Ceremonias de arrodillamiento como esta habían desaparecido hace mucho en esta era de civilización avanzada, solo apareciendo en bodas tradicionales de Huaxia en el mejor de los casos; por supuesto, arrodillarse por durianos o teclados durante el cortejo no contaba.
Wang Ling prestó atención a las expresiones de estas personas. Eran increíblemente sinceras y no mostraban señales de insatisfacción o reticencia; arrodillarse les parecía natural, casi instintivo.
—Tu antepasado no era un Emperador, ¿verdad? —dijo Wang Ling.
—No sé sobre eso, pero sí sé que muchos Emperadores han tomado dinero prestado de mi familia —respondió Zhang Menglong.
—Menglong, deja que se levanten. No podrán soportar el frío —dijo Lu Yiyao, algo angustiado. Por supuesto, ahora estaba incluso más curioso sobre el trasfondo de Zhang Menglong—su influencia era enorme, no solo en Huaxia sino incluso en Europa.
