—¿Dónde está mi mamá? —preguntó Barton mientras lo arrastraban a través de los azulejos de la cocina, sus pies raspando contra ellos.
—Ella está en el lugar con los demás. ¿Q...Qué le pasó?
—Explicaré después. Llevémoslo a su habitación.
Después de un tiempo excruciantemente largo cargándolo escaleras arriba, asegurándose de que nadie en el piso de invitados los notara, finalmente lo llevaron a la habitación de Naomi y lo dejaron caer en la cama.
Naomi se giró para cerrar la puerta con llave y al regresar a su cama, casi se cae hacia atrás.
Barton había levantado la camisa de Daniel y se la había sacado por la cabeza.
Allí en su estómago había una gran carne chisporroteante que se tornaba negra. Podía ver sus venas y arterias lentamente expuestas mientras su carne chisporroteaba por lo que sea que lo hubiera golpeado.
Ella subconscientemente se agarró el estómago y retrocedió tambaleándose.
—¿Tú… lo sentiste también? —preguntó él, desconcertado.