo a otro, en esta reunión están afuera de la mansión Magneto y el profesor X discutiendo como cooperar y junto a ellos Logan, Scott, Jean, Bobby, Hank, Mistique, Blob, Sabertooth, Pyro y Avalancha.
Estoy en mi habitación, observando todo desde la distancia. No porque no me importe, sino porque sé que, al final, son decisiones que deben tomar aquellos que llevan la carga de liderar.
Es entonces cuando los veo.
Tres hombres.
No sé de dónde vinieron, ni cómo logran acercarse sin ser detectados. No son metahumanos de la Hermandad. No son X-Men. No los reconozco.
Pero algo en ellos... me inquieta.
Mi corazón late con fuerza y empecé a sudar frío.
Me di cuenta de golpe ellos son extremadamente peligrosos.
Mis instintos gritan que si ellos quisieran podrían acabar con todos nosotros en un instante.
Tengo que avisar a los demás.
Me levanto de golpe, lista para alertar a todos. Pero entonces...
"Perdóname, Wanda."
La voz de Red Queen resuena en mi cabeza.
Mis piernas pierden fuerza.
Mis párpados se vuelven pesados.
No...
¿Qué está pasando...?
El mundo se oscurece, y en ese último instante, lo escucho.
"Dream Link... Conexión exitosa."
Y todo se vuelve negro.