—Una cabina en la parte de atrás. La privacidad es importante —Tyler ofreció un billete doblado a la anfitriona cuya sonrisa se ensanchó incluso mientras sus ojos iban y venían hacia mí como si no quisiera atraer mi atención.
Me negué a pensar en qué tipo de mujer podría pensar que soy si mi cita para cenar quería privacidad conmigo incluso en el restaurante. No tenía sentido alterarse por lo que Tyler no habría considerado antes de hacer la solicitud. Sabía que vivía en un mundo donde se esperaba que sus expectativas se cumplieran sin cuestionamientos.
No pretendió hacerme sonar como una acompañante, pero iba a burlarme de ello en cuanto estuviéramos solos.
—Agua con gas para ambos. Gracias —la anfitriona asintió brevemente, sorpresa evidente en su rostro cuando nos dejó en la mesa.