—¡Ao ao ao!
—¿Eh?
Justo cuando luchaba por encontrar una salida, el Gran Fuerza Simio Divino de afuera emitió extraños gritos. Ling Xiao no pensó mucho en ello e inmediatamente se dirigió hacia la salida. La razón por la que no podía dejar este lugar era simplemente que el Gran Fuerza Simio Divino le estaba bloqueando el camino. Si el Gran Fuerza Simio Divino tenía problemas, entonces él podría tener la oportunidad de salir.
Al llegar a la salida, Ling Xiao se sorprendió al descubrir que el Gran Fuerza Simio Divino estaba enfrentándose a alguien.
—¡Sí, a una persona!
Una mujer vestida con un vestido azul, llevando un velo azul; su rostro no se veía claro. Ella simplemente estaba allí, flotando en el aire. El aire debajo de sus pies parecía tan sólido como el suelo mismo.