Su Chen caminó hasta la puerta del cuarto de Lin Ruoxue e intentó empujarla suavemente para abrirla; la puerta se abrió chirriando con facilidad.
Lin Ruoxue, vestida con su pijama, estaba acostada en la cama, hojeando una revista. Sin embargo, sus ojos parecían no enfocarse en la revista; parecía algo distraída.
Pero cuando vio a Su Chen colándose, de inmediato pretendió leer con gran interés.
—Esposa, ¿dónde están mis cosas de la cama?
Era la primera vez que Su Chen entraba al boudoir de Lin Ruoxue, y naturalmente se sintió un poco emocionado. El cuarto de Lin Ruoxue, como ella, estaba decorado de manera simple pero con buen gusto.
—Los guardé —dijo Lin Ruoxue deliberadamente tranquila—. ¿Quieres que Tía se entere de que estamos durmiendo en habitaciones separadas?
—Ah, ya veo.
Su Chen dio una sonrisa tímida, deseando poder abofetearse por hacer tal pregunta.
—¿No se ha ido ya Tía?