Me encontraba acostado en mi cama viendo el techo de mármol blanco ya familiar de mi habitación en el castillo del Reino de Elenoir, pero la verdadera pregunta es: ¿cómo llegué a Qui?
Esa era la pregunta que me hacía desde que desperté hace una hora, ya que, si no mal recuerdo, me desmayé después de que esa mujer me atacara hasta perder la conciencia. Pensé que tal vez, después de tratarme como un trapo, me dejó botado por ahí y un amable aventurero me recogió y me llevó de regreso a Elenoir... No, eso no puede ser.
Pero lo que más me preocupaba es que no puedo comunicarme con Hades y esto me está matando de los nervios; por lo que, después de pensarlo un segundo, me levantaría de la cama para salir e ir a preguntar qué había pasado, pero antes de levantarme, un fuerte dolor golpearía mi pierna derecha y hombro haciéndome sentar de nuevo.
'Rayos, esto duele', me quejé, pero el dolor pasó a segundo plano cuando me percaté de que en mis heridas aún había restos del maná de esa mujer, lo que impedía que mi cuerpo se recuperara adecuadamente. 'Esto no tiene sentido', pensé, ya que esta era una técnica usada en mi antiguo mundo para crear daño permanente y dificultar la recuperación de tu oponente, pero desde que llegué a Dicathen, nadie había usado esta habilidad.
Por lo que, aguantando el dolor, me levanté para salir de mi habitación, pero al salir, una criada me recibió. 'Caballero Aleph, buenos días', saludó formalmente la sirvienta. 'Buenos días', respondí. 'Disculpe que lo moleste tan temprano, pero el rey y la reina quieren que vaya de inmediato', diría la sirvienta.
Con su ayuda, me dirigí a la sala del trono, en la cual, nada más llegar, vería una gran cantidad de caballeros que se encontraban afuera como si estuvieran esperando que alguien gritara para entrar y pelear. Mientras me dirigía a la entrada, todos me miraban con lástima y otros con miedo, lo que me comenzó a asustar, pero una vez dentro, entendí el porqué.
'Buenos días', saludaría a los reyes, Virion y a Tessia, quienes estaban sentados con cara super nerviosa y sudando frío, pero rápidamente descubrí la razón.
'Tú', murmurarían al ver a la mujer que me derrotó sentada al lado de la habitación, pero esta vez vestía una túnica negra y portaba una máscara completamente blanca; pero obviamente era ella, por la abrumadora cantidad de maná que tenía. Incluso ayá y Alea estaba rogando porque no tuviéramos que pelear contra ella.
'Aleph, ¿estás bien?' preguntó Tessia mientras corría a mi lado, claramente preocupada por mi estado, pero más importante, Hades estaba entre sus brazos, durmiendo, lo que contestó mi pregunta de por qué no respondía. 'Sí, no te preocupes', respondí sin quitarle la vista a esa mujer. 'Aleph, es bueno verte despierto; déjame presentarte a—'.
El rey Alduin trataría de hablar, pero rápidamente una barrera de sonido nos envolvería a Tessia, la mujer y yo. 'Disculpe mi rudeza, rey Alduin, pero quiero hablar primero', diría la mujer mientras se acercaba a nosotros, por lo que rápidamente pondría a Tessia detrás de mí por reflejo, aunque sabía que no podría protegerla de ella.
'Aleph, ¿qué haces? No puedes pelear con esas heridas', diría la joven princesa mientras trataba de ponerse al frente, pero era obvio que tenía miedo, ya que incluso yo lo tenía.
'Aleph, vereoti', murmuraría con un tono amenazante.
'¿Qué?', dije estúpidamente, provocándola. 'Demuéstrame que eres el menor de los Vereoti o de lo contrario te mataré aquí y ahora'. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al oírla decir esto, hasta el punto que Tessia se puso pálida por la repentina declaración, pero lo que más me sorprendió es que Hades seguía dormido.
'¡Espera!'. Gritaría Tessia, ganándose la atención de la mujer, quien a pesar de su máscara podía sentir que la miró con seriedad. '¿Qué?', gruñó.
'Aleph es mi caballero guardián, por lo que técnicamente es parte de la guardia de Elenoir; así que si lo lastimas, atacarás a Elenoir', diría Tessia con miedo en su voz, pero con toda la intención de ayudarme. Pero esto solo hizo enojar más a la mujer, que dio un paso hacia ella.
'Espera, espera, ella no tiene nada que ver', dije mientras me ponía entre ella y Tessia para protegerla, aunque obviamente no podía. 'Entonces demuestra que eres el menor de los Vereoti ahora'.
De repente, toda la presión de su núcleo fue liberada, y por primera vez sentí que me ahogaba por la fuerza que ella emitía; pero dejando eso de lado, usaría todo mi maná para debilitar la presión para que no lastimara a Tessia.
Mientras esto pasaba, podía ver cómo todos los magos de núcleo plateado trataban de derribar la barrera, pero la diferencia de fuerza era enorme, incluso para los núcleos plateados.
'Está bien, te lo demostraré', dije mientras trataba de concentrarme para pensar en una manera de demostrarl , pero también existe la posibilidad de que en este mundo también existiera una familia con ese nombre y, si ese fuera el caso, entonces estaría muerto.
'Mi nombre es Aleph Vereoti, hijo menor de rey Vereoti y Luna Vereoti, hermano menor de Yuki Vereoti.' Hice una pausa mientras sentía que la sangre me hervía al mencionar estos nombres.
'Hermano menor de Kai Marin y Aldo,' dije con tanta rabia que sentí mis puños sangrar al recordar lo que hicieron. 'Y antiguo sucesor de mi familia,' dije mientras toda la sala era cubierta por la oscuridad que mi magia había creado y, ante esto, todos menos Tessia y Virion retrocedieron, pero la que más se vio afectada fue esa mujer que parecía estupefacta.
'Tú, tú en verdad eres Aleph,' la mujer tartamudearía mientras se tambaleaba hacia atrás y, de un momento a otro, se despojaría de su máscara dejando ver sus ojos carmesí, los cuales estaban cristalizados por las lágrimas.
'Sí, pero dime quién eres tu,' pregunté ya que no podía descifrar de quién se trataba hasta que ella dijo algo que me golpeó como un balde de agua fría: 'Soy tu única hermana mayor, Aleph.' Tras decir esto, su maná fue comprimido completamente, dejándome respirar, pero ni siquiera me percataría de esto hasta más tarde, ya que al escuchar esto mi pecho se detuvo por un segundo, mis ojos comenzaban a lágrimiar y el llanto que tuve que tragarme cuando volví a ver a Eleanor se desbordó por completo.
'Y-Yuki, en verdad eres tú,' dije mientras luchaba por aguantar los sollozos, pero un abrazo de mi hermana me confirmaría mis dudas. 'Sí, Aleph, soy yo.'
. . .
"En verdad, lo siento, mi comportamiento no fue el adecuado." Mi hermana se inclinaría ante los reyes y virion, quienes estaban más nerviosos que otra cosa. Por otro lado, Tessia aún estaba a la defensiva, poniéndome enfrente de mí.
"No se preocupe, señorita Yuki, y vaya Aleph, ¿por qué no nos dijiste que eres hermana de la aventurera de rango SS Yuki?" preguntaría el rey, más pálido de lo normal, claramente no queriendo ofender a mi hermana, aunque podía entenderlo, ya que tenía un carácter bastante fuerte.
"Lo siento, su majestad, apenas descubrí que éramos familia," respondí, ya que literalmente me acababa de enterar. "Dejando eso de lado, quiero agradecerle por cuidar tan bien de mi hermano, y si hay algo que puedo hacer por ustedes, no dude en pedírmelo," ofrecería Yuki, lo que sorprendió a los reyes, ya que al parecer mi hermana era la aventurera y maga más poderosa del continente, pero esto solo lo conocían los altos mandos de los reinos, ya que mi hermana no quería ser molesta.
"No es necesario, Aleph también ha ayudado mucho a nuestra amada hija," diría el rey, haciendo que mi hermano volteara a ver a Tessia, quien parecía un gatito, ya que en cuanto Yuki la miró, se erizó de los nervios.
"Así que mi hermano te ha estado entrenando, ¿verdad? Eso explica por qué eres tan buena para tu edad," halagaría Yuki a Tessia, y tenía razón, ya que sin contarme a mí, que soy un reencarnado, y a Arthur, que tengo la sospecha de que no es un niño normal, Tessia sería la más talentosa de manera natural.
"Bueno, más que entrenarla, solo reforcé los cimientos de lo que ya sabe," comenté, ya que no podía entrenarla directamente por la diferencia entre nuestras magias. "Mmm, ya veo, y aun así es increíble," murmuraría mi hermana. Después de esto, Yuki sería invitada a quedarse hasta que ella quisiera, pero más que respeto, los reyes parecían tenerle miedo, tal vez porque era una maga de núcleo blanco claro, y también descubrí que tenía 5 anillos de maná, lo que explica esa cantidad de maná tan ocena que tenía, y todo eso lo logró a la edad de 23 años; no esperaba menos de mi hermana mayor.