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CAPÍTULO 258
~Punto de vista de Zara~
La luz de la mañana iluminaba mi cámara a través de los grandes ventanales, hasta la espesa seda, descansando una hermosa vista. Sin embargo, la tranquilidad de la escena fue insuficiente para apaciguar la tormenta que se gestaba en mi interior.
Caminando de un lado a otro sobre la alfombra, me retorcía las manos, mi mente llena de pensamientos sobre Zara. Mi hija. Mi corazón. Mi heredera.
La puerta chirrió al abrirse, y Courtney, mi fiel dama de compañía, entró. Se inclinó respetuosamente antes de hablar. —¿Me llamaste, mi señora?
Me giré sobre mis talones, asintiendo bruscamente. —Sí, lo hice. Entra, Courtney.
Courtney se acercó, su expresión curiosa pero compuesta. —¿Qué necesita, señora?
Suspiré y caminé hacia la sala contigua en mi habitación, indicándole que se sentara, pero ella se mantuvo de pie.