—Está bien, mi hermana mayor y yo definitivamente estaremos allí mañana —prometió Wang Ye.
—Entonces agradecemos los esfuerzos del Maestro Wang.
Ahora que el malentendido había sido resuelto, era necesario mantener modales corteses. El líder del equipo oficial de seguridad parecía pensar en algo y sacó quinientos yuan de su cartera, con la intención de dárselos a Wang Ye.
Sin embargo, considerando el valor de los regalos que otros presentes habían traído, el líder del equipo oficial de seguridad apretó los dientes y metió todo el dinero de su cartera en las manos de Wang Ye, dándole una sonrisa forzada —Esto es una pequeña muestra de nuestro agradecimiento. Esperamos que el Maestro Wang tenga un matrimonio armonioso y que tengan hijos pronto.
—Definitivamente, definitivamente —respondieron.
Wang Ye no rechazó el dinero, sino que lo aceptó.
Tras una última mirada reticente al dinero en las manos de Wang Ye, el líder del equipo oficial de seguridad se marchó con Zhou Tianhao.
