Jiang Tong estaba secretamente encantada de escuchar las palabras de Long Chen, pero no podía evitar tener demasiados pensamientos.
—¿Podría ser que Long Chen esté coqueteando con ella?
—¿Tiene otras intenciones hacia ella?
—¿O es simplemente un comentario casual de Long Chen, sin doble sentido?
Los pensamientos de Jiang Tong se desbocaban, y cuanto más lo pensaba, más rojas se le ponían las mejillas.
Long Chen no era consciente de los pensamientos de Jiang Tong y se rió:
—Jiang Tong, entonces tú y Tang Ying quédense aquí, yo regresaré primero.
—Está... está bien, Hermano Long, puedes estar tranquilo —dijo Jiang Tong en voz baja.
—Mm, llámame si hay cualquier cosa. Creo que mi número está allí en el mostrador.
—Mm-hmm, lo sé —respondió Jiang Tong.
—Me voy.
Long Chen saludó con la mano y dejó la Sala Médica del Dragón.