—Mmm...
—Justo cuando Kent empleaba su aura para revisar sus vasos sanguíneos, Dama Xia se levantó de la cama con un dulce gemido.
—¿Qué... Qué hiciste —Ahhmmm! —preguntó Dama Xia mientras controlaba sus gritos de lujuria.
—Solo infundí mi aura en tu cuerpo para revisar el flujo de sangre hacia tus muslos. ¿Hay algo mal? —preguntó Kent con una mirada inquisitiva.
—Sentí tu toque de... —Xia no pudo completar la frase. Casi dijo, 'Sentí tu toque profundamente dentro de mí.' Pero se contuvo de decir eso.
De hecho, debido a la presencia de llamas bermellón, el aura de Kent se volvió más pura. Debido a eso, la habilidad de su aura para dar placer mejoró significativamente.
—¿Qué sentiste, señorita Xia? —preguntó Kent, intentando entender qué pasó.
—Nah... Nada. Por favor continúa. —respondió Xia con un tono débil y cayó de nuevo en la cama.
