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Chapter 61 - Repercusiones de la Guerra y Nuevas Promesas

I… am… ATOMIC.

Las palabras resonaron con un peso cósmico.

En un instante, la máquina de los tanagarianos fue engullida por una explosión colosal similar a una detonación nuclear, borrando todo a su paso y dejando un cráter masivo en el suelo. La onda expansiva consume todo en su radio de acción que era el tamaño de la máquina tanagariana mientras una nube de cenizas y polvo se eleva, marcando la devastación absoluta. Cuando el humo se disipa, Sholan sigue en pie, ileso, mientras sus enemigos quedan atónitos ante el poder incomprensible que acaban de presenciar.

El silencio pesaba en el campo de batalla mientras lo que queda de las tropas tanagarianas se apresuraron a huir del planeta.

Fue Flash quien rompió la tensión.

—Voy a ser honesto… eso fue increíblemente aterrador. —Se cruzó de brazos—. Pero qué suerte que estés de nuestro lado.

Sholan soltó un suspiro y miró a su alrededor.

—Díganme algo… ¿Soy yo o cada vez que me reencuentro con ustedes están en medio de una guerra o una pelea a muerte?

Superman sonrió con cansancio.

—Supongo que es nuestra suerte.

Diana asintió.

—La batalla nos sigue a todos, Sholan.

Batman avanzó con su mirada afilada como una cuchilla.

—No sé si felicitarte o preocuparme —dijo Batman con su tono grave, emergiendo de las sombras.

Sholan sonrió. —¿Por qué no ambas?

—Porque cada vez que apareces, ocurre algo imposible. —Batman miró el enorme cráter donde la máquina tanagariana había sido desintegrada. Su capa ondeó con el viento. —Lo de hoy… Eso no fue magia. No fue tecnología. ¿Qué demonios fue eso?

Sholan bajó la mirada, pensando en cómo explicarlo mientras su mente fue arrastrada a un recuerdo de hace poco.

 

Flashback

Varias noches atrás mientras Sholan descansaba después de una pelea intensa donde ayudó a Thor y Aldriff en un planeta donde la luz y oscuridad se entrelazaban, mientras él dormía se encontró en un espacio desconocido.

Un mundo de oscuridad y estrellas, donde el tiempo y el espacio parecían retorcerse. Frente a él, una sombra humanoide de ojos carmesíes lo observaba con una sonrisa enigmática.

—Has llegado lejos, Monarca de las Sombras.

Sholan frunció el ceño.

—¿Quién eres?

—Soy un vestigio, una idea nacida de la voluntad de la aniquilación absoluta. —La sombra extendió una mano, y de la nada surgió una espada negra como la noche—. Si deseas comprender el verdadero significado de la aniquilación, demuestra que eres digno de ella.

Sin previo aviso, la sombra se lanzó sobre él.

Sholan apenas pudo esquivar el primer tajo, que cortó el espacio mismo. El vacío a su alrededor se estremeció ante la presencia de la espada.

Cada golpe de su oponente no solo buscaba matarlo… sino erradicar su existencia por completo.

Durante lo que pareció una eternidad, Sholan luchó contra la entidad, evadiendo ataques y respondiendo con los suyos. Sin embargo, la sombra se regeneraba con cada corte, cada golpe, cada explosión de energía.

Finalmente, Sholan cayó de rodillas, exhausto.

La sombra se detuvo ante él, mirándolo con intensidad.

—¿Entiendes ahora? No puedes vencerme con poder ordinario. La verdadera aniquilación no se trata de destrucción… sino de la ausencia de existencia misma.

Sholan apretó los dientes.

—Entonces… ¿cómo lo logro?

—Acepta el vacío. Convierte la nada en tu aliada. Sólo aquel que comprenda la paradoja de la existencia y la no existencia podrá pronunciar las palabras que reescriben la realidad.

En ese instante, Sholan lo entendió.

Cerró los ojos y permitió que el conocimiento fluyera en su mente. No se trataba solo de un ataque. Se trataba de un concepto absoluto.

Cuando abrió los ojos de nuevo, la sombra sonrió.

—Ahora dilo.

Sholan tomó aire, alzó su mano y pronunció las palabras con convicción.

—I… am… ATOMIC.

El mundo entero se iluminó.

Y la sombra… dejó de existir.

Cuando Sholan despertó, se encontraba de nuevo en su espacio personal. Pero ahora, en su mano, había algo más una carta que antes no estaba.

Una carta nombrada [Cid Kagenou]

Sholan la examinó, sintiendo la vasta cantidad de poder que contenía y sin dudar, intentó equiparla.

En ese momento, la voz de Cortana resonó en su mente.

—Dado que posees la autoridad del Monarca de las Sombras, tienes la opción de asimilar la carta en lugar de equiparla. Esto te permitirá integrar sus habilidades en tu ser de manera permanente y sin conflicto con tus otros poderes. ¿Deseas proceder con la asimilación?

Sholan no necesitó pensarlo dos veces.

—Sí.

La carta se desintegró en una luz oscura que lo envolvió. En su interior, sintió una energía inmensa expandirse dentro de él, como si una verdad universal se revelara ante su mente.

Fin del Flashback

 

De vuelta en el presente, Sholan miró a Batman con una sonrisa tranquila.

—Digamos que… es un regalo de otro mundo —respondió con un dejo de misterio.

Batman no parecía sorprendido. —Otra habilidad que "adquiriste" en tu viaje.

—Algo así —admitió Sholan.

Batman no respondió de inmediato, pero su mirada indicaba que ya estaba analizando cada palabra mientras todos se dirigían a la mansión Wayne.

Al interior de la mansión Wayne y mientras la Liga discutía el destino de Shayera. Sholan caminó hacia Shayera, quien se mantenía apartada, con los brazos cruzados y la mirada clavada en el suelo. La batalla había terminado, pero la carga en su corazón pesaba más que cualquier herida.

Al sentir su presencia, levantó la vista con cautela.

—¿Vienes a juzgarme?

Sholan negó con la cabeza.

—No soy quién para juzgarte.

Ella frunció ligeramente el ceño.

—Después de todo lo que hice… ¿eso crees?

Él suspiró.

—Mira, Shayera. Todos merecen una segunda oportunidad. Todos cometemos errores, y las traiciones más grandes a veces nacen de conflictos internos, no de maldad pura. —La miró con sinceridad—. Tú actuaste según lo que creíste correcto en su momento… y pagaste el precio.

Shayera bajó la cabeza, apretando los puños.

—Pero eso no borra lo que pasó…

—No, no lo borra. Pero lo que haces de ahora en adelante es lo que realmente importa.

Ella lo miró, visiblemente afectada por sus palabras. Durante toda la batalla, se había preparado para el desprecio de sus compañeros, pero no para la comprensión.

Por un momento, el silencio entre ambos fue casi pacífico.

Y entonces, la atmósfera cambió.

La calidez en la expresión de Sholan se desvaneció al instante. Su tono seguía siendo tranquilo, pero su mirada… Su mirada se tornó sombría, profunda como un abismo sin fondo.

—Pero si vuelves a traicionarnos…

La temperatura pareció descender de golpe. Shayera sintió una presión indescriptible en el aire, como si algo oscuro y voraz se despertara en las sombras a su alrededor.

—No habrá advertencias. No habrá perdón. No habrá piedad.

El corazón de Shayera se aceleró instintivamente.

—Las sombras son infinitas, Shayera. Están en cada rincón, en cada resquicio, en cada reflejo de la luz. Y en cada sombra… estaré yo.

La voz de Sholan era apenas un susurro, pero se sintió como un eco que resonaba en cada fibra de su ser.

—Si alguna vez decides volver a cruzar esa línea… ni los cielos de Thanagar, ni las profundidades del universo podrán ocultarte de mí.

Shayera sintió un escalofrío recorrer su espalda. Durante un instante, tuvo la certeza absoluta de que algo monstruoso la observaba desde todas las sombras a su alrededor. No era solo una amenaza… era un veredicto absoluto.

Sholan parpadeó y la presión desapareció como si nunca hubiera existido. Su rostro volvió a mostrar calma.

—Pero si eliges caminar por el camino correcto… entonces haré todo lo posible por asegurarme de que siempre tengas un lugar al cual regresar.

Sholan volvió a su actitud relajada y le dedicó una última sonrisa dejándola sola con sus pensamientos.

Shayera tragó saliva, sintiendo su corazón aun latiendo con fuerza.

No necesitaba más advertencias.

Lo entendía perfectamente. Nunca, bajo ninguna circunstancia, debía volver a traicionar a los suyos.

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Antes de irse Sholan se encontraba frente al acantilado de la mansión Wayne cuando Batman se acercó a él. —He notado una cosa, cada vez que regresas eres más fuerte. Más letal.

Sholan soltó una risa baja. —Y tú cada vez eres más perceptivo.

—Veo que sigues evadiendo respuestas. —Batman se giró levemente. —Pero hay algo que sí quiero saber, qué tan lejos he llegado.

Sholan lo miró con interés. Batman estaba serio, como siempre, pero había un brillo en sus ojos, una determinación que antes no tenía.

—Muéstramelo —ordenó Sholan.

Batman cerró los ojos. El aire a su alrededor cambió. Una presión intangible comenzó a emanar de su cuerpo. A su alrededor, pequeños fragmentos de roca comenzaron a crujir, a levantarse del suelo. La energía invisible vibró en el ambiente.

Los otros miembros de la Liga dentro de la mansión se estremecieron sin saber por qué.

Sholan observó en silencio.

Finalmente, Batman abrió los ojos.

—Interesante —dijo Sholan, sonriendo.

—¿Es suficiente?

Sholan negó con la cabeza. —Aún no. Pero estás en el camino correcto.

Batman no pareció sorprendido. Solo asintió.

—Dímelo entonces. ¿Cómo lo llevo al siguiente nivel?

Sholan se cruzó de brazos, analizando la mejor manera de explicarlo. Luego, caminó lentamente alrededor de Batman, como un maestro evaluando a su alumno.

—El Haki del Emperador no es solo una manifestación de voluntad —comenzó a explicar—. Es la imposición de tu realidad sobre los demás. No solo los afecta, los somete.

Batman escuchaba con atención.

—Lo has despertado, pero solo lo estás dejando fluir de forma pasiva. Si quieres llevarlo al siguiente nivel… debes forzar tu existencia en el mundo.

Batman frunció el ceño. —¿Forzar mi existencia?

Sholan sonrió. —Haz que el mundo reconozca que tú eres la única constante. Que todo lo demás debe inclinarse ante tu presencia.

Batman cerró los ojos por un momento, procesando la información. Luego, asintió lentamente.

—Lo intentaré.

Sholan palmeó su hombro. —Sabía que lo harías.

Los demás miembros de la Liga que observaron la interacción entre los dos lo miraron con expectación.

—¿Y ahora qué harás? —preguntó Superman acercandose.

Sholan sonrió con confianza.

—Regresaré con la mujer que amo.

Dicho esto, abrió un portal y desapareció en un destello de luz.

La Liga permaneció en silencio unos momentos.

—Siempre hace una entrada y salida dramática —comentó Flash.

Superman soltó un leve suspiro.

—Sí… pero admito que me alegra que esté de nuestro lado.