Kaye:
—Sabía que tenía que repetirme, esta vez aún más fuerte, y explicarle a mi hermano el plan que había estado maquinando en mi mente todo el tiempo.
—Voy a entrar en la Prisión de Sueños —repetí, notando lo confundido que parecía mi hermano.
—¿Eh? —Inclinó la cabeza, levantándose lentamente y dejando de lado la botella y los vasos mientras se acercaba a mí de nuevo—. Sabía que intentaría detenerme, pero estaba decidida a llevarlo a cabo.
Era mi responsabilidad mantener esas rosas malditas lejos de mi gente, y en vez de eso, había fracasado miserablemente.
—Lo voy a hacer —dije con más firmeza esta vez—. Él negó con la cabeza en respuesta, su expresión endureciéndose.