La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente mi habitación. Abrí los ojos y me estiré, sintiendo la energía vibrante que me rodeaba. Era un nuevo día en Konoha, y con él venía una nueva oportunidad para avanzar en mis planes. Después de todo, tenía un sistema que administrar y un futuro brillante por delante.
Me levanté de la cama y me vestí rápidamente con mi ropa habitual: una camiseta cómoda y unos pantalones cortos que me permitían moverme con facilidad. Miré mi reflejo en el espejo; aunque era solo una niña de cuatro años, la maduración mental acelerada de este mundo me hacía ver como si tuviera diez. Con una sonrisa decidida, salí de mi habitación tras pedirle permiso a mamá.
El aire fresco de la mañana me recibió al salir a las calles de Konoha. Saludé a los mercaderes que conocía, disfrutando del ambiente animado del mercado. "¡Buenos días, Makoto chan!" exclamó uno de ellos mientras organizaba su puesto de frutas.
"¡Buenos dias señor jin!", respondí con entusiasmo. Pero no solo estaba allí para ayudar; cada acto bondadoso era una oportunidad para ganar puntos del sistema, XP y Ryō gracias a Aqua. Ella había sido clara con la trama legal: cada pequeña misión contaba.
A medida que trotaba por el centro del pueblo, observé a un anciano luchando por cargar unas cajas pesadas. Sin dudarlo, corrí hacia él. "¡Déjame ayudarte!" ofrecí, levantando una caja con facilidad ante mi fuerza absurda. Mientras lo hacía, sentí cómo Aqua generaba automáticamente la misión en mi mente: "Ayuda al anciano". Un pequeño zumbido en mi cabeza me indicó que había ganado algunos puntos y unos pocos ryō.
Después de ayudar a varios vecinos durante la mañana, decidí que era hora de entrenarme un poco. Me dirigí al parque cercano, donde los juegos eran como una pista de obstáculos disfrazada de juegos infantiles. Salté y escalé con agilidad, entrenando mis habilidades físicas mientras jugaba como cualquier otro niño. Cada movimiento era parte de mi entrenamiento encubierto; cada salto y carrera contribuía a fortalecer mi cuerpo y mis habilidades gracias al sistema.
La tarde llegó rápidamente y encontré a Sakura e Ino esperándome en nuestro lugar habitual. Nos reímos y jugamos juntas, disfrutando del tiempo que pasábamos como amigas. A veces me preguntaba si ellas sospechaban algo sobre mis verdaderas intenciones con ellas o sobre el poder que estaba cultivando en secreto.
Al caer la noche, regresé a casa con Sakura y nos sentamos junto a mamá para cenar. La calidez familiar siempre me llenaba el corazón; era un recordatorio constante de por qué estaba aquí y que esta era mi vida hao.
Después de la cena, sakura y yo dedicamos tiempo al estudio. Aunque podía ser agotador, sabía que cada libro leído era un paso más hacia mis objetivos futuros. Finalmente, cuando todo estaba dicho y hecho, entraba a mi abitación y me metí en la cama sintiéndome satisfecha con el día que había tenido.
Así pasaban mis días: ayudando a otros para ganar puntos del sistema, entrenando en secreto mientras jugaba y disfrutaba del tiempo con mis seres queridos. Era una rutina simple pero efectiva; cada día me acercaba más a mis metas y al harem legendario que soñaba construir algún día.
Y los meses habían pasado volando, y con el invierno acercándose, Konoha se transformaba en un paisaje cubierto de nieve. La brisa fría me hizo abrigarme más, envolviéndome en mi ropa cálida. Hoy había decidido usar un gorrito con orejas de gato que me hacía sentir un poco más alegre, a pesar del frío. Caminaba por el parque, disfrutando de la tranquilidad del lugar mientras charlaba con Aqua.
"¡Vamos, Makoto! ¡Solo una copa más! No puedo dejar que esa caja de sake se desperdicie", decía Aqua entre risas, su voz un poco más animada de lo habitual. La diosa parecía estar disfrutando demasiado de su bebida, pero yo no podía evitar sonreír ante su entusiasmo etílico.
De repente, mi atención fue capturada por una escena familiar que se desarrollaba frente a mí. Tres mocosos estaban acosando a una pequeña niña, burlándose de sus ojos. Mi corazón se aceleró al ver la situación y no ver al protagonista del mundo; no podía quedarme de brazos cruzados. Sabía que tenía que intervenir.
Con mi voz firme y andrógina, llamé la atención de los tres idiotas. "¿Qué creen que están haciendo? ¿Es divertido molestar a alguien más débil?" Mis palabras resonaron en el aire helado y los niños se giraron hacia mí, sorprendidos por mi presencia.
"¿Y tú quién te crees?", uno de ellos respondió despectivamente.
Sin perder tiempo, avancé hacia ellos con una sonrisa malvada. "Soy alguien que no tolera el acoso imbéciles." Con movimientos rápidos y precisos, les di una paliza rápida pero controlada; no quería hacerles daño permanente, solo asustarlos un poco para que aprendieran la lección.
Cuando los chicos huyeron despavoridos, me volví hacia la niña que había estado sufriendo su acoso. Ella era Hinata Hyuga, y aunque estaba temblando un poco por el miedo, sus ojos brillaban con gratitud.
"Gracias… gracias por ayudarme", murmuró ella tímidamente.
"De nada chica", respondí con una sonrisa cálida. "Pero deberías regresar a casa antes de que oscurezca y el clima empeore. No es seguro estar aquí sola."
Hinata asintió lentamente y miró hacia abajo, como si estuviera pensando en algo importante. "Eres muy fuerte… ¿Eres un ninja?"
"Algo así", dije mientras me agachaba para estar a su altura a pesar de tener la misma edad era mas alta. "Recuerda siempre defenderte y nunca dejar que nadie te haga sentir menos."
Mientras hablábamos, sentí algo extraño en mi pecho; era como si mi corazón latiera más rápido al mirar sus ojos claros y sinceros con esa carita tierna. Era una sensación nueva para mí; nunca había experimentado algo así antes. Pero sabía que era solo una niña… o eso pensaba en ese momento.
"Te veo luego, chica", le dije mientras le ponía suavemente el gorro de gato sobre su cabeza. "Cuídate."
Ella sonrió tímidamente y comenzó a alejarse hacia su casa. Mientras la observaba marchar, no pude evitar sentirme atraída por ella; era adorable e inocente cualidades que me gustaban. Sin embargo, también sabía que había algo más profundo en mis sentimientos: era una conexión inexplicable que iba a lo físico...¿tal vez mi fisonomia futa?.
Aqua interrumpió mis pensamientos con una risa borracha: "¡Parece que tienes tu primer enamoramiento bebe! ¡Qué lindo!"
Rodé los ojos ante su comentario mientras comenzaba a caminar nuevamente hacia casa. El invierno traía consigo nuevos desafíos y oportunidades; estaba lista para enfrentarlos todos… incluso si eso significaba lidiar con mis propios sentimientos confusos hacia una niña como Hinata Hyuga.
Al llegar a casa, me despojé de mis abrigos y me dirigí a mi habitación. La calidez del lugar me envolvió mientra me recostaba en mi cama, y al cerrar los ojos, dejé que mi mente se sumergiera en el mundo interior que había creado junto a Aqua. Era un espacio en blanco, etéreo y sin límites, donde podía interactuar con el sistema y reflexionar sobre mis pensamientos más profundos.
Al abrir los ojos en este lugar, vi a Aqua sentada en un sofá, su rostro iluminado por una sonrisa tonta y sus mejillas sonrojadas por el sake que había estado bebiendo. "¡Makoto, bebe! ¡Bienvenida! ¡Estaba esperando que vinieras!" exclamó con entusiasmo, levantando una botella de sake como si estuviera brindando.
Suspiré al ver su estado. "Aqua, ¿no deberías moderarte un poco? No quiero que te emborraches cada vez que entro aquí"
"¿Y perderme la diversión? ¡Nunca!" respondió ella con una risa contagiosa. Luego se inclinó hacia mí dejando ver esos pechos copa c y me abrazó con fuerza entre ellos. "Pero cuéntame bebe, ¿qué fue eso con la pequeña Hinata? ¡Parece que tienes un enamoramiento!"
Mis mejillas se sonrojaron mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. "No es… no es eso", balbuceé, aunque sabía que era inútil negar lo evidente. "Es solo que… ella es diferente si."
Aqua soltó una risa burlona. "¡Oh, vamos! No puedes engañarme. Sé que en tu vida anterior tenías como una de tus waifus ficticias. ¿O acaso olvidaste cómo te derretías por esa chica?"
No pude evitar sonreír ante la mención de mi antigua vida. "Sí, Hinata era especial para mí… pero ahora soy diferente. Estoy aquí para construir algo nuevo... a quen engaño soy una mujeriega."
Aqua se recostó en el sofá, mirando hacia el techo mientras reflexionaba sobre mis palabras. "Tienes razón; eres diferente ahora. Pero no puedo evitar pensar que sería increíble tener a Hinata como parte de tu harem."
Con un gesto de su mano, Aqua creó una imagen holográfica de Hinata adulta: hermosa y voluptuosa, con su cabello largo y brillante cayendo sobre sus hombros. La visión era cautivadora; incluso yo tenía que admitirlo.
"Vaya", murmuré mientras observaba la imagen de la mujer que podría convertirse en parte de mi vida futura. "Ella realmente se vería impresionante así."
"Y lo mejor es que sabes cómo es Makoto...aunque yo tambien estoy disgustada por lo que le hiceron en esa continuación de boruto", dijo Aqua con picardía en su voz al inicio para finalizar con un tono de decepción. "Hinata definitivamente sería parte de tu harem junto a mí. No hay forma de que la dejes escapar esta vez, despues de todo ya le robaste el encuentro canon a naruto."
Me quedé pensando en sus palabras mientras miraba la imagen de Hinata. La idea de construir un harem era emocionante y estaba en mis metas y me aseguraría de que fueran felices.
"Lo sé", respondí finalmente, sintiendo una mezcla de determinación y nerviosismo. "Haré lo posible para acercarme a ella y hacerla parte de mi vida."
Aqua sonrió ampliamente, satisfecha con mi respuesta. "Eso es lo que quiero escuchar, bebe. Ahora veamos cómo podemos hacer esto realidad."
Mientras Aqua seguía en su estado etílico, su creatividad parecía no tener límites. Con un movimiento de sus manos, comenzó a crear imágenes holográficas de todas las waifus del mundo de Naruto, pero en versiones adultas. Me quedé boquiabierta al verlas aparecer una tras otra: mi hermana Sakura, Ino, Tenten, Samui, Temari, Hanabi, Karin… cada una con su propia belleza y encanto.
"¡Mira esto, Makoto!" exclamó Aqua con entusiasmo mientras señalaba las imágenes. "¡Son todas tan increíbles! Y no solo eso…"
Con un gesto dramático, hizo que aparecieran más mujeres maduras: Anko, Kurenai, Yugito, Mikoto, Tsume, ayame, mabui, Shizune y Tsunade. Cada una de ellas tenía un aura poderosa y seductora de milf que me dejaba sin palabras. "¿Ves lo que estoy haciendo aquí? ¡Es un verdadero festín visual!"
"Esto es… impresionante", murmuré mientras observaba a cada una de las mujeres que había mirado en mi vida anterior meiante la serie. La idea de tenerlas a todas como parte de mi vida era abrumadora y emocionante al mismo tiempo.
Aqua sonrió con picardía. "Y ahora viene la mejor parte." Con un movimiento final de su mano, creó un subsistema que brillaba con un humo rosa. "He creado un subsistema otome para ti. Este sistema te ayudará a conquistar a todas estas maravillosas mujeres."
Mis ojos se abrieron como platos ante la revelación. "¿Un subsistema otome? ¿Cómo funcionará?"
"Es simple", explicó Aqua mientras se acomodaba en el sofá. "Te proporcionará misiones específicas relacionadas con cada chica. A medida que completes estas misiones y ganes puntos de afinidad con ellas, podrás acercarte más y más a sus corazones."
"Eso suena increíble", dije emocionada. "Pero… ¿y si no puedo cumplir con las expectativas? ¿Y si no les gusto?"
Aqua se rió suavemente y me miró con ternura. "Bebe, tienes mucho más potencial del que crees. Además, este sistema está diseñado para ayudarte a enamorar a cualquer hembra , se trata solo de conquistar y aserlas tus waifus."
Asentí lentamente mientras procesaba sus palabras. La idea de tener un camino claro hacia el corazón de esas mujeres me llenaba de emoción.
"Entonces… ¿qué debo hacer primero?" pregunté.
Aqua levantó una ceja traviesa. "Primero debes elegir a quién quieres abordar primero. Una vez que lo hagas, el subsistema te dará la misión correspondiente para comenzar tu aventura romántica, un evento que aumente su amor hacia tio dejarlas en deuda ante ti."
Miré las imágenes flotantes de las chicas alrededor mío; cada una representaba una oportunidad única para conectar y formar algo. Mi mente zumbaba con posibilidades infinitas.
"Creo que empezaré por sakura", decidí finalmente, sindo que podia expiremtar con ella sin levantar sospechas.
"¡Buena elección!" Aqua celebró mientras el subsistema comenzaba a activarse a mi alrededor. "Prepárate para la aventura de tu vida, bebe."
Con esa declaración resonando en mi mente y el subsistema tomando forma a mi alrededor, sentí una oleada de emoción recorrerme. Estaba lista para atraparlos.... digo enamorarlas a todas.