— Brie… — el científico no pudo evitar decir su nombre al verla en ese estado, un ligero remordimiento comenzó a carcomerlo por dentro.
El paladín caminó con cautela hacia ellos hasta llegar a donde estaba Brie. La mujer a pesar de todo mantuvo la frente en alto, sin importar lo que fuera a ocurrir en el momento, no estaba dispuesta a demostrarse sumisa, mucho menos ahora.
— He de admitir que de todos los que esperaba que me dieran la espalda… Jamás me imaginé que ustedes estuvieran inconformes… Brie, Lewis, Anton. Creí que estaban listos para incorporarse al nuevo orden del universo, pero… parece que incluso hasta los más fuertes pueden tener momentos de debilidad. — El paladín se acercó mientras tomaba del cabello a la chica. Obligandola a que se ponga de pie mientras seguía hablando. — Mi error fue darles una oportunidad, creer que algún día lograrían cambiar. Pero ahora veo que solo me dejé llevar por mis emociones, tanto que pasamos juntos, pero eso ya no importa…
La tensión era palpable en el ambiente, solo los separaban unos metros de distancia. Por un lado estaban rodeados por los subordinados del eterno que se posaba dominante ante ellos mientras sujetaba del cabello a la chica. El científico estaba molesto, al principio trató de acercarse pero de inmediato Dwayne intervino, tomándolo del brazo mientras con la cabeza le indicaba que no hiciera nada estúpido; El incursor estaba con el corazón saliendo por su pecho, el sudor de su frente comenzó a irritarle la piel; Mientras tanto, el Origen aún esposado no dejaba de penetrarlo con su mirada, tenía el ceño completamente fruncido, mientras permanecía apretando los puños; Brie se mantenía callada y estoica, la mujer de cabello dorado no decía ni una palabra, era como si toda esta situación no le afectará en lo absoluto.
— Dwayne , puede que ahora no lo entiendas. Pero cuando llegue el momento, se que abrirás los ojos tarde o temprano. Lo que hago es por ustedes, lo hago por la realidad, lo hago por el punto cero… si cedemos ante nuestro lado más vulnerable, jamás seremos capaces de defender aquello que juramos proteger… Todos los que estamos aquí reunidos, todos realizamos un juramento, prometieron no dejar que el punto cero cayera en la manos equivocadas, juraron lealtad al punto cero. Ahora actúan como si no le debieran nada a nadie, cuando son más que conscientes de lo que ahora serían si hubieran decidido quedarse en donde estaban. Su imperfección es más que inaceptable, como seres vivos estamos destinados a entrar en constante evolución, no importa que o como, el cambio siempre llegará… tarde o temprano. Por eso… es mi deber.— El paladín se giró a verla con repudio mientras la tomaba por el cuello agresivamente.
— ¡Noo le hagas daño maldito! — El científico cegado por su rabia, corrió hacía Él paladín.
— ¡Oye No! — Dwayne no había logrado detenerlo esta vez. El científico fue más rápido que él, se dirigía corriendo directo al Paladín, decidido a detenerlo.
— Voy a reformar la orden… Voy a reunir a los seres más perfectos de todo el omniverso, no descansaré hasta encontrarlos. Aunque sea lo último que haga. — El paladín volteó a ver al científico, golpeándolo mientras aún mantenía a Brie tomada por el cuello.
El científico salió disparado contra uno de los almacenes, cayendo al suelo. Dwyane se quedó sin hacer nada en ese momento, el cristal del punto cero estaba expuesto a un lado del científico. Tanto el Origen como Dwayne se miraron al instante, sabían que era el momento, su destino estaba sellado desde el primer instante en que cruzaron al otro lado, sin importar cual fuera el resultado, morirían de todos modos. El incursor estaba paralizado por completo, quería correr pero sus piernas no le respondieron, de alguna manera solo estaba esperando lo peor.
— ¡Dwayne ! ¡Ahora! — El grito del origen desconcertó a los presentes, era la señal. Dwayne rápidamente corrió hacia el Incursor empujándolo para apartarlo del peligro, mientras corría al frente directo a hacia el Paladín. Al tanto el origen se apresuraba hacia donde se encontraba el cristal.
Los subordinados dispararon de inmediato las primeras cargas de las ballestas, estaban indecisos al principio por no saber a qué objetivo disparar, por lo que al final cada uno terminó por elegir a un objetivo diferente. Las primeras dos fechas fueron directo hacia Dwayne , quien con su hoja de plaza había logrado partirlas por la mitad, logrando acortar la suficiente distancia entre él y el Paladín, alcanzando a asestar un golpe directo el cuál fue bloqueado de inmediato por el mismo. Brie aprovecharía esto para morder uno de sus dedos con todas sus fuerzas arrancándoselo en el acto, firzandolo a soltarla y dejarla caer al suelo.
El resto de flechas fueron hacia los demás, 3 impactaron junto al contenedor, el resto lograron darle impactar contra el Origen al interponerse frente al incursor en un intento por salvarle la vida, hiriendole tanto en el brazo como en el pecho y un pie. Sin embargo, debido a la adrenalina que corría por sus venas alcanzó acercarse lo suficiente, dejándose caer a un costado del científico. — ¡Oye tu! ¡Toma al científico y corre lo más rápido que puedas voy a hacerlo! — El origen le dio las indicaciones al Incursor quien se encontraba frente a él en el lado opuesto junto al científico. El incursor dominado por la intensidad del momento tomó inmediatamente al científico, arrastrándolo lo más lejos que podía del foco del ajetreo, para mantenerlo a salvo de lo que vendría a continuación.
El origen tomó en sus manos el cristal, sintiendo como este inmediatamente comenzaba a descontrolarse a tal punto que se había incrustado en su mano, mientras a su alrededor una enorme onda de energía atraía todo tipo de metales. Tanto Dwayne como el Paladín y Brie trataron de sujetarse aferrándose al suelo. Al tanto los subordinados eran arrastrados como simples bolsas de carne hacia él, rodeando por completo al Origen en una amalgama enorme compuesta de metales y personal de la Orden. Por un instante todo dispositivo electrónico dejó de funcionar, segundos más tarde aquella amalgama explotó liberando una enorme cantidad de energía cero que abrabaca un área aproximadamente de unos 10 metros. Expulsando a todo lo que tuviera a su alcance.
— Código Rojo, Código Rojo. Daño importante en helipuerto Esté en el nivel subterráneo C — Las alarmas del complejo se habían activado, el sistema contra incendios estaba activo. Todo el lugar estaba patas arriba, contenedores volcados, cuerpos tirados y miembros descuartizados, algunos de los vehículos aéreos terminaron gravemente dañados, lo único que prevalecía era una fuente de energía que iluminaba todo a su alrededor. Una figura humanoide que posea un aura celeste en forma de flama sobre su cabeza, su piel era completamente morada y entre sus manos lo rodeaban llamas que brillaban en rojo, amarillo y morado. El hombre tenía los ojos imbuidos en blanco.
— Paladín… — Fue lo único que salió de su boca cuando los abrió. El origen buscaba entre los escombros al tan dichoso tirano. Encontrándose solamente con cuerpos y tecnología destruida a su paso. Hasta que a su izquierda la tos de un hombre llamó su atención, el origen se dirigió a donde provenía el ruido, percatandose de la presencia de dos sujetos atrapados debajo de los escombros, el origen no dudo ni un segundo en levantarlos, esperando encontrar al Paladín al hacerlo.
— Eres… ¿Eres tú?. — El incursor había sobrevivido al impacto de la explosión, a pesar que presentaba algunas heridas en el cuerpo, su estado estaba casi en perfectas condiciones, a un costado de él estaba el científico, este permanecía inconsciente pero respirando. Al principio el origen se decepciono al no ser quienes esperaba ver en ese momento; sin embargo, no podía ignorar que le alegraba ver que seguían con vida.
— Si, soy yo.
— Así que ¿Esa es tu verdadera forma?
— Honestamente ya no sé cual sea en realidad… Hace mucho que lo olvidé. — El origen ayudó a ambos a incorporarse. Llevándose al científico cargando sobre su espalda. Mientras hasta el fondo cerca de la costa donde terminaba la pista de aterrizaje se vea una silueta de un hombre tratando moviendo los escombros para sacar algo o a alguien, llamando la atención del Origen.— Quédate con él, no deberían tener mayor problema, la mayoría de sus hombres están muertos así que tranquilizate. Volveré en un momento. — El origen dejó al científico en el suelo, a un costado del incursor mientras se dirigía rápidamente hacía donde estaba la silueta.
— Brie rápido dame la mano — Dwayne estaba tratando de ayudar a Brie, quien se encontraba atascada debajo de los escombros, mientras a unos metros se encontraba el Paladín, golpeando con todas sus fuerzas el enorme contenedor que tenía encima suyo. No tenían mucho tiempo hasta que pudiera salir.
— Mierda.. es bastante angosto — la chica trataba de alcanzarlo pero le era imposible, había unas bigas enorme que la mantenía prensada contra el suelo. — ¡Carajo! Si tan solo este maldito traje funcionara sería más sencillo! —