Tung… Tung… Tung… Dentro de la sala de combate de la familia Semen, un fuerte ruido de desgarro resonaba por toda la habitación mientras Kent aplastaba los tableros objetivo uno tras otro.
—Vaccus Dissolvo Impetum.
Esta vez, Kent ni siquiera gritaba el hechizo en voz alta. Como un nombre de persona, el hechizo se deslizaba por sus labios y las flechas salían una tras otra de su arco, rompiendo los tableros objetivo.
Ruby, que estaba afuera, oía ruidos de temblores de vez en cuando. Se preguntaba qué estaría haciendo Kent dentro.
Normalmente, la gente visita a la familia Semen por dos motivos. Uno es el placer y el otro es la magia negra para maldecir a los enemigos. Kent es el único forastero que ha venido a utilizar las salas de combate en la última década. Por eso Ruby se sorprendió al ver a un tipo que venía para un entrenamiento serio.
Dentro de la sala de combate, pasó más de una hora, y Kent se tomó un pequeño descanso ya que su brazo se sentía un poco incómodo.