—Oh, no es gran cosa. ¡Solo estoy embarazada! —exclamó Rachel.
—¡Embarazada! ¡Diosa Bendita! ¿Es de Tyler? Claro, es de Tyler. ¿De quién más podría ser? ¿Qué vas a hacer? —Bella reflejó cada emoción que yo misma había sentido en segundos. No pude evitar reírme. Me maravillé de nuevo de lo afortunada que era de tenerla en mi vida.
Era la mejor amiga que alguien podría pedir y sentía que podía resolver todo esto con ella a mi lado.
—No tengo ni idea. Hoy tengo que ver a un doctor de alto riesgo —doctor de bebés—. ¿Vendrás conmigo? —pregunté.
—¡Ni los licántropos desbocados podrían detenerme! ¿Por qué tienes que ver a un especialista? —inquirió Bella.
—Me dijeron que era debido a haber perdido el conocimiento. Algo sobre mi sangre. Estoy segura de que si Tyler se enterara, culparía a mi linaje de omega —no pude evitar la amargura en mi tono.
Tyler había dicho que no quería hijos, pero una pequeña parte de mí se preguntaba si no era más que no había querido hijos conmigo.