— A la cuenta de 3 volvemos a intentarlo, mismo procedimiento tu empujas yo levanto. — Dwayne se preparaba para levantar una de las vigas, mientras Brie estaba lista para empujar la otra. — 1… 2.. 3.— Al levantar la viga de metal Dwayne la sintió más ligera de lo normal.
— ¿Así que tu también sobreviviste?
Dwayne giró a su costado derecho para ver de quien se trataba, aunque la voz le era más que conocida.
— ¿Origen?
El origen estaba ayudándolo a liberar a la chica, sosteniendo la viga para que pudiera sacarla.
— Veo que tu también estas sorprendido, venga saca a la chica yo te ayudo con ésto. — finalmente gracias a su ayuda Dwayne logró tomar la mano de Brie sacándola de entre los escombros con todas sus fuerzas. La chica tenía algunas heridas en el abdomen y las piernas siendo la derecha la más afectada, tenía un esguince en el tobillo y un corte bastante profundo en el muslo.
— Estas herida? — Le preguntó Dwayne mientras veía como le costaba mantenerse parada por mucho tiempo.
— Un poco, pero no es nada..— Rápidamente la mirada de la chica se fijo en el origen, estaba bastante sorprendida de ver su aspecto actual. — Seré sincera, creo que el morado te hace ver más joven.
— Tienes que sacarla de aquí Dwayne , no podrá llegar lejos si se quedan — el origen volteó a ver a tras de él, observando como el contenedor contenedor se encontraba a unos cuantos metros de ellos no paraba de moverse. Era evidente de quien se trataba, y él lo sabía. — Así que ahí está..
— A si el Paladín… es todo tuyo amigo. Vente Brie.. eejame ayudarte. — Dwayne cargo a la chica en brazos antes de despedirse de él para dejar que resolviera sus asuntos pendientes.
— ¿Crees que él realmente pueda hacerlo? Digo el Paladín tiene tecnología a su favor, el solo.. solo tiene sus puños.— la chica permanecía agarrada del cuelo de Dwayne mientras miraba atrás.
— Sea como sea, necesitamos volver al "Puente" , no nos queda otra salida más directa que esa, debemos aprovechar esta oportunidad. Sé que lo entiendes.
— Lo sé, solo que aún me cuesta asimilarlo, ¿sabes? No entiendo cómo es que él terminó así…
— Sea como haya sido, algo es seguro Brie… Orphan ya no está, ni tampoco el Paladín, y tampoco pienso quedarme para averiguarlo.— Cuando venían de regreso se encontraron con el científico y El incursor, quienes aún se encontraban en el mismo lugar donde el origen los había dejado. El incursor al verlos les gritó, mientras se levantaba del piso para saludarlos.
— ¡Mierda son ustedes! Mierda no pensaba que siguieran con vida.
— Digo lo mismo. — Brie respondió apática mientras observa de reojo al científico.
— Creí que no los alcanzaría la explosión. — dijo Dwayne un poco más animado.
— ¿Qué le pasó a Anton, Lewis? — Preguntó la chica al ver que estaba inconsciente a un lado de él.
Dwayne miró a Anton con algo de preocupación. — ¿Se encuentra bien?.
— Si solo está inconsciente, aún no se recupera del golpe que le dio el Paladín, oye espera ¿ y el Origen? Dijo que regresaría en un momento. — En ese momento Anton volteó a ver hacia la bahía del helipuerto, observando como el Origen se estaba acercando hacia un contenedor que no paraba de moverse agresivamente.
— Ah él… — Dwayne miró por un instante hacia atrás, luego volvió a enfocarse en Lewis. — No importa, tenemos que irnos ahora. El puente está libre así que no debería ser un problema. — Dwayne bajó a Brie por un momento. — Sujetate de Lewis, debería de haber algo de adrenalina por aquí. — Dwayne se dirigió hacia los almacenes de suministros que se encontraban desperdigados a unos metros de donde se encontraban, encontrando uno que aún permanecía sellado. Con la ayuda de una barra metálica abriría el suministro, encontrando vendajes, supresores y algo de epinefrina.
Dwayne tomó la caja y rápidamente volvió con los demás, la asentó en el suelo mientras sacaba todo lo que había hallado en el interior.
— Rápidamente agarren lo que sea necesario.
— Vaya Dwayne, a pesar de todo siempre terminas por sorprenderme aunque rara vez es para bien. — Brie tomó un par de vendas y una inyección de epinefrina, vendando la herida que tenía en el muslo e inyectándose la carga de adrenalina; Lewis vendó las suyas mientras se inyectaba una dosis y Dwayne prefirió guardar un par por si acaso, además de una pistola de bengalas y la comida. Gracias al choque de adrenalina tanto Lewis como Brie lograron mantenerse estables, la chica tomó al científico en brazos, aún inconsciente. — Yo iré primero. Ustedes solo traten de seguirme el paso.
— ¿Estás segura que no quieres que te ayude a llevarlo? Puede que ya no sientas dolor pero la herida sigue ahí Brie.
— Te preocupas demasiado Dwayne, es solo una pequeña cortada ya me encargaré de eso cuando salgamos de aquí. Ahora solo enfoquense en moverse rápido, no sabemos si el origen pueda mantenerlo ocupado más tiempo. — Brie salió corriendo mientras Dwayne y Lewis iban detrás de ella. Pasaron por el hueco en la pared por donde habían entrado atravesando el extenso corredor hasta llegar al elevador.
Mientras él grupo trataba de acceder a la sala del puente, el origen se dirigía a encarar al Paladín sobrevolando los escombros hasta llegar al contenedor donde esperaba encontrarlo. El origen con el entrecejo fruncido observaba fijamente como se tambaleaba por los golpes que recibía por dentro, dejando un abultamiento como consecuencia del desgaste ocasionado por el impacto. El reloj apuntaba a las 5:30 de la mañana, al cabo de un par de minutos el contenedor finalmente cedió y el trozo de metal salió disparado dejando un enorme agujero en su lugar. El origen respiró profundamente cerrando sus ojos por unos instantes, las llamas alrededor de sus manos y cabeza se avivaron intensificandose aún más, adquiriendo un profundo color amatista, liberando un largo suspiro al tanto que abría sus ojos vacíos imbuidos en un brillante azul celeste, observando al Paladín salir del contenedor con una templanza inquietante.
— No sabes cuanto he anhelado que llegara este momento…— Expresó al Paladín con rencor en sus palabras disfrazadas con una actitud relajada, al mismo tiempo que apretaba los puños sin temor a exceder su fuerza ni revelar sus intenciones.
— Así que de eso se trata todo esto… Déjame adivinar ¿Te prometieron libertad a cambio de que los ayudaras con su absurdo juego con aires de rebelión? He de admitir que reconocía que tenías madera de conquistador… pero no pensé que tu mente fuera tan débil como para dejar que tu desesperación te hiciera caer tan bajo. — A pesar de que el Yelmo cubría su rostro, El origen podía sentir aquella mirada crítica observándolo fijamente junto a su semblante frío y arrogante. Sus palabras fueron un las últimas gotas que necesitaba para derramar el vaso, había tenido el descaro de atreverse a pisotear lo único que aún mantenía intacto, su propio orgullo.
— ¡Maldito! — El Origen había llegado a su límite, era como si le hubiera escupido en la cara. Sus puños temblaban a la par que sus labios, las llamaradas presentes; tanto en su cabeza como en sus manos, se mantenían ferviententes ondeando de manera agresiva, aumentando su temperatura corporal en un 20%. Sus palabras salieron con la fuerza de un grito cargado con dolor e impotencia, no dudando ni un segundo en abalanzarse hacia él y darle el primer golpe.
El paladín reaccionó instintivamente cerrando su mano derecha apretando con fuerza, un escudo mediano sobresalió de su puño bloqueando el golpe y recibiendo el impacto directamente. Había activado un mecanismo que formaba parte de la armadura, compensando su movilidad limitada utilizando su propia tecnología a su favor, tomando por sorpresa al Origen. Acto seguido el Paladín trató de llevar su mano libre a al costado de su cintura, tratando de tomar el pequeño dispositivo que tenía colgando. El origen se percató de lo que intentaba hacer, forzandolo a responder contraatacando con el otro brazo, golpeándolo en el costado derecho tomándolo desprevenido sin posibilidades para bloquearlo, recibiendo el golpe en las costillas, enviándolo lejos debido a la fuerza del impacto. El paladín colocó ambas manos sobre la superficie del suelo usándolas como frenos para impedir que se estampase contra los escombros, dañando la superficie de la armadura en el proceso.