La sangre viltra es un poder que habitaba junto al alma de Nico, quien tenía un odio tenso hacia un tal Grey, y debido a este rencor y eh inestabilidad mental, decidiría eliminarlo por ser peligroso, a excepción de su poder.
Ya que, como vi que era un poder útil para el combate, decidí quedarme lo y cultivarlo en mi núcleo junto a mi magia de oscuridad, usando los anillos de Maná como catalizador y así evitar que mi cuerpo sufriera por la naturaleza del poder.
Pero eso solo aplica cuando el uso de esa magia se limita a una a la vez, por lo que si se usan todas al mismo tiempo.
(.....)
'Mmm, oye, papá, detente, no uses las tres al mismo tiempo; estos tipos no requieren de tanto esfuerzo.'
diría Hades. Pero no me importó, simplemente no hice caso y continué con mi arremetida, encerrándome junto a los sujetos en una cúpula de oscuridad.
'Oye, mocoso, ¿qué clase de magia es esa?'
preguntó uno de los hombres, para ser más específico, el que tenía dos dagas aún enfundadas, mientras que el tercero, quien parecía un conjurador, era el más listo de los tres, ya que quiso tomar a la señora como rehén, pero obviamente no lo permití.
*Plasma Relámpago*.
Este hechizo que diseñé para poder golpear a Virion, ya que el maldito anciano es muy veloz y a pesar de sacrificar la potencia de los rayos y de consumir mucho mana, es un hechizo perfecto para rescatar a un rehén. Después de todo, es casi imposible de esquivar y puede elegir a quién y a quién no golpear, pensé mientras los tres hombres eran levantados en el aire para comenzar a ser golpeados por los múltiples relámpagos naranjas, y después de un par de docenas, caerían contra el suelo bruscamente por un último rayo que caía de arriba.
'Son simples bandidos o alguien les ordenó hacer esto', pregunté, mientras dos caballeros de roca levantaban a la señora y la llevaban junto a su hija, mientras que mi mano izquierda era bañada en llamas del alma y mis sombras se expandían por todo el piso, amenazando con desatar la sangre de hierro.
'No me lo dirán por las buenas, eh, no importa, me lo dirán de todos modos.'
dije al ver que los hombres se mantenían callados mientras me veían; por lo que, sin perder el tiempo, una púa metálica saldría de mi sombra, la cual se estiraría hasta alcanzar al conjurador, perforándolo limpiamente.
'¡Wilson!'.
Gritaría el hombre de las dos dagas mientras me veía con odio en sus ojos.
'Maldito, te mataré.'
Gritó el de las dagas mientras se arrojaba contra mí, envuelto en un tornado de viento, pero rápidamente, mis dagas envainadas en fuego del alma atravesaron su armadura como su protección elemental, como si nada, demostrando lo poderoso de esta magia.
Pero cuando me disponía a preguntar otra vez, me percataría de que el mago ya estaba muerto.
'maldición,' murmuré, ya que no quería matarlo; quería que me dijera quién los había mandado, ya que estaban demasiado bien armados para ser meros bandidos.
'Eso solo te deja a ti.'
Dije al hombre que había golpeado a la chica, quien trataría de levantarse, pero tentáculos de oscuridad saldrían de sus sombras, restringiendo sus movimientos sin esfuerzo alguno.
'Espera, espera, por favor, no me mates, yo solo seguía órdenes', tartamudearía el hombre, pero con cada palabra que salía de su boca, las enredaderas de oscuridad se apretaban más.
las ganas de matarlo por tocarla me corcomían, pero tenía que mantenerlo vivo al menos hasta que me dijera lo que quería saber.
'Habla y tal vez te deje vivir,' dije, aunque claramente era una mentira, ya que en cuanto me dijera, lo mataría, pero ante este tipo de situaciones, cualquier palabra es un rayo de esperanza, por lo que se la creyó.
'Está bien, está bien, fuimos mandados por Sebastián, el ex-mago de la Corte Real, quien fue despedido por culpa del hijo de esa mujer', escupió el hombre mientras señalaba la oscuridad a nuestro alrededor, refiriéndose a la mamá de la chica.
'¿Dónde está él?' pregunté.
'Eh, en un pueblo cerca de aquí, al oeste de Xyrus.'
En cuanto estas palabras salieron de su boca, las enredaderas de oscuridad se clavarían en el pecho del hombre, perforándolo hasta llegar a su núcleo.
'¡Ah! AAAAHHHHHHHH.'
Un fuerte grito de dolor saldría de la boca del hombre, pero gracias a la barrera, no saldría ni un solo ruido, lo que aproveché para retorcer poco a poco el núcleo dentro del cuerpo del hombre, cuya cara se contorsionaría ante el dolor de semejante tortura, y por un momento tenía planeado aplastarlo junto a su corazón, pero me detuve, ya que por lo visto, tenía una afinidad muy alta al fuego, por lo que comenzaría a consumirlo con mi oscuridad.
'¡Papá, ya basta, tu cuerpo!'
gritaría Hades a través de mi mente, llamando mi atención, solo para percatarme de que tenía razón; mis ojos empezaron a sangrar, al igual que mi boca, mientras mi núcleo empezaba a vibrar, al mismo tiempo que los anillos comenzaban a tambalear.
'Mierda.'
Murmuré al sentir mi cuerpo llegar al límite por haber usado todas las magias viltra y mi magia al mismo tiempo, por lo que a máxima velocidad consumiría el núcleo del hombre para obtener su afinidad.
'Hades.'
Hablé mentalmente a mi hijo lobo.
'Sí, papá.'
Contestaría de inmediato con su voz cargada de preocupación por mi estado físico.
'¿Cómo está ella?' Pregunté mientras asimilaba la afinidad del fuego, lo que provocó que mis llamas naranjas se volvieran blancas, al igual que los relámpagos.
'Mama está bien, solo está algo en shock.'
Mi mente se sacudió en cuanto Hades llamó 'mamá' a la pequeña, algo que generó una sensación extraña; tenía ganas de gritarle que no la llamara 'mamá', pero en lo más profundo de mi corazón me gustó que le dijera eso.
'Ella no es tu mamá.'
Dije mientras quemaba los cuerpos con fuego del alma para no dejar evidencia, y una vez que todo estaba limpio me disponía a quitar la barrera para sellar nuevamente mi magia viltra y, una vez la barrera desapareció, ahí estaba ella.
Cabello largo castaño y ojos de un color almendrado brillante, pero lo que más me impresionaba era que era idéntica a como la recuerdo, casi como si fuera una broma cruel del destino. Pero mientras me acercaba para verificar si estaba bien, un pequeño grito de ella me sacaría de mis pensamientos.
'EHH, estás bien.'
Preguntó la chica con los ojos en pánico por alguna razón.
'Papá está sangrando por la nariz, boca y ojos; además parece que te vas a desmayar en cualquier momento.'
Hades diría mentalmente recordándome que mi cuerpo estaba hecho puré por haber usado la sangre viltra de manera tan irresponsable.
'Oh, no te preocupes, estoy bien, pero más importante, déjame ayudarte.'
Dije mientras sonreía por la felicidad que sentía al verla.
PUNTO DE VISTA DE ELEANOR LEYWIN
No sabía que estaba pasando. De repente, el chico había creado una cúpula de una sustancia oscura que cubrió parte del callejón. Pero lo más sorprendente es que no desprendía ninguna firma de maná; el control en eso era tan perfecto que era casi imperceptible.
Pero después de lo que parecieron horas, el chico saldría de la oscuridad solo, sin rastros de los hombres. Pero antes de que pudiera agradecerle al chico, mis ojos se abrirían con sorpresa al ver sus ojos que ahora eran verdes, bañados en sangre, mientras que el mismo líquido salía de su boca y nariz.
'EHH, estás bien', pregunté preocupada, ya que parecía que le había pasado una carreta por encima. Pero cuando estaba por levantarme para revisar sus heridas, él hablaría.
'Oh, no te preocupes, estoy bien, pero más importante, déjame ayudarte.'
Diría él con una sonrisa que irradiaba una felicidad indescriptible, mientras nuestros ojos se entrelazaban por primera vez y algo en lo más profundo de mi alma hizo clic.
'Gracias.'
Fue lo único que pude decir ante este abrumador sentimiento, mientras él parecía estar en el mismo estado, pero logrando concentrarse para poder cargar a mi madre, que se encontraba inconsciente.
'Mucho gusto, me llamo Aleph Vereoti. ¿Y tú?'.
Preguntaría después de presentarse, pero lo más sorprendente era su nombre; por algunas razones, el nombre me resultaba muy familiar, casi como si lo conociera de toda mi vida, aunque no sabía por qué.
'Eleanor Leywin.'
Dije con un tono de voz demasiado alegre, como si el hecho de que intercambiáramos nuestros nombres me llenara de felicidad, lo que provocó un leve sonrojo de vergüenza. Pero esta vergüenza desapareció cuando me percaté de la expresión de Aleph; parecía estupefacto por alguna razón.
'¿Estás bien?'
Volví a preguntar debido a la expresión de su rostro.
'Oh, sí, estoy bien es solo me parece un nombre hermoso.'
Mis mejillas se sonrojarían ante las palabras del chico. No entendía por qué, pero un pequeño halago fue suficiente para ponerme nerviosa. Pero antes de que pudiéramos alargar la conversación, él se levantaría de golpe con mi madre entre sus brazos, mientras me decía:
'Necesitaré que me guíes.'
Diría mientras me abría camino hacia la calle, lo que rápidamente tendría a qué se refería, por lo que, sin dudarlo, comenzaría a caminar con dirección a la mansión de Vincent. Y mientras caminábamos, mis ojos se desviaban de vez en cuando hacia Aleph, quien hace un momento había mostrado una aura oscura y tenebrosa; ahora mostraba una serena de alivio. Pero lo que más me sorprendía era que el pequeño lobo que me había salvado me veía con ojos inteligentes, mientras su cola se movía de un lado a otro, mostrando lo alegre que estaba.
'Hola, pequeño.'
Dije, y casi de inmediato, el lobo saltó a mis brazos, acurrucándose entre ellos. '
'Su nombre es Hades.'
Diría el chico mientras me veía por el rabillo del ojo; con una sonrisa que adornaba su rostro.
'Hades, qué nombre más adecuado para un pequeño de color negro.'
Dije mientras acariciaba a Hades, quien simplemente se acomodaría para dormirse casi de inmediato.
'Oye, no molestes a Eleanor.'
Gruñó Aleph hacia Hades, quien podría jurar que se acurrucó más entre mis brazos en forma de burla a las palabras de su dueño.
'Jejeje, qué lindo.'
dije mientras continuábamos caminando.
. . .
Después de unos 20 minutos, por fin llegaríamos a la mansión, tiempo en el cual mi madre se mantuvo inconsciente, lo que me preocupó un poco, pero según palabras de Aleph, solo estaba dormida y que muy probablemente se despertaría hasta mañana.
'Entonces me retiro.'
Diría Aleph de repente con la intención de irse, lo que provocó un pequeño ataque de pánico; ya que algo me decía que si se iba así, ya no lo volvería a ver.
'Espera.'
Dije, ganándome su atención.
'Sí.'
Respondería mientras me sonreía, pero podía ver una mezcla de emociones indescifrables en su rostro, al menos para mí.
'Bueno, quería saber si podemos ser amigos.'
Murmuré mientras sentía que mi cara comenzaba a arder, ya que fue lo mejor que se me ocurrió decir; después de todo, no sabía cómo hablar con los chicos, pero al decir esto, noté que la expresión de Aleph se contorsionó, pero no por disgusto, sino más bien por un choque entre sus propias emociones.
'Claro, me encantaría.'
diría Aleph, soltando un suspiro mientras una sonrisa adornaba su rostro.
'¡En serio!.'
dije sin poder ocultar mi emoción; después de todo, en lo más profundo de mi ser, moría por conocer a este chico. La razón no la sabía; la gratitud por haber salvado a mi madre o otra cosa. Pero lo único que era seguro es que este chico sería alguien importante para mí en el futuro.