Serían 4 días de vuelo en el Nimbus para llegar al Castillo Negro.
Era de noche y todos se habían quedado dormidos, a excepción de Zapper que estaba al timón, sobre la cubierta por el agobiante calor de verano, una estación particularmente larga en Xera.
Redhand dormía muy pegado al cuerpo de Zeraki, estaba frío, gélido, y eso era positivo en este momento.
Estaba soñando algo que le provocaba bienestar, un recuerdo vivido de cuando hizo alianzas con Kalair, ya no la amaba, pero en sus sueños esto era relativo, en estricto rigor, aún eran esposos, al menos en la Tierra.
De pronto sintió que algo lo jalaba hacía abajo, una mano bestial y peluda, con garras afiladas y con una fuerza inmensa.
Entonces despertó.
Supo inmediatamente que donde estaba no era Xera.
Un terror brutal lo envolvió.
¿había dejado solos a Zeraki y sus amigos?
Tenía que investigar, era de noche, pero su vista siempre había sido aguda.
Estaba en una planicie, quizá una granja, muy a lo lejos se veían una montaña no muy boscosa. Decidió correr velozmente a la cima de esta.
No le tomó mucho tiempo, ahora era dos o tres veces más rápido que cuando lucho con Kay.
Definitivamente no era Xera, la luna era diferente.
Consternado espero sentado en la hierba que el sol apareciese.
Una vez amaneció, pudo ver con más claridad lo despoblado del lugar, si quería saber que había pasado, debía, encontrar gentes notables en aquel mundo.
-esto no puede estar pasando- reflexionó;- todo parecía ir bien, creo, en Xera, me había vuelto fuerte, podía ahora derrotar a quién fuese, y venciendo a Gar'Dal lo obligaría a revivir plenamente a Zeraki, ¡Maldita sea!, esto debe de ser cosa de Gar'Dal, ese maldito, se ha encargado de joder mi vida a cualquier costo, una vez vuelva Xera no tendré piedad con él-.
Sintió entonces como un hormigueo en la espalda, sintió algo que antes no había sufrido, una sensación punzante de algo a la distancia, eran poderes, personas con una energía elevada, y eran varias.
Se apresuró, corrió a toda velocidad en aquella dirección, pronto llego al mar, cruzando toda la planicie. Sea lo que fuese que sentía estaba más allá del horizonte, al otro lado de esa enorme extensión de agua.
-¡crees que un poco de agua me detendré!¡me escuchas Gar'Dal!, te perseguiré hasta el infierno y te haré pagar- exclamó con ira.
Se lanzó al mar de un saltó muy largo, llegando fácilmente a aguas más profundas que en la costa y nadó, velozmente, como un torpedo.
Nadar cansaba, y era demoroso, nadó por todo un día hasta que al fin llegó a tierra.
-es acá, de acá viene este poder, no hay duda-.
Miró en todas direcciones, mientras la numerosa gente lo veía caminar con el torso descubierto y estilando agua.
Su pelo ahora era muy largo, y el peso le molestaba como caía en su espalda, así que se sacudió fuertemente como un perro mojado y quedó absolutamente seco.
-haz visto gente fuerte- le preguntó a un transeúnte jalándolo de un brazo;- vamos responde-.
-si, si, en el torneo, en esa dirección- respondió el hombre muy asustado, aunque Redhand no había usado el poder de sus ojos para amedrentarlo, ya que si lo usaba en un humano tan corriente lo mataría.
-así que un torneo, eso, es interesante, quiero pelear- susurró para sí mismo.
Se movió entre la gente, que a pesar de su enorme porte se sentían más asustados de su apariencia de tipo violento.
Pronto llegó a un recinto amurallado y dos hombres rechonchos y muy ridículos anotaban varias personas en un papel.
Lo sintió nuevamente, más intenso, mucho.
Un grupo de personas estaban a tan solo unos metros.
Un joven que en apariencia no tenía más de 17 años, pelo descuidado como el de él mismo pero negro, no se veía especialmente corpulento pero desprendía un poder a lo poco interesante, pero no era Gar'Dal de ninguna manera.
Juntó al joven, había 5 poderes un poco más débiles.
Un enano de piel blanca que parecía un muñeco. Al lado, un hombre un poco más bajo que Red, con la cabeza rapada, y… ¡un tercer ojo en la frente!, era un triclope, junto a él también estaba un hombre parecido al primer hombre, pero con el cabello mucho más largo y un corte en la cara. Al lado de él estaba otro tipo bastante más bajo, calvo y con una nariz casi inexistente, pero no era un enano como el primero o si no más bien como Zapperean.
También había una anciano con sombrero, barba y unas gafas de sol, también desprendía una energía muy interesante, era sin duda un tipo fuerte para su edad.
Red pasó entre ellos pretendiendo ignorar al grupo y se paró al frente de los gordinflones de los papeles.
-quiero participar- les dijo con sequedad, desprendiendo algo de su magia para amedrentarlos lo suficiente para que le hicieran caso en todo.
-si señor- le respondieron muy asustados.
El joven con la energía más elevada le miró como si supiera que era un rival fuerte, Red sonrió para sí, será un combate interesante, pensó.