Kyl extendió un cráneo que rebusco en entre un montón de lo que parecía ser una amplia colección de reliquias.
Era el cráneo de un orco, pero no de uno igual al resto, tenía cuernos.
-perteneció a un poderoso brujo- le contó Kyl;- te dije que sería un orco, pero no uno normal, tu cuerpo se deformara, más de lo que puedes llegar a pensar, pero es lo que necesitaras para equilibrar la balanza entre tú y Gar'Dal-.
-pagaré el costo- le respondió Red, determinado a hacer crecer su poder sin importar el costo, ya tenía la aprobación de Zeraki, ¿qué tan deforme podía llegar a ser?
Kyl extendió finalmente la calavera al asesino humano, este la levanto y miro a donde alguna vez estuvieron los ojos del brujo, entonces sintió como si una marea de pensamientos y recuerdos lo invadieran.
Aquel que fue alguna vez aquel orco ostentó poderes que escapaban a su época, podía hacer crecer montañas, destruir ciudades, hacer llover fuego del cielo, era, realmente impresionante.
Entonces, como si hubiera sido elegido, el cráneo se deshizo en sus manos, y una potente energía se metió por sus ojos, en una dolorosa experiencia, un dolor físico como nunca había sentido, pero sintió el poder, un poder inmenso.
-está hecho- le dijo Kyl;-cuando lo necesites podrás convocar el poder de Dar'Kul, y será definitivo, serás algo más demonio que mortal, ahora, si, podrás entrenar conmigo, será un placer, torturar un Dark Dreams-.
***
-Kyl me dijo que te enseñara a usar un arma- le dijo Zeraki moviendo de mano a mano su Aulladora, como si de un juguete se tratase.
-yo peleo con mis manos, son mis mejores armas- respondió Red un tanto indignado, la orca ya sabía bien que al humano no le gustaba usar algo más que su propio cuerpo para luchar.
-Hay armas fuera de lo corriente, armas que pueden desequilibrar un combate, combinadas con tu fuerza, serás imparable, Redhand-.
Redhand se llevó las manos a la cabeza y como se hacía recurrente sacudió su pelo, primero renunciar a su humanidad por poder demoniaco, ahora rebajarse a usar un arma, cuando siempre había luchado y vencido con sus propias manos, Taladro y Fantasia se valían de tan solo sus mortales manos, pero, contra Nugg fueron insuficientes, y él solo era un peón del Culto, qué tan dura sería la piel de Gar'Dal y ese Zul'Nefar.
Red terminó por asentir con la cabeza.
-enséñame Zeraki-.
-tienes suerte de tenerme como maestra- le dijo Zera con una sonrisa en su rostro, mostrando sus colmillos como si rugiera;- estoy pensando en forjar un arma para mí, así que Aulladora será tuya, tómalo como un regalo de cumpleaños-.
Redhand se rio sabiendo que su cumpleaños había sido hace meses, le agrado la idea de tener el arma de Zeraki, pero, normalmente las armas se rompían cuando las agitaba con mucha fuerza.
***
Red agitó la Aulladora de Zeraki con tanta velocidad y fuerza que las vigas de acero parecieron ser tan frágiles como cartón.
Estaba listo.
Al igual que el resto de sus compañeros.
Subieron uno detrás del otro al Nimbus, arriba Zapper y Brannigan los esperaban, ninguno entrenó con el resto, pues Zapp era un debilucho muy listo y el Almirante les dijo con anticipación que no pelearía esta vez, incluso añadió que no necesitaba entrenamiento pues no sería más fuerte de lo que era ahora.
Kyl miró a Azgresh, quien se había despedido ya de Morkhal, el medio orco se había armado de valor para acompañar a sus amigos en su mortal misión.
-Sube- le dijo el Zul;- tu lugar ya no está entre ladrones, eres mejor que nosotros-.
-ya había pensado que terminarías por decir algo así- Azgresh tomo su escudo desde el suelo y lo puso a su espalda, afirmó su arma al cinto y le dio una fugaz mirada a su mentor;- Nefar y Gar'Dal lamentaran haberse metido contigo, maestro-.
-no niña, lamentaran haberse topado contigo y tu poder desatado, cuida a Morkhal, es tan torpe que podría caerse de ese globo volante-.
Azgresh subió la escalera del Nimbus y Mork le extendió la mano tratando de ocultar su felicidad.
Karazkan se veía impresionante desde el aire.
Brannigan se acercó a Redhand y puso su mano sobre el hombro del asesino del gremio.
-en mi realidad destruiste el mundo, pero dices que en la tuya lo salvaste-.
-realmente no lo sé, morí, no sé qué paso luego de acabar con Al Khaled, ¿tienes algo planeado? Almirante-.
-no morir, estamos muy lejos de Dios para rezarle por nuestras almas-.
-acaso crees en Dios-.
-no creía, pero tú te enfrentaste a su creación, acá sin embargo, dicen que el único dios es Gar'Dal Dark Dreams, tu, mi maestro, lo que sea, no será piadoso con nosotros-.