Nivel 1: Comienzo Desde Zero
Capítulo 07: "Oscuridad"
Transfiriendo datos…
¡ERROR!
Reiniciando sistema…
Procesando…
Procesando nuevamente los datos transferidos.
Instalando sistema…
Falla al intentar instalar el sistema.
Se ha detectado una forma de vida desconocida… Nuevo error: "criatura error"… Sistema error…
Falla al intentar instalar el sistema por segunda vez.
Procesando datos actuales del individuo…
Sistema actualizado.
Corrigiendo errores…
Advertencia: No se detecta ningún individuo al que instalar el sistema.
Proceso finalizado.
Resumen:
No se ha detectado ninguna forma de vida.
***
Año 3152, después de la aparición de las singularidades…
¡Ay! ¡Qué dolor de cabeza! Siento como si algo dentro de mí se estuviera evaporando o algo por el estilo.
¿dónde me encuentro?
¿Qué es este lugar?
Si no recuerdo mal, hace un rato unos extraños objetos oscuros me taparon la vista después de… ¿después de qué?
¡Cierto! Me lancé a salvar a esa chica de secundaria cuando un tipo la empujó a la calle mientras el semáforo estaba en verde.
Por un momento lo había olvidado. Qué raro.
Aunque, más raro aún es este lugar… ¿Dónde se supone que estoy?
¿Será este el mundo que le espera a la gente después de morir? ¿O será el infierno?
Si este es el infierno… pues es bastante decepcionante. Esperaba algo más aterrador. Aunque, ¿no es esto mejor para mí?
O sea, mientras menos tenga que sufrir, mejor, ¿verdad?
A su alrededor no había nada. Literalmente nada. Todo lo que sus ojos podían apreciar era oscuridad. No parecía haber un fin ni un comienzo en esta inmensidad. Ni siquiera era posible aplicar la definición de distancia, ya que no existía nada que sirviera como referencia para medir o delimitar el espacio.
Llegó al punto en el que ya no sabía si tenía los ojos abiertos o cerrados.
Intentó moverse, pero tampoco sintió nada. Era como si estuviera en este extraño lugar y, al mismo tiempo, no. No percibía un cuerpo, ni algo a lo que su cerebro pudiera dar órdenes.
¡Vaya! ¿Qué es todo esto?
Parece que la muerte sigue siendo incomprensible incluso después de haber muerto. Empiezo a dudar si realmente estoy muerto.
Ah… no entiendo nada. No sé ni lo que soy en estos momentos. Ni siquiera puedo hacer algo más que estar aquí. ¿Qué es "aquí"? Ni eso lo sé.
Lo único que verdaderamente sé es que soy yo. Si no fuera yo, no sería capaz de pensar como lo estoy haciendo o de recordar todo lo que sucedió.
Pensaba como si estuviera hablando. Es decir, no era capaz de hablar, o al menos eso creía, ya que no podía sentir sus labios moverse ni escuchar su propia voz. Había llegado a la conclusión de que esto debía ser un "espacio inexplicable", o al menos así lo llamó.
"¡Vael'nar!", escuchó decir una voz desconocida que retumbó en medio de toda esa oscuridad.
¿Qué significa eso?, pensó, preocupado.
Alguien parecía estar hablando…
De pronto, sus pensamientos fueron interrumpidos.
"¡Vael'nar!"
"¡Vael'nar!"
No entendía qué significaban esas palabras que resonaban de forma tan abrupta. Intentó buscarles un significado, pero, sin importar cuántas veces lo intentara, no lograba obtener una respuesta.
Entre la confusión y la preocupación por lo que sucedía, logró observar una pequeña, pero intensa, luz a lo lejos.
"Sorien'ha valon dar'neth", escuchó esta vez, algo distinto, aunque igualmente incomprensible.
La luz, que antes parecía lejana, creció de forma descomunal en cuestión de segundos, tiñendo toda la oscuridad con su fulgor.
¿¡Qué está sucediendo!?
¡No entiendo nada!
Gritaba en sus pensamientos mientras quedaba completamente cegado por esa luz.
"Kairos vel'thain, draemor ul'tariv."
"Onar'kai sorien'ha."
Mientras no podía distinguir nada debido a la cegadora luz, pudo escuchar nuevamente esas extrañas palabras. Sin embargo, a diferencia de hace unos segundos, ahora las oía con mayor claridad, de manera más fluida.
En un principio, estaba convencido de que aquellas palabras tenían un significado oculto dirigido hacia él. No obstante, al escucharlas con más atención, se dio cuenta de que no eran claves ni poseían un significado misterioso; eran, en realidad, parte de un idioma completamente desconocido para él.
Al comprender esto, abrió los ojos. Sí, abrió los ojos que hasta hace unos instantes creía tener abiertos, pero que en realidad estaban cerrados. Y lo más desconcertante era que no había sido consciente de ello. Era tan sorprendente que no lograba encontrar una explicación lógica de cómo había quedado cegado momentos atrás.
"Valon thain'ria, nai varos."
"Ilun'reth tarial, kai ul'varion."
¡Esas palabras no provenían de una sola persona, sino de dos!
Ahora que puedo escucharlas con claridad, me doy cuenta: una voz es masculina y la otra femenina.
Todo se veía borroso, aunque con tonos y matices de colores. Esto era un progreso en comparación con la oscuridad total de antes.
Poco a poco, su visión comenzó a ganar nitidez, como si se tratara de la pantalla de una computadora ajustándose gradualmente. Cuando por fin enfocó, sus ojos se encontraron con el extraño rostro de un individuo que lucía una sonrisa inmensa.
¿¡Y a este quién lo invitó!?
¿¡Quién se supone que es!?
¿¡Qué está sucediendo aquí!?
¿¡Por qué su inmensa cara está tan pegada a la mía!?
***
A partir de ese momento, el mundo dejaría de ser como lo conocían. Ese instante marcaría un antes y un después para todos los seres vivos.
Individuos con sentidos extraordinarios, repartidos por distintos rincones del planeta, percibieron algo a través de su cuerpo. Un ser había nacido. Una criatura capaz de alterar las reglas mismas del mundo había venido al mundo en una pequeña casa destruida, que apenas se mantenía en pie.
La llegada de este ser no fue anunciada. Sin embargo, todos aquellos con habilidades especiales lo sintieron de maneras distintas. Algunos percibieron una inquietud inexplicable en su interior; otros fueron invadidos por escalofríos o sensaciones abrumadoras, como si un sexto sentido los alertara de su presencia.
Cada uno de estos individuos era consciente de la ráfaga de sensaciones que había experimentado, por más leve o fugaz que fuera. Sin embargo, ninguno comprendía el significado exacto de esas emociones extrañas y perturbadoras.
De norte a sur, de oeste a este, en cada rincón de los continentes y tierras del mundo, esos seres únicos percibieron, aunque sea de manera tenue, el impacto del nacimiento. Pero no fueron solo ellos. Incluso los animales quedaron atrapados en una espiral de emociones incomprensibles que, en algunos casos, los aterrorizaba o los volvía frenéticos.
En cuestión de segundos, tanto los individuos de sentidos extraordinarios como los animales fueron testigos del cambio que se estaba gestando.
Nadie sabía exactamente qué estaba ocurriendo ni qué iba a suceder. Pero había algo claro para todos: era el fin de una era y el inicio de una nueva.
-CONTINUARA-