—¿Tú... eres el inversor rico de la Ciudad de Jiangnan? —La sonrisa de Zheng Hefeng se congeló instantáneamente en su rostro.
Había escuchado de su padre que incluso el alcalde estaba tomando este proyecto muy en serio. Justo anoche, había recibido una llamada del alcalde. ¿El alcalde prestaría tanta atención si fuera un proyecto común?
Zheng Hefeng también sabía que, supuestamente, el inversor era nativo de la Ciudad de Dongji, quien parecía estar prosperando tanto que decidió contribuir al desarrollo de su ciudad natal, y la construcción de este espacio de fábrica de 800 acres era solo el comienzo.
Si este proyecto se completara lo suficientemente bien, tal vez habría otros proyectos de construcción en el futuro que también se entregarían a su Grupo Haisheng.
Pero nunca habría imaginado que este llamado hombre de negocios rico no era otro que el hombre más rico del mundo, ¡Zhang Menglong!
