En ese momento, las tensiones eran altas y ambas partes estaban en alerta.
El maestro de la sala del Salón de Caza de Dragones, un anciano de más de sesenta que aún tomaba jóvenes esposas, tenía una mirada particularmente fría.
—En mi día de alegría, te atreves a venir aquí buscando la muerte. Es perfecto, matarte añadirá a las festividades. El viejo maestro de la sala estaba lleno de intención asesina.
—Esta mujercita tuya no está mal. Después de que mueras, me ocuparé bien de ella. Mientras Long Chen hablaba, hizo un gesto suave con la mano.
—Ah. En un instante, la joven y hermosa chica se movió incontrolablemente hacia el lado de Long Chen.
Sosteniendo su cintura, Long Chen sonrió levemente y dijo —Mi querida, bastante agradable.
—¡Estás buscando la muerte, mátalo, todos ataquen, sin escatimar esfuerzos, mátalo! El viejo maestro de la sala estalló de ira, su enojo ardía.
