En Francia, Europa, en la glamorosa avenida de los Campos Elíseos, se encontraba un edificio increíblemente opulento. Al lado se alzaba la Torre Louis Vuitton, una boutique de Cartier, y varias otras marcas de alta costura. Este edificio se llamaba Edificio Cheryl, sede de un conglomerado local muy famoso.
Los negocios del Grupo Cheryl se extendían por todo el mundo, abarcando diversos dominios, y la mayoría de sus emprendimientos estaban estrechamente vinculados con el arte. Apoyándose en estos, habían establecido un vasto imperio empresarial, incluso clasificando entre las 100 mejores compañías del antiguo mundo.
La cima global de las exposiciones de arte de esta vez era un proyecto que habían elaborado durante un año, en el cual habían vertido una cantidad desconocida de recursos humanos y materiales. Tan solo lograr conseguir la "Mona Lisa" del Louvre ya había consumido una cantidad considerable de recursos.