La luz roja me envolvía, y todo lo que podía sentir era una extraña mezcla de confusión y dolor. De repente, algo me golpeó en el trasero, y no pude evitar llorar. Era un llanto agudo e involuntario, como el de un bebé que acaba de llegar a este mundo. A mi alrededor, solo veía manchas borrosas y escuchaba voces distantes que se entrelazaban en un murmullo.
"¿Qué está pasando?" pensé mientras intentaba concentrarme. Las voces eran familiares y agradables, pero también había una que resonaba con una dulzura maternal. En medio de la confusión, noté algo más: una presencia cálida a mi lado… ¿un bebé?
Fue en ese momento que comprendí la verdad: había reencarnado. Pero no sabía en qué cuerpo ni en qué mundo me encontraba. La incertidumbre me invadió hasta que, aproximadamente una hora después, sentí cómo me levantaban suavemente y me entregaban a alguien.
Cuando finalmente abrí los ojos por completo, vi el rostro de una mujer con cabello rosa y ojos verdes mirándome con asombro. "Es una niña hermosa," dijo ella con voz temblorosa antes de darme un nombre. En ese instante supe que era Makoto Haruno, hija de la representante civil Haruno Mebuki y hermana mayo por 5 minutos de Sakura Haruno.
El shock me inundó mientras procesaba la información. "No puede ser…" murmuré mentalmente. "¿Estoy en el mundo de Naruto?"
Mis pensamientos se agolpaban mientras intentaba analizar la situación firmemente. "Tal vez sea otro mundo… No, si escuché bien lo que dijeron… 'medinin'." La realidad se asentó sobre mí como un peso abrumador. Me maldije a mí misma al darme cuenta de que sí, estaba en el mundo de Naruto y ahora era una bebé.
"¡Genial! Justo lo que necesitaba," pensé sarcásticamente mientras luchaba por aceptar mi nueva realidad. Ser una niña en un mundo lleno de ninjas y peligros no era exactamente lo que había imaginado para mi nueva vida.
Mientras Mebuki me sostenía con ternura, sentí una mezcla de miedo y emoción burbujear dentro de mí. Tenía la oportunidad de vivir nuevamente, pero esta vez como parte del universo ninja. Sin embargo, ser un bebé significaba que tendría que depender completamente de los demás durante un tiempo.
"Si voy a hacer esto," decidí para mí misma mientras cerraba los ojos nuevamente, "tendré que aprender todo lo posible sobre este mundo y adaptarme sin confiar ciegamente en el canon."
Los días pasaron, y aunque me sentía un poco avergonzada por la situación, no podía evitar que estos fueran los primeros pechos que tocaba al amamantarme. En mi vida pasada, había sido un huérfano, y ahora… bueno, no era completamente huérfana. Sin embargo, el hecho de que mi padre en este mundo hubiera muerto seis meses despues de mi nacimiento, durante el ataque del Kyuubi creó un efecto dominó en mi nueva vida. Pero, sinceramente, no era algo que me importara demasiado.
Las semanas se convirtieron en meses, y pronto cumplí un año. A pesar de lo que podría parecer una etapa normal para cualquier bebé, había algo que preocupaba a mi madre. Según los médicos, tenía ambos pares de genitales; o más bien, un pene y una cavidad vaginal funcional sin útero. Aun así, continuaron tratándome como a una niña.
Un día, cuando mamá nos dejó en la guardería, conocí a Ino Yamanaka. La niña era encantadora y rápidamente se convirtió en mi amiga. Desde ese momento, surgió un plan en mi mente. En el futuro, tendría un pene funcional y usaría esa ventaja para crear un gran harem y establecer los cimientos del gran clan Haruno.
Primero debía enamorar a Ino y a cualquier otra niña que pudiera interesarme. En cuanto a su hermana Sakura… bueno, ella sería mía también. No importaba lo que pensara; ya no era un hombre en esta vida; ahora era una mujer futanari.
Con cada día que pasaba en la guardería, mis planes se volvían más claros. Observaba cómo interactuaban los niños entre sí y cómo formaban amistades. Sabía que tenía tiempo para desarrollar mis habilidades sociales antes de entrar al mundo ninja.
Ino era dulce y divertida; su risa iluminaba la habitación. Me gustaba pasar tiempo con ella mientras jugábamos juntas. Aunque éramos solo unas niñas pequeñas, podía sentir que había una conexión especial entre nosotras.
Mientras tanto, también observaba a Sakura desde la distancia. Era fuerte e independiente incluso a tan corta edad; sabía que sería una kunoichi formidable en el futuro. Y aunque mis sentimientos hacia ella eran complicados debido a nuestra relación familiar, estaba decidida a mantenerla cerca.
"Primero debo ganarme su confianza," pensé mientras sonreía al recordar las travesuras que planeaba hacer con Ino y Sakura en el futuro.
Pasaron dos años más, y ahora tenía tres años. A diferencia de Sakura, que siempre vestía con ropa femenina, yo optaba por un estilo más masculino. A pesar de los intentos de mi madre por hacerme usar vestidos como mi hermana, en días normales prefería la comodidad de la ropa de chico. En eventos familiares o celebraciones, me ponía algo más formal y femenino, pero en mi día a día, era libre de ser quien realmente quería ser.
Ino y Sakura me seguían como si fuera su gran oneesan. Aprovechaba esta dinámica para hacerles prometer que serían mis esposas cuando crecieran. Era un juego inocente entre nosotras, pero también una forma de cimentar nuestras amistades desde temprana edad y plantaba una semilla de amor hacia mi. Mi vida había sido fácil hasta ese momento; disfrutaba de la compañía de mis amigas y exploraba el mundo a mi alrededor sin preocupaciones.
Sin embargo, todo cambió cuando cumplí cuatro años. Una noche, mientras me preparaba para dormir, un mensaje inesperado apareció ante mí. Era un holograma que se proyectó en el aire, acompañado por una nota de disculpa del mismísimo Kamion-sama.
"Lo siento por lo que sucedió," decía la nota. "Espero que encuentres este sistema útil."
La pantalla holográfica brilló ante mis ojos y una voz sensual resonó en el aire. "Hola, Makoto," dijo la mujer con un tono suave y melodioso y..¿altanero?. "Soy Aqua, y gracias a ti, el Dios del Vacío me ha sacado del limbo y me ha puesto como administradora del sistema."
Mis ojos se abrieron con asombro mientras escuchaba sus palabras. Aqua continuó explicando cómo funcionaba el sistema llamado "Sistema Chatara". Me habló sobre el sorteo semanal donde podría obtener objetos desechados por los dioses en el vacío; estos pertenecían a diferentes mundos y podrían ser muy útiles.
"También tendrás acceso a gachas," añadió con entusiasmo. "Y podrás disfrutar de ventajas como las habilidades físicas y mentales de un jugador. Además, tendrás un inventario para almacenar tus objetos y estadísticas que te ayudarán a medir tu progreso."
Mientras hablaba, una interfaz apareció frente a mí:
Usuario: Makoto Haruno
Edad: 4
Vitalidad: 900/900
Línea de Sangre: Senju diluido
Chakra: 200/200
Fuerza: 32
Velocidad: 20
Agilidad: 30
Resistencia: 40
Inteligencia: 199
Sabiduría: 188
XP: 0000/2990
Lv: 4
Lv Mundial: Civil
"¡Esto es increíble!" pensé mientras examinaba mis estadísticas. Tenía una vitalidad impresionante para mi edad y unas estadísticas que superaban las expectativas para una niña pequeña..aunque creonque es por que conservó mi experiencia y conciencia.
Aqua continuó explicando cómo podía mejorar mis habilidades al ganar experiencia (XP) al completar tareas o desafíos dentro del sistema. "Recuerda," dijo ella con una sonrisa en su voz, "este es solo el comienzo de tu viaje."
Con cada palabra que escuchaba, sentía cómo crecía mi emoción y determinación. Ahora tenía una herramienta poderosa a mi disposición que podría cambiar no solo mi vida sino también el destino del clan Haruno.
Mientras Aqua continuaba explicando las funciones del Sistema Chatara, un pequeño "tik" resonó en mi mente al analisar el nombre y la voz de la chica. Sin pensarlo dos veces, le pregunté: "¿Eres la diosa que no usa bragas?"
Hubo un breve silencio antes de que Aquia respondiera, su voz ahora teñida de una mezcla de sorpresa y ira mientras un cuadro d video apareia dejando ver su rostro. "Sí, bueno… las hago invisibles para que nadie las vea," admitió con un tono algo avergonzado.
No pude evitar reírme ante la idea. La imagen de una diosa que hacía invisibles sus bragas era tan absurda como divertida. Pero mi curiosidad no se detuvo ahí. Después de un momento de reflexión, decidí preguntar lo que realmente me intrigaba: "¿Cómo es que la diosa del culto de Axis y protagonista de Konosuba terminó en el limbo?"
La reacción de Aqua fue instantánea; su voz se elevó en un grito casi desesperado. "¡Todo fue culpa de Kazuma!" exclamó. "Intentó darle mi alcohol a ese dios lovecraftiano, y yo me negué a aceptarlo. Y bueno… ese mundo fue destruido."
La revelación me dejó atónita. No solo estaba hablando con una diosa que había tenido una conexión directa con el mundo de Konosuba, sino que también era parte de una historia trágica y cómica a la vez. Aqua continuó hablando, pero podía sentir cómo su tono se tornaba más sombrío.
"Me siento tan avergonzada," dijo finalmente, su voz llena de pesar. "Nunca pensé que mis decisiones llevarían a la destrucción de un mundo entero."
La situación era surrealista; aquí estaba yo, una niña pequeña con polla en un nuevo mundo, conversando con una diosa sobre los errores del pasado y las consecuencias cómicas y trágicas que habían surgido por ellos. A pesar del peso del tema, no pude evitar sonreír ante la ironía.
"Así que tú eres responsable del caos en ese mundo," dije con un tono juguetón. "Eso es bastante impresionante."
Aquia soltó un suspiro entre risas nerviosas. "No es algo de lo que esté orgullosa," admitió. "Pero ahora estoy aquí para ayudarte a ti, así que espero poder redimirme al menos un poco."
"Bueno," respondí con determinación, "si eso significa ayudarme a convertirme en la mejor ninja posible y construir el gran clan Haruno, entonces estoy lista para trabajar contigo."
La conversación con Aquia había sido reveladora y divertida, pero no podía dejar pasar la oportunidad de hacer un trato que beneficiara a ambas. Con una sonrisa traviesa, decidí plantearle una propuesta.
"Aqua," comencé, "¿qué te parecería salir de hay y venir conmigo? promete que serás mi mujer y que me ayudarás a volverme op y te daré lo que quieras."
La diosa pareció sorprendida por mi audaz oferta. "Oh, no sé si eso es una buena idea," respondió rápidamente. "Tengo responsabilidades aquí en el limbo y… bueno, no estoy segura de que sea lo correcto."
"Vamos," insistí, tratando de convencerla. "Tú eres una diosa. ¿No quieres experimentar la vida fuera de ese lugar? Además, puedo ofrecerte todo el alcohol y lujos que desees."
A medida que mis palabras resonaban en su mente, vi cómo su expresión cambiaba. Aquia comenzó a dudar, buscando excusas para rechazar mi oferta. "Pero… hay muchas cosas que debo considerar. No puedo simplemente dejar todo atrás…"
Sin embargo, al mencionar los lujos y el alcohol, sus ojos brillaron con interés. "¿Dijiste alcohol?" preguntó con un tono más animado siedo que ella no podia invocar alcol.
"Sí," respondí con una sonrisa astuta. "Todo el alcohol que quieras. Y también podrías disfrutar de una vida llena de lujos y diversión."
Fue entonces cuando vi cómo su resistencia se desmoronaba ante la tentadora perspectiva de vivir en un mundo lleno de emociones y placeres. Después de unos momentos de reflexión, Aquia finalmente cedió.
"Está bien," dijo sin pensarlo demasiado. "Acepto tu trato. Saldré contigo y te ayudaré a volverte op."
Una risa triunfante escapó de mis labios mientras celebraba mi victoria interna. Había logrado convencer a una diosa para que se uniera a mí en esta nueva vida.
"¡Perfecto!" exclamé emocionada. "Juntas seremos imparables bebe."
Aquia sonrió, aunque aún había un atisbo de vergüenza en su rostro por haber aceptado tan fácilmente. Pero sabía que esto era mejor a estar en el vacío.
Con un nuevo aliado a mi lado y la promesa de un futuro brillante por delante, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara en nuestro camino. ¡El mundo no sabía lo que le esperaba!