—En efecto, siendo una de las Doce Sectas, ¡los discípulos aquí son realmente fuertes!
Lan Yu'er miró a Ling Xiao, esperando ver un atisbo de pánico o miedo en su rostro. De esa manera, podría sentirse un poco más tranquila.
Sin embargo, no solo no había pánico o miedo en la cara de Ling Xiao, sino que también había un atisbo de sonrisa.
—¿No me digas que este chico ha estado ocultando su fuerza?
Esa era la única explicación, si no, ¿por qué Ling Xiao no tendría miedo después de ver un enfrentamiento tan poderoso?
—¡Ling Xiao, todavía tienes tiempo para arrepentirte! —Yang Cheng, que estaba de pie en el escenario del desafío, miró a Ling Xiao con una sonrisa y dijo, completamente lleno de sí mismo.
—¿Arrepentirme? ¿Por qué debería arrepentirme de algo?
