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Chapter 11 - Mentiras Piadosas: Parte 1

 

Kae y Lisa llegan después de acatar la orden del Rey, Kae no tenía ningún tipo de idea de lo que se avecinaba.

 

*Kae y Lisa se arrodillan ante el rey*

 

Rey: Pueden dejar de arrodillarse, les debo decir algo importante, necesitare que presten mucha atención.

 

Ambas comandantes estaban sumamente confundidas, aunque Lisa sabia un poco del contexto, ver a Sam y Nicolás en la misma sala con el Rey hablando tranquilamente era muy inquietante y extraño.

 

Rey: Bueno, primer tema a tratar, como saben estos 2 hombres junto al otro que está en el cuarto de experimentación, fueron los causantes de una posible catástrofe, sin embargo, no puedo dictarles castigo alguno.

Lisa: ¿Majestad?

Rey: Sí, no recibirán castigo, ya que ellos son las mismas personas de las que hablan Las Leyendas.

*Kae y Lisa quedaron impactadas*

Kae: Disculpe mi rey, pero ¿ellos?

Lisa: Perdone nuestro atrevimiento su majestad, pero es algo inimaginable, no puede ser que estos individuos sean la tan llamada "Trinidad De La Muerte"

Rey: En efecto comandante, no son ellos.

*Lisa soltó un suspiro de alivio*

Lisa: Vaya mi señor, por un momento pensé que…

Rey: No lo son, porque ellos también fueron traídos desde otro mundo para ayudarnos con un terrible acontecimiento que ocurrirá en algún futuro próximo.

Kae: Majestad, ¿está seguro de eso?

Rey: ¡¿DUDAN DE MI PALABRA?!

Kae y Lisa: No su majestad. *se inclinan en forma de disculpa*

Rey: Eso creí, bueno… como pueden ver son unos… individuos que no están en una muy buena forma, así que ustedes serán las encargadas de entrenarlos, para que puedan dominar las armas de "La Trinidad".

Kae y Lisa aunque un poco indispuestas aceptan entrenarlos ya que fue una orden directa, Sam y Nicolás están un poco nerviosos, aunque Nicolás haya obtenido experiencia en combate y demás al haber sido un oficial su instinto le advirtió que el entrenamiento de ambas comandantes no era nada comparado a lo que él estaba acostumbrado.

 

El Rey les pide a ambas comandantes que lo acompañen junto con Nicolás y Sam para poder enviarlos al cuarto donde se almacenan las armas de "La Trinidad" para que así pudieran adquirir el poder que otorgaban las mismas.

 

Fue un corto recorrido para llegar a aquel cuarto, antes de llegar tanto Sam como Nicolás pudieron percatarse de dos enormes soldados los cuales custodiaban aquel cuarto, se veían demasiado imponentes, poderosos, al mirarlos se podían notar una oscuridad profunda. El Rey solo hizo una señal para que aquellos dos soldados se movieran de su lugar para así poder abrir de par en par las puertas para que así pudieran pasar todos.

 

Al entrar se podía notar una imponente presencia, demasiado poderosa, feroz; Sam y Nicolás sabían que no eran armas comunes, mas nunca imaginaron que aquellas armas fueran tan poderosas. Ambos se colocaron al frente de ellas y solo extendieron la mano para poder agarrar el arma de su elección, pero al no ser armas comunes no fue así de sencillo, las armas debían escoger a su dueño, su portador, aquella persona que seria digna del poder que se le seria atribuido por ella.

 

"La Lanza Del Sol"—"El Arco Del Sigilo"—"El Hacha De La Luna"

 

Fueron las 3 armas que se levantaron y se posaron frente a Sam y Nicolás. Nicolás fue el primero en querer tomar la iniciativa y quiso tomar "La Lanza Del Sol", sin embargo, esta misma no cedió y se desplazo hacia atrás; por otro lado "El Arco Del Sigilo" se acercó a él, tomando la posición que tenia La espada y haciendo saber a Nicolás que esta era el arma que lo había elegido.

 

Por el lado de Sam, este no se apresuro y tuvo paciencia, cerro los ojos y dejo que aquella arma se dirigiera hacia él, inhalo y exhalo lentamente entrando en un espacio de paz y conexión con el ambiente, sentía que podía verlos a todos sin necesidad de abrir los ojos, podía sentir sus auras; finalmente Sam abrió los ojos, y al abrirlos noto que ninguna de las dos armas restantes se había cercado hacia él, por lo que volvieron a reposar en el sitio donde estaban colocadas, Sam sintió un poco de desilusión y frustración al pensar que no era digno de poder adquirir aquel poder, ¿será porque era tan joven y no comprendía aun muchas cosas?... Sam bajo la mirada mientras que Nicolás solo le toco el hombro…

 

Mientras mantenía la mirada abajo, apretó los puños, pero había algo raro, sus manos sujetaban algo, parecían empuñaduras, Sam abrió los ojos y noto que en sus manos sostenía Dos Dagas.

 

Rey: Así que "Las Dagas De La Muerte", interesante.

Sam: ¿Dagas de la muerte?, solo son dos.

Rey: Si, al principio, pero eso quiere decir que tienes aptitudes mágicas, esas dagas puedes multiplicarlas, no se hasta que numero, solo esa información sabemos lastimosamente.

Sam: Wow, increíble, puedo sentir como el poder fluye en mí.

*Nicolás interrumpió*

Nicolás: ¿Y mi arma?

Rey: Bueno, no tenemos mucha información de ella, solo quiere decir que eres alguien habilidoso, valiente y justo, de ahí en fuera no sabemos nada más.

Nicolás: Aun no comprendo porque no me eligió la lanza.

Rey: La Lanza solo es para aquellos que están dispuestos a entregar su vida por la de los demás, la lanza es para una persona que esta dispuesta a dar todo por sus seres queridos y nunca se rinde.

Sam: Esa es para Lucio *Susurra*

Nicolás: Eso me basta… ¿y bien?, ¿qué haremos ahora?

Rey: Comandante Lisa, explícales, yo iré a mi dormitorio ah y Comandante Kae venga conmigo.

Kae y Lisa: Si su majestad.

*Kae se va junto con el Rey*

Sam: ¿Y bien?

Lisa: Deberán ir a su habitación designada para poder descansar, el día de mañana se levantarán cuando amanezca, no quiero ningún tipo de excusas, los quiero a ambos listos para que entrenen.

Nicolás: Eso está muy bien, pero necesitaremos ayuda con la cuestión de levantarnos temprano, aun no estamos acostumbrados al horario de este mundo.

Lisa: En ese caso, yo iré a levantarlos con un balde de agua helada y vere si de esa forma se acostumbran,

*Sam y Nicolás se preocupan*

Sam: No es necesario llegar a ese tipo de situación ¿sabes?, jaja, prometes que haremos lo posible para estar listos sumamente temprano.

*Nicolás asiente*

Lisa: *Sonríe* Esa es la actitud muchachos, bueno, supongo están agotados por el día de hoy… lárguense a sus habitaciones, nosotros aun debemos hacernos cargo de algo más.

Nicolás: Hablando de otro tema, ¿que pasara con Lucio?

Lisa: Lo sabrán el día de mañana, vayan a descansar ahora.

Sam: No, queremos verlos, saber que está bien.

Lisa: Creo que hable un poco bajo… LARGO A DESCANSAR O HARE QUE LOS ENCARCELEN POR DESACATO.

*Ambos se asustan*

Nicolás: Vámonos Sam, no pueden hacerle nada malo, lo prometió el Rey.

*Sam y Nicolás se van*

Lisa: Ay *Suspira*… Espero sepa lo que está haciendo su majestad.

 

 

Mientras tanto, por el lado de Kae…

 

Kae se encontraba escoltando al Rey a sus aposentos, no hubo ningún tipo de orden o algún tipo de sonido emitido por su parte, Kae estaba nerviosa, creyó que había hecho algo mal, tantas ideas daban vueltas por su cabeza y cada una de ellas no era necesariamente positiva; no fue hasta que al llegar a la habitación del Rey este se dirigió a Kae.

 

Rey: Comandante.

Kae: *Se arrodilla* Si mi rey?

Rey: Iras con el prisionero que esta en el Laboratorio para ver como se encuentra, si se encuentra bien ya llévalo con mi hija mayor, me pidió que después de que le sacaran lo que tenia dentro lo llevaran con ella ya que tenía algunos asuntos pendientes con él.

Kae: Su majestad, pero, no menciono que es una de las personas que…

Rey: Se lo que dije, pero el no lo sabe, lo sabrá después de esto, sea lo que sea, es una maldita peste, sino fuera porque debo tranquilizar a toda esa gente, me hubiera desecho ya.

Kae: Lo entiendo su majestad, pero si me permite.

Rey: No lo permito comandante, solo estas aquí para seguir mis ordenes, no para pensar u opinar, harás lo que te he ordenado, ¿o qué?, ¿acaso le tomaste algún aprecio?

Kae: No su majestad, solo era una pequeña confusión, hare lo que usted me ordene, descanse mi rey.

Rey: Hum, que no se vuelva a repetir este tipo de escenas comandante.

Kae: Si su majestad no se volverá a re…

*Le cierra la puerta en la cara*

Kae: *Suspira*

 

Kae se dirige hacia la habitación de Lucio para poder acatar las ordenes que le fueron dadas por el Rey, en el camino se encuentra a Lisa.

 

Lisa: Kae a donde vas con tanta prisa.

Kae: El rey me dio la orden de ver como esta Lucio.

Lisa: Oh ya veo, te acompaño.

Kae: No, tu ve a ver los otros dos, ¿ya les disté las instrucciones?

Lisa: Si, son un par de estúpidos, pero obedientes.

Kae: Al menos jaja.

Lisa: Si jaja, solo que si me pidieron verlo.

Kae: Oh, si se interesan por él.

Lisa: Supongo, no sabemos nada de ellos tres, mas aun que son "La Trinidad" jaja *tono de sarcasmo*.

Kae: Si…

Lisa: Y dices que el Rey te dio una orden, bueno, te dejare entonces, debo ir afuera con los Soldados, ¿te veo haya?

Kae: No lo creo, necesito ver que la orden sea acatada.

*Lisa se va yendo*

Lisa: ¡Bueno, te veo mañana temprano Kae!

Kae: ¡Adiós!... Adiós.

 

Kae se volvió a dirigir a la habitación de experimentación, fue trotando para llegar lo más rápido posible, pero, cada paso le pesaba cada vez más, algo en ella no lo quería hacer, pedía, no, rogaba que Lucio aun estuviera al menos un poco mal para que no tuviera que llevarlo al menos el día de hoy con Marion, su corazón latía demasiado rápido y sin darse cuenta llego al lugar. Quiso tocar, pero su mano cada vez que lo intentaba se detenía, sentía una simpatía con él, aunque apenas lo conocía de nombre, había una conexión que muy pocas veces se da en las personas, era un lazo muy fuerte.

 

Kae con el pesar de su corazón tuvo que tocar la puerta, pero solo la toco una vez, fue más que suficiente para que el científico que se encontraba ahí le dio la bienvenida a la comandante, pero no como a un soldado, sino como a una amiga.

 

Crilof: Oh Kae, de nuevo por acá.

Kae: Hola Ciluf.

Crilof: ¡CRILOF!, ¿cuántas veces debo repetírtelo Kae?

Kae: Las veces que sean necesarias.

Crilof: ¿Te pasa algo?, te noto mas rara de lo normal.

Kae: Solo vengo a ver a…

Crilof: ¿Lucio?

Kae: ¿Si, como sabes su nombre?

Crilof: ¿Creo que más bien la pregunta seria para ti no?, este es mi paciente o sujeto de pruebas, como lo quieras ver.

Kae: *Nerviosa*Bueno, estem… no es algo que te deba interesar, solo dime si ya está bien, son órdenes del Rey.

Crilof: Por ahí hubieras comenzado jaja, creí por un momento que te había interesado en el jaja.

Kae: JAJA que chistoso *Sarcasmo*, entonces… como se encuentra?

Mientras terminaba de decir aquellas palabras su corazón se aceleraba a 1000 por hora, podía sentir como la garganta se le cerraba, al igual de que le comenzó a dar un poco de mareos.

 

Crilof: Pues, aún no está bien del todo.

Kae: *Aliviada*, Oh enserio?, es, es una lástima.

Crilof: Pero, para el día de mañana suponemos que ya estará en excelentes condiciones, logramos extraer suficiente sangre de Tetraipus de su cuerpo.

Kae: ¿Enserio?, eso es una…

Princesa Marion: ¡GRAN NOTICA! *Sonríe*